Capítulo 20: Lord Stark sabe que ella está escondida

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Capítulo 21: Lord Stark sabe que ella está escondida.

“Tenerlo cerca es lo más aterrador del mundo, ni mil cuchillas en el cuello se comparan con una sola mirada de Lord Stark. Es él demonio que domina la tierra helada, su alma es fría”.

Las pisadas se hacían más intensas, Lyrias puso la nota rápido y se escondió bajo una mesa tapándose con el mantel, rezó para sus adentros: «No veas baja la mesa, no veas bajo la mesa, no veas bajo la mesa», lloró en su interior, ¡realmente no quiere verlo!

La puerta se abrió con un rechinido, se oyó el bufido incómodo del hombre, al parecer una parte suya puede percibir los cambio de energías y se molesta con facilidad en su habitación, vio la sombra cruzar con esas botas pesadas, estuvo caminando por los alrededores según esa suciedad que ensuciaron el cuero.

Pasaban los minutos y Lyrias procuró no respirar muy fuerte, por el borde el mantel donde hay una ligera apertura lo pudo ver parado al filo de la cama, quitó la pesada capa y la tiró a un lado, Lyrias admiró la espalda ancha con esos músculos los cuales se tensaban con cada movimiento, recordó una escena: «no puedo creer que hundí mis uñas en esa piel», y él parecía disfrutarlo en ese momento, se dedicaba a subir y bajar tirando quejido y maldiciones, pero nunca intentó que ella no lo lastime, solo cuando pretendía huir usaba la fuerza: Toda una bestia.

De pronto Lord Stark se puso una camisa con rapidez dejando ese torso oculto, él observó a los costados y Lyrias se ocultó hacia un rincón, notó los ojos de la muchacha examinarlo mientras se desnudaba.

—¿Quién está ahí? —dijo el hombre con un tono desconfiado, con sus pasos firmes buscó por la habitación sin llegar hasta la mesa, muy pequeña para esconder a una persona normal, pero Lyrias es una mujer pequeña también que cabía muy bien.

Cuando Lord Stark salió al balcón revisando el lugar, Lyrias supo que era su oportunidad, salió corriendo rápido, para mala suerte suya chocó con la puerta creando el rechinido que alertó al hombre.

Corrió por los pasillos sin importarle el ruido, lo oía detrás suyo pisándole los talones, llegó hasta el cuarto de lavandería con montones de telas y objetos apilados, se cubrió con las mantas sucias tomando aire antes de quedar en la oscuridad, el aroma era desagradable pero lo sería más si Lord Stark la halla y le rompe el cuello.

Las pisadas llegaron a la habitación y el animal con su amo, Lyrias dejó de respirar por completo, escuchó el olfateo del lobo Huargo Blizzard, el amo lo envió a buscar a su presa.

El lobo de Lord Stark se acercó con su hocico y sus ojeras arriba, parecía emocionado, movió su cola alegre.

«¡Blizzard, no!», como si el animal hubiera oído el reto se detuvo y no avanzó aunque su amo lo haya reprendido de peor manera. Lord Stark se rindió con el animal y se adentró él mismo al cuarto de lavado, es un lugar grande y a esta hora muy oscuro, con montañas de ropas y mantas, se tropezó una vez hartandose de la situación.

—¡Sé que estás ahí! —exclamó, Lyrias percibió la mentira en su voz: «no lo sabe, es una trampa».

Bien oculta esperó a que él se fuera, si bien puede llamar a los guardias y sacarla por la fuerza no lo hizo. Lyrias se preguntó si él quería mantener su persecución en secreto, ¿qué cosas le hará si la encuentra? Temió por su vida.

Aunque el señor no haya dado el aviso aún así los guardias notaron la extrañeza, se aproximaron con gritos: “¡hay un intruso!”, “¡Lord Stark está en peligro!”.

El hombre lanzó un sonido cansado y enojado, se paró en medio del lugar.

—Estaré mañana en la noche en la habitación de baño, ven a verme, tenemos que hablar —dijo con su voz tan seria que la sangre de Lyrias se detuvo, tenía una advertencia clara, la amenaza tan directa.

No hubo respuesta, Lyrias se mantuvo quieta y quiso que él se marche.
¡No tienen que hablar en lo absoluto! ¡No desea tener una conversación con él!

Además, ¿cómo tendrán una charla si ella lo puede pronunciar palabra? Solo sería entregar su cabeza en bandeja de plata.

—Si no vienes purgare el castillo hasta hallarte, será mucho peor si me haces ir por ti —dijo el hombre antes de salir del lugar, en el pasillo los hombres de guardia se amotinaron.

Lord Stark les dijo que solo fue un malentendido, nadie puede refutar al Lord, solo retroceden con sus cabezas gachas y piden perdón por molestar al hombre.

Lyrias no salió hasta la mañana, se escondió recobrando la ilusión del rostro de Edward Karstark, con su cuerpo frío por haber pasado la noche en la habitación solo quiso huir a su recamara privada, cuando llegó un Tristán tenía el ceño fruncido.

—¡¿Dónde te metiste?! —exclamó —. Creí que Lord Stark te había atrapado y te decapitó, hubo un revuelo anoche.

Lyrias se metió a la cama cubriendose con las mantas cálidas y no sucias como aquellas de la habitación de lavado, es un lugar muy frío gracias a los baldes de agua, en su recamara puede cerrar un ojos.

“¡No me ignores!”, gritó el brujo.

Luego le explicó mediantes notas escritas a Tristán, él se quedó pensativo, Lyrias no supo qué tenía en mente pero ella solo quería ir al campo de entrenamiento con Johaan, hoy le enseñará a disparar con el arco, escuchó que los Blackwood son grandes arqueros.

—Sí, aún está confundido por el veneno de lujuria —dedujo Tristán.

«¿Confundido por el veneno de lujuria? Lo vi bastante lucido», muy despierto.

—Irás a su encuentro y limpiaras su sangre —sentenció la cabeza de Tristán Rogare, una sonrisa macabra creció en el rostro envejecido del brujo disecado —. Debes vertir en sus venas el líquido que limpia el veneno, podemos elaborarlo, solo tienes que acercarte lo suficiente para ponerlo en su cuerpo.

Mientras Tristán daba los detalles de su plan, la joven bruja de Kahil se sentó en su cama con una expresión tan asombrada como aterrada: ¿Debe poner algo en las venas de ese Lord? ¡Cómo hará eso!

Recordó los arañazos en la espalda del Lord y tragó en seco, algo le dijo que sus días de mala suerte solo están por comenzar.



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La bruja cobarde (Cregan Stark) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora