Capítulo 8: Días de servicio

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Capítulo 8: Días de servicio.

“Trabajar no es malo, lo malo es hacerlo forma negligente”.

Los días pasaron conforme los amigos se hacían más unidos, tan cercanos que a veces uno iba a la habitación del otro en medio de la noche.

“—Este castillo es una mierda —dijo Johaan sentado sobre su cama, justo a los pies, buscó la manta y se tapó —. No seas mezquino, hermanito Edward, dame manta.

Así se quedaba la mayoría de las veces, dormía casi sentado a los pies de la cama de Edward lo cual no incomodó para nada.

—¿Sabes? —empezó con su charla unilateral de todas las noches —. Odio este lugar, pero no extraño el árbol de los cuervos. Mi padre se la pasaba discutiendo con mi tío, creo que pelearon porque descubrió mi padre que mi difunta madre tenía una aventura con mi tío. ¿Qué piensas? ¿Tú también crees que soy un Rivers y no un Blackwood? Ser hijo bastardo de Lord Blackwood, el hombre que me envió aquí luego de decapitar al hombre que me crió y llamé padre toda mi vida.

Descubrió por qué se llevan tan bien: «él desea que lo escuchen». Y Lyrias no puede hacer otra cosa más que prestar mucha atención.

Siempre acaba por responderse a sí mismo”.

Servir a Lord Stark en su castillo es una tarea de esclavitud continúa, ellos no son guardias pero tampoco sirvientes, quizás algo más bajo que sirvientes pues no tienen pago alguno más que la experiencia, ¿qué experiencia? No tiene idea, lo único que hace es estar en los establos cuidando a los caballos, palea excremento todos los días.

A Johaan le tocó peor, el tiene que lavar la ropa de los caballeros jurados del castillo, por sus apellidos nadie se atreve a golpearlos pero eso no quita que sea algo muy deprimente.

No lo siente por ella, toda vida hizo esto: Limpiar, cuidar y servir. Sus días no son diferentes a como vivía en la isla de Kahil, aunque ahora ni siquiera recibe un pequeño pago.

—Hoy Lord Stark irá a vigilar los alrededores con su caballo y su lobo. Espero que hayas dejado bien cepillado a ese animal, Edward—dijo el encargado del castillo y Lyrias asintió efusivamente, es un hombre viejo con un rostro severo, todos lo llaman “encargado Wunts”, y le guardan un respeto absoluto.

Uno de sus más importantes deberes es limpiar los establos, ahí viven el caballo de Lord Stark y es muy querido, si algo le llegase a pasar a ese animal entonces será colgada.

«El lobo», se dijo Lyrias mientras pulia los cueros en la herrería, realmente su habilidad para la confección es terrible, de por sí Edward Karstark es un joven de familia noble, pueden simplemente decir que nunca aprendió estás tareas, aunque se llevará miradas feas por parte de los caballeros.

Ese día le tocó con Johaan trabajo en la herrería, él la miró desde el otro lado del lugar, tenía unos clavos en la boca, estaba atendiendo unos zapados de su caballero, es un tipo algo viejo al cual Johaan describió como: “Una pesadilla, nada le parece bien, nada le gusta. Un cascarrabias que disfruta de ponerme a hacer cosas denigrantes como limpiar sus botas”.

El joven Edward no tuvo un caballero, era un escudero sin escudo para pulir, algunos lo consideran demasiado inútil para ser un escudero, nadie quiso llevárselo y hacerse cargo de él.

Johaan tiene más suerte de la que cree, al menos obtuvo un caballero que vio su potencial y quiso mantenerlo cual aprendiz y sucesor, a Edward Karstark lo iban a dejar tirado en un rincón del castillo para pudrirse paleando mierda hasta el día de muerte.

Ella no es Edward Karstark, no le duele, es más, es toda una bendición que nadie la haya querido, pero no pudo evitar pensar en qué habría sentido el verdadero Edward Karstark en esta situación.

—Terminé —dijo feliz Johaan levantandose de su asiento —. Vamos a la cocina antes que se acaben la avena, esos perros no nos dejaran nada.

Lyrias levantó los cueros que usan le quedaban y Johaan comprendió, con un saludo de “suerte con eso” se marchó corriendo a la cocina.

—Algo se está acercando —De pronto hablo Tristán, desde que llegó a Winterfell se mantenía muy tranquilo, es el frío que lo pone de mal humor.

«¿Algo o alguien?», quiso saber, él a veces de manera extraña. Dice ser vidente y sentir las energías del mundo, Lyrias no le habría creído en otro momento pero luego de ver todo lo que puede hacer solo que quedó aceptar: «él es un vidente», ¿cómo se dejó atrapar entonces?

Escuchará esa historia gustosa algún día, de seguro es una gran anécdota estupenda.

—Es una criatura con influencia del mal, una brujería muy antigua y peligrosa —reveló Tristán, su voz era seriedad pura, Lyrias tragó en seco, se dice que cuando los brujos se reúnen eso tiende a atraer a más criaturas ocultas, revela su verdadera forma y el Finger crece por todos lados.

A lo lejos los ojos lilas de una mujer se fijaron en la ciudad del invierno, tenía una capa blanca como el tono de su cabello y unos rizos hermosos, a su lado una mujer norteña se paró cuidando el camino.

—¿Sucede algo, mi señora? —preguntó la castaña —. Ya estamos cerca, solo debemos atravesar este pueblo y...

La mujer de platinados rizos la detuvo, tambaleó un poco siendo atrapado por la castaña.

—Creo que he contraído un resfriado, pasemos la noche en el pueblo, señorita Sara.




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Nadie, realmente nadie.

Johaan luego de darse cuenta que vivió su bromance con una chica:

Johaan luego de darse cuenta que vivió su bromance con una chica:

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La bruja cobarde (Cregan Stark) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora