La bruja cobarde (Cregan Stark)

Capítulo 51: Ir detrás del amante

Capítulo 51: Ir detrás del amante.

“Lo nuevo a veces no es mejor que lo viejo”.

Luego de su encuentro con Merlla Rhyor quedó una profunda impresión en ella, efectivamente parece ser un buen muchacho, bastante menor de lo que predijo y con un carácter ácido, es dulce aveces y otras muy despectivo: “—No es fácil para un hombre criar la semilla ajena, no soy un hombre común sino un brujo, será sencillo lidiar con tu... bebé, siempre y cuando conozca bien su lugar no poniéndose al lado de los otros”.

“¿Otros?”, se refiere a los hijos prometidos de sangre pura.

“¿Saber su lugar?”, el día se tornó tan oscuro para Lyrias, Merlla Rhyor trató al pequeño Crystan cual aire insignificante. «Es joven, aún le falta por madurar. Además, Tristán estima a Crystan, no dejará que Merlla lo maltrate siempre que estemos en el norte». Lo que hizo Merlla Rhyor fue muy extremo hasta para un joven salvaje: Renunció a su aquelarre en Dorne para unirse al naciente aquelarre del norte liderado por Tristán Rogare, nadie con un poco de cerebro haría tal cosa.
Desde ese encuentro Lyrias no había podido dormir tranquila, sabe que el final está cerca, en la cama ya no acaricia los brazos de Lord Stark, no puede tocarlo, ¿le guarda respeto a Merlla Rhyor o siente culpa?

Regresó una mañana adentro donde se calentó, afuera el frío sopló y la madre e hijo huyeron por miedo a contraer un resfrío.

—Todos adoran al hijo de Lord Stark —comentó por lo bajo y con una sonrisa una cuidadora.

El bebé de cara redonda y mejillas gordas prestó atención a lo que decían las mujeres alabando su belleza, «eres un presumido», le dijo Lyrias al verlo con el mentón levantado orgulloso. No puede negarlo, todos los pueblerinos se detienen a admirarlo cuando Lyrias sale a la calle para ver a la gente pasar, nadie se atreve a tocarlo pero sí mencionan su tierno rostro y sus ojos sin igual, algunos lo comparan: “Tiene los ojos de su padre, no, más grises inclusive”.
Lyrias quería negar, no los tiene más grises sino diferentes, Lord Stark los tiene profundos y se avivan con las emociones, Crystan nieve posee dos orbes claros, muy claros.

La cuidará Lía llegó muy feliz con un saco para empezar a guardar todas las pertenencias, fue en ese momento que Lyrias entendió lo que ocurría, «aún no», pensó con temor.

Pero no hay tiempo ni lugar a la oposición, quien apareció fue la figura fuerte de Luckan Stark junto con otros hombres, todos se dirigieron con mucho respeto hacia la mujer quien se negó a salir del lugar.

—Es hora de irnos, mi señora —informó con voz amable el hombre de barba blanca, Lyrias no percibió ni un poco de falsedad, es tan sincero como un buen norteño —. Los carruajes esperan por nosotros.

Su influencia no funciona en cambiapieles como los Stark o Glover, no puede intentarlo, solo se levantó con el pequeño Crystan en brazos y ambos salieron de la casa donde estuvieron viviendo los últimos meses. Tuvo miedo, ¿acaso puede simplemente irse? Su prometido está aquí y su líder lo acompaña en su espera, los brujos aguardan hasta que Lyrias pueda escapar del yugo del lobo, ¿harían algo si se dan cuenta que ella también quiere irse con él?

«No quiero casarme con Merlla Rhyor, solo deseo volver a Winterfell con Lord Stark para ver, aunque sea de lejos, a Crystan cumplir su sueño de vivir con su padre», ingenuo de su parte, de repente pensó que ser un nieve no es tan malo, luego de ver como el futuro padrastro del niño lo trata no hay nada de malo en ser un bastardo. Caminó hacia el lugar donde los carruajes se pusieron en fila, llevan carga de provisiones y pieles, también regalos. No es un largo viaje, pueden llegar en unos días, pero sí será pesado pues la nieve comenzó a caer.