La bruja cobarde (Cregan Stark)

Capítulo 40: El pequeño lobo aprendió a robar.

Capítulo 40: El pequeño lobo aprendió a robar.

“La malicia viene desde la cuna”.

La esfera de piedra comenzó a mover dentro del círculo dibujado, la bruja joven con un vientre simpático por delante se aproximó para ver la imagen: «no sirvo para la videncia», si tan solo Johaan estuviera aquí, supo por Tristán que Johaan acompañó al verdadero Edward Karstark a la fortaleza de su familia, tienen sus trucos para comunicarse entre sí. Fuera de ello sus días en la villa Glover son aburridos, solo pasea con su embarazo avanzado por todas partes mirando las telas y juguetes que no puede comprar.

Empezar la vida con algunas carencias no es la muerte, ellos se esforzaran para salir adelante.

Luego de dejar a Tristán quien se divertía con su marioneta cocinando algo a las brasas, Lyrias salió al pueblo, pudo usar ropa de mujer la cual le recomendó una linda vendedora al darse cuando de su estado: “Este vestido posee un cinturón flexible para la comodidad de la embarazada”, de color amarillo claro que la tranquilizó mucho.

Estar embarazada no es tan malo, ahora no intanta exorcizar a la criatura por medio de magia, sino que le agrada su compañía aunque su especialidad sea hacer cosas como estás:

—¡El perro está bailando! —gritó una mujer tirando su canasta donde vendía pan, señaló al animal quien está a sumamente quieto echado en la calle.

En este pueblo abundan los locos desde hace unos días, gente que cree ver cosas donde no las hay, sus mentes se confunden por la influencia de un brujo.

Un bollo rodó a los pies de Lyrias, con vergüenza fingió no verlo, no pudo creer lo sinvergüenza que es el niño. Su padre estaría decepcionado si lo viera, está actitud va en contra de los valores norteños.

“¡Hambre!”, pudo sentir el malhumor de la criatura, de por sí solo tiene una comida al día lo cual en contraste con el trato que recibió por parte de los Stark es muy lamentable, el niño se había acostumbrado a comer hasta cinco veces y cuando lo quisiera, ahora viven de la venta de adornos de la buena fortuna y de vez en cuando algún transeúnte le tira una moneda: “es una lástima, una muchacha tan joven”. Recibió miradas de angustia por parte de las mujeres viejas, pero Lyrias estaba muy feliz con su embarazo y no pensaba vagar por las calles o criar al pequeño brujo como mendigo, ellos superaran esta etapa de su vida y regresaran a su isla donde el pequeño crecerá como un brujo sin distinción con los otros.

Siempre que alguien le de limosna la criatura dentro suyo se pondrá furiosa y se ocultará el resto del día, Lyrias cree que él no es consciente de su estatus social: Ey, no podemos ser exigentes, somos un aquelarre empobrecido liderados por un brujo sin patrimonio ni cuerpo físico.

Una bruja maldecida lo cual es equivalente a un bastardo, sin herencia tampoco.

Claro que está el único con apellido importante, el joven Blackwood del cual supo se halla en la fortaleza de los Karstark, él es hijo de un hombre acusado de traición, tampoco heredera nada y con suerte escapó del muro.

Le ayudaría que el niño entienda un poco su posición, no puede rechazar la amabilidad de otros solo por orgullo, esa actitud no es agradecida.

En cambio aprendió a provocar líos en los que la comida se presenta sola, Lyrias nunca aceptó tal cosa pues eso le enseñaría a robar. Podrán ser un aquelarre empobrecido y minoritario, pero no serán unas ratas rastreras que roban.

Cuando pasó de largo simulando no ver el pan tirado el niño se puso a chillar decepcionado, «calmate, recolectoremos unas bayas», chilló más fuerte la criatura, siempre que el estómago esté lleno estarán bien, no entendió su furia, él ni siquiera saborea ahí dentro, «es lo mismo unas bayas agrias que un pan caliente».