La bruja cobarde (Cregan Stark)

Capítulo 6: El primer amigo en toda su vida

Capítulo 6: El primer amigo en toda su vida.

“Es atractivo por fuera y por dentro, toda una joya deslumbrante”.

Tener un amigo sin que él quiera hablar es algo que Lyrias nunca había experimentado, se sintió raro.

“Se llama Johaan Blackwood, de la familia Blackwood. Es el tío del actual Lord, fue enviado al norte para hacer sus votos con la guardia. Se rumorea que su padre intentó usurpar la posición como guardian del árbol de cuervos y fue decapitado, el único hijo sobreviviente debe jurar a la guardia o sufrir el mismo destino que el padre”.

No sabe si eso es real, pero sentía una cierta familiaridad con Johaan Blackwood, es un sentimiento en su trato diferente al resto.

Quizás Edward Karstark le agradó desde antes y haberlo ayudado en el risco solo hizo crecer la semilla de la sinceridad entre ellos, ahora son amigos.

—¡Hermanito! —llamó Johaan moviendo su mano desde la distancia, se volvió a quedar atrás por sus problemas para cabalgar, la única que lo esperó con paciencia fue Lyrias.

Así ambos se alejaron un poco del grupo principal: “El hijo del usurpador se la pasa detrás del mudo Karstark, son un dúo hecho por los Dioses. Se unen los dementes con los inválidos”.

Hubo habladurías por todas partes, de por sí al líder de su grupo quien era ese viejo hermano de la guardia no le importó esas cosas, al todos acaban en el mismo lugar.

Insiste en llamarlo hermanito e ir detrás suyo como un fiel guardián, no quiso alejarlo de alguna manera, así es menos sospechoso y puede oír hablar a Johaan por horas, él nunca se calla, incluso el mismo Tristán se hartó de él al poco tiempo: “¡Que se calle al menos un segundo!”, gritaba Tristán apenas el joven Blackwood se acercaba.

Tristán dio a saber sus dudas al respecto con ese muchacho ribereño, sin embargo, no una noción clara del por qué sentía la vibra del brujo en él, algo que peculiar pues ese joven no práctica ningún tipo de brujería.

«No siento vibras malignas en él ni el finger lo persigue», no hay pruebas para acusarlo de brujería, tal vez simplemente es un muchacho con demasiada energía espiritual, eso atrae algunos espíritus viciosos los cuales juegan malas pasadas como desmoronar el filo del risco o dejarlo atrapado en lodo profundo. Aún así, Johaan nunca se desalienta, incluso cuando está siendo enviado a un muro de hielo no pierde sus buenos modales y su linda sonrisa.

A veces canta mientras intentan acelerar el paso, en el último tramo alcanzaron al grupo principal.

—¿Que esos dos no se habían muerto? —preguntó desconcertado uno de los muchachos al verlos recuperar el paso uniendose así al grupo cuando llegaron a las puertas.

—Por poco —respondió otro —. Los ricos no mueren tan fácilmente.

Johaan es un maestro en el arte de ignorar a la gente siempre sin perder la compostura y su sonrisa amable, y Lyrias no es que pueda responder.

A lo lejos se vio una ciudad enorme, con torres altas hasta el cielo y una muralla a su alrededor, dedujo que esa no era la gran muralla de hielo de la que se habló tanto en el camino.

—¡Hemos llegado Winterfell! —el grito feliz del anciano fornido solo causó una tristeza latente entre los jóvenes, ya están aquí.

«Esto es Winterfell», se dijo con asombro, sujetó a su lado la manga de Johaan y este dio un suspiro, Lyrias comprendió que para él era algo bueno, cada día están más cerca del muro.

Aquí se separan, pero no tiene por qué ser un adiós definitivo, es una bruja, agregó a Johaan a su lista de futuros amigos a los que ayudará cuando recupere su voz, puede crear una nueva identidad con ayuda de un Tristán en forma humana, de seguro eso le agradará a Johaan.

Winterfell es un lugar en extremo frío, con casas de piedra y calles adoquinadas, las personas vestían de ropas grises desabridas, muy deprimente, en sus rostros hoscos se puede ver la más pura desconfianza.

Los norteños son desconfiados por naturaleza, personas altas y anchas, con un carácter arisco condicionado por su clima casi tan duro como sus pechos.

—Hace tanto tiempo que no piso está ciudad —dijo Tristán con nostalgia, tal vez recuerda sus días como brujo viajero antes de llegar a Kahil y acabar decapitado y colgado.

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¡Ya llegamos a Winterfell!