Capítulo 26: Ganar a ese hombre.

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Capítulo 26: Ganar a ese hombre.

“¿Me volví una mujer vende carias y fingido afecto para obtener lo que quiere por un plan mayor?”.

La mañana que supo del viaje de Lord Stark a las costas para repeler a esos llamados “hombres ahogados”, quienes al parecer son un grupo de religiosos los cuales están decididos a llevar el filo de su fe a todos los rincones del mundo, Lyrias quiso limpiar sus manos del asunto: “Ese es el deber del Lord”.

Un señor debe luchar por su tierra, ese lobo es fuerte, está bendecido, ella no estorbara.

Aún así Tristán Rogare la reprendió y envió a “darle su despedida apropiada” vestida con ropa de mujer y el cabello suelto, Lyrias se negó al comienzo.

—Debes ir —sentenció con voz dura, no hay lugar a la negación —. Debes adueñarte de todo lo que tu enemigo desee, si esa bruja cambiaformas quiere ganarse a ese hombre es por algo, es tu deber quitarle toda su influencia sobre él. Tienes suerte, le gustó mucho tu compañía la primera vez tanto como para ceder una segunda, ¿lo hará una tercera?

Ya saben, una vez es un error, una segunda es un impulso pero una tercera es mero gusto.

Por alguna razón sintió como si ella fuera una muchacha ingenua con una madre oportunista la cual la utiliza para conseguir riqueza enviándola a la cama de hombres adinerados. No puede resistirse, su madre es malvada y cruel, la venderá a un burdel si no obedece.

Parada en la puerta se preguntó si era una buena idea, ¿solo pasará a...? ¡¿Qué pasará a hacer?! Solo llevó una nota consigo, Tristán dijo que debía despedirse para evitar que la bruja Abilysa lo haga, ella procura mantenerse lejos de Lyrias así que no se acercara.

¿Pero despedirse a mitad de la noche? Como de costumbre nadie se acerca a este lugar, ni hay guardias en el camino, ella tocó la puerta desconfiada esperando que la atiendan.

“Clack”, crujió la madera y un hombre se paró del otro lado, al parecer se vistió rápido para salir a atender el llamado, solo se puso el abrigo encima dejando ver su desnudo pecho, él se hizo a un lado dejándola pasar, esos ojos están encima suyo y la persiguen.

Lyrias se sintió incómoda en el vestido, de verdad nunca usa ropa de mujer, se preguntó en primer lugar de dónde robó este vestido Tristán Rogare, de seguro hechizo a una jovencita para que lo lleve hasta su habitación, es de color claro y tiene una textura aterciopelada con más mangas sueltas, quizás solo se usa en eventos importantes, caminó por la habitación observando que él mantenía los vinos en un rincón y las velas de igual manera, sin desechar para no levantar sospechas pero sin ingerir nada.

Pisándole los talones el hombre acechó, sabe que ella no habla pero aún así le preguntó: “¿A qué viniste?”, esa voz salió tan rasposa que la joven se estremeció. Con confianza fingida sacó un papel de su manga y se lo entregó, es una pequeña nota la cual él tomó desdoblandola para ver el escrito: “Supe de su viaje, vine a desearle seguridad y una victoria contra los invasores. Que los antiguos Dioses a los que reza resguarden su camino”.

Hubo un silencio mientras él leía una y otra vez las palabras, de pronto la miró muy sorprendido, aunque no dijo nada en ese momento solo caminó hasta donde sus pertenencias se habían alistado para el viaje, Lyrias vio como sacaba una enorme espada de su funda y la giró en su dirección.

«¿Quiere matarme?», su aura no decía eso, así que se mantuvo firme fingiendo tranquilidad, la hoja reluciente se posó ante ella, con temor contenida bajó su cabeza y le dio un pequeño beso al acero frío, escuchó que las mujeres hacían eso en algunas tribus cuando sus hombres emprendía viaje, lo notó aproximarse y levantó la cabeza para verlo cuando los labios quedaron atrapados en un ferviente beso, el lobo la devoró en menos de un segundo.

La bruja cobarde (Cregan Stark) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora