Capítulo 39: En el fuerte de los Karstark

95 11 12
                                    

Advertencia: El siguiente capítulo es dedicado a la historia de una pareja gay, si no le gusta el shipp por favor saltear.






Capítulo 39: En el fuerte de los Karstark.

“Jodidamente lindo”.

Los días de Johaan Blackwood en el límite de los Karstark son tormentosos, los Karstark son un tormento en sí: «ya entiendo por qué Edward es como es».

La nueva señora es una mujer tan densa y chillona que altera a quien la escuche, el Lord es un hombre viejo lleno de amor para su esposa y muy poco para sus hijos.

Lord Albus Karstark es un terrible líder y poco menos que un lame bragas de su joven esposa.

Sentados en la mesa Johaan pudo apreciar a un Edward muy concentrado en su plato, olvidando por completo los ojos acusadores de una mujer quien lo atravesó, Johaan supo que ella era la nueva señora Karstark: cabellera roja, con pecas por todo el rostro y unos enormes senos que sobresalen de su escote.

«Vulgar», pensó Johaan, además de tener un hijo el cual parecía ido de la tierra, es el medio hermano de Edward, uno de varios en realidad, el chico se acerca mucho a Edward como si le gustara su compañía pero el mismo Edward lo aleja, no le gusta el contacto con nadie.

En la mesa se sentaron los compañeros de viaje quienes son escuderos o hijos de señores, algunos miembros de la propia casa Karstark también, todos se hallaban muy callados por la presión de tener al heredero de regreso en su casa.

—Entonces —habló la mujer, tiene una voz chillona —. No juraste a la guardia —Le echó una mirada a su esposo quien solo bebió de su copa.

Johaan supo que Lord Karstark fue quien metió sus manos en el asuntos por el desfavorecido hijo, cuando la amante logra controlar al hombre no hay nada que pueda hacerse, ni el cariño por el hijo del primer matrimonio vale algo ante Lord Karstark, aún así Albus tuvo una pizca de sentido común al no permitir que su hijo jure a la guardia nocturna.

—No lo hice —respondió Edward, hubo un ambiente tenso, su Edward no jura eso quiere decir que sigue siendo el heredero natural de la casa.

El hermanito de Edward sonrió feliz, a sus diez años no entiende el enojo de su madre, «a veces las crías no se envenenan», pensó Johaan al ver al niño con real felicidad por Edward.

—¿Y cuándo lo harás? —Quiso saber lady Karstark, extendió sus afiladas garras para tomar la mano de Edward, siempre fue un jovencito de salud frágil, de solo apretarlo un poco queda una marca roja.

Supo que Edward no sabía que decir, ¿dar una fecha? Esta mujer le recalca su lugar y destino.

—Cuando Lord Stark así lo decida —interrumpió Johaan, goleó con su tenedor el plato, el sonido llamó la atención —. Es el guardián del norte quien toma la decisión, nosotros como vasallos no tenemos voz en tal asunto.

Las palabras del Blackwood dejaron a lady Karstark con las cejas fruncidas, soltó la mano de Edward donde las marcas rojas resaltaron, el padre solo bebió de su copa simulando no haber visto nada.

«Vaya padre», el enojo del joven creció en su pecho, quería lanzarles una maldición a ambos, pero él no es un brujo macabro.

—Ya tiene quince años, llegará a su mayoría dentro de poco, no es correcto hacer los votos antes de la mayoría de edad pero la salud de Edward nunca fue buena —explicó como si fuese algo lógico —. Lo importante es servir al reino, si tarda más, ¿cuánto tiempo servirá? Los hombres que mueren sin méritos no son bien vistos en los registros.

La bruja cobarde (Cregan Stark) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora