Capítulo 43.- El regalo real

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Ariadne



     Después de mi breve encuentro con Alfonso en el jardín abandonado, logré regresar justo a tiempo a la sala de espera del palacio de la reina, evitando cualquier retraso. Estos eventos solían ser magníficos, organizados con gran pompa y la participación de varios funcionarios del palacio. Sin embargo, la reina Margarita tenía una personalidad reservada y no disfrutaba de tales ostentaciones. Por esta razón, la presentación de mi persona ante ella se realizó en privado. Sabía perfectamente que aquello había sido una excusa para excluir a Lucrezia, y por ello, en silencio, le agradecía.

     La ceremonia tuvo lugar en la misma sala de té donde la vi por primera vez, aquella mañana en misa.

     —Por tanto, yo, Margarita de Carlo, reina consorte de Etruscan, en nombre del Rey León III, entrego el siguiente presente a la segunda hija del Cardenal de Mare, deseando que continúe su labor en beneficio de esta noble nación —declaró la reina con solemnidad.

     Tras estas palabras, Margarita se retiró al trono al final de la sala, un asiento finamente adornado con piedras preciosas. Una vez sentada, tomó el edicto del rey y comenzó a leerlo. Estaba lleno de términos como "mérito", "piedad filial" y "fidelidad", dirigidos a mí, que seguía arrodillada ante la monarca.

     La reina se detuvo al llegar a la penúltima hoja y extendió su mano hacia mí.

     —Acércate, por favor —ordenó con calma.

     Siguiendo las reglas de la corte, me levanté apoyándome firmemente en mi pie derecho, di un paso al frente y volví a arrodillarme con respeto.

     —Un poco más cerca —insistió la reina.

     Avancé obedientemente, aún manteniéndome arrodillada. En ese momento, una de las damas de compañía se acercó con un joyero imponente, tallado con gran detalle. Era de ébano, pintado en oro y plata.

     —No sabía que Su Majestad entregaría esto —comentó la reina Margarita, con un tono que no era el habitual. Había en sus palabras un matiz sarcástico, como si esperara que preguntara qué contenía el cofre.

     Sin embargo, permanecí en silencio, esperando a que leyera la última página del edicto.

     —El presente por su valentía consistirá en 50 ducados de oro (aproximadamente 36,850 dólares), una caja de accesorios seleccionados por la reina Margarita y el "Corazón del Profundo Mar Azul" —leyó la reina con cuidado.

     En ese instante, sentí como el color se desvanecía de mi rostro. El regalo era exorbitante, mucho más de lo que podría haber imaginado. Margarita abrió la tapa del joyero, revelando una luz deslumbrante que escapaba de su interior. Allí descansaba un collar exquisitamente elaborado, con zafiros de un profundo azul ultramar, del tamaño de pequeñas castañas, rodeados de diminutos y brillantes diamantes.

     El collar era excesivamente lujoso, demasiado para alguien como yo. Me incorporé de inmediato, retrocedí un paso y me arrodillé nuevamente, esta vez sobre ambas rodillas, inclinando la cabeza hasta el suelo.

     —¡Su Majestad, no puedo aceptar tal presente! —exclamé con firmeza, mi voz resonando en la sala.

Si prefieres escuchar este capítulo, ¡tenemos una versión en audio disponible! Puedes encontrarla en

https://youtube.com/@librosdemilibrero?si=-gm6PjX_9xRVgfr1

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¡Nota!

Esta novela es una adaptación realizada por mí, una fan, para compartirla con otros seguidores que deseen leerla en español. Dado que no está fácilmente disponible en nuestro idioma, o a veces no se entienden ciertas partes, me tomé la libertad de traducirla y adaptarla para todos nosotros.

No persigo fines de lucro; simplemente quiero rendir homenaje a la obra original, y disfrutarla junto a ustedes.

Pd. Trataré de actualizar todos los días😅🤭

En Esta Reencarnación Yo Seré La Emperatriz,  Hermana MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora