Comenzamos esta larguísima maratón llena de drama, muertes y sí, también+18.
Capítulo 24: Se acercan los hombres ahogados.
“Antes le tenía miedo, ahora espero verle. Enloquecí por completo”.
Lyrias virtió la cura en las venas del Lord, desde aquello habían transcurrido dos días, por más que beba del vino de ahora en adelante no debe hacer efecto alguno.
No debe volver a verlo.
Ese pensamiento la atacó, se reprende a sí misma por sentir tristeza, las marcas seguían en su cuerpo, lo podía sentir encima suyo por las noches moviendose a su ritmo.
Agradece que no fue una completa bestia, está vez solo la retuvo dos veces y no le rompió ningún hueso, aunque sí le dejó sus marcas por todo el cuello, los dientes apretaron con rudeza pero no abrieron la piel, aunque sí dejó unos círculos rojos muy interesantes las cuales no pudo borrar con su embrujo de ilusión. El invierno le dio una excusa para taparse con una bufanda mientras hacía su guardia, con ella un callado joven de cabellos negros la siguió de cerca.
Johaan no se hallaba bien, sus ojeras eran prominentes y parecía más delgado, la influencia de la bruja maligna le afectó demasiado: No duerme, perdió el apetito, su rostro ahora es huesudo y sus ojos parecen apagados.
Este es el efecto del hechizo, ataca el espíritu, la razón de vivir de la víctima dejándola seca por dentro.
Un hombre viejo se acercó con su rostro siempre disgustado, Johaan bufó resignado, es el caballero quien de seguro lo enviará a hacer alguna cosa estúpida para torturarlo: “Nos vemos luego, hermanito”, se despidió antes de irse.
Recordó mientras mataba el tiempo lo feliz que se hallaba Tristán Rogare cuando ella regresó luego de tener una noche de pasión con Lord Stark: “—Las mudas también pueden seducir a los hombres, quién diría”.
Tiene muchas cosas por decir al respecto, ella nunca sedujo a nadie, solo hizo preguntas al azar y se aferró a un hombre quien podía apartarla con una sola mano, en vez de eso la retuvo bajo su entrepierna hasta el amanecer, y sí es una gran entrepierna.
En su servicio habitual en la cocina como un “joven favorito de lydia” por ser muy educado y nunca pedir otro plato, ayudó a cargar las bolsas con raíces al interior, se movía más lento que los otros pero aún así nadie le dio una mano pues: “Tiene que aprender a ser un hombre”.
—Oh, el joven escudero siempre es un ángel —alabó la mujer saliendo al pasillo donde Edward Karstark sudó cansado —. Toma, mi cielo —le entregó una tarta escondida en una tela —. Shuu, no le digas a los otros o se pondrán celosos.
«Y me golpearan», Lyrias escondió la tarta en su manga muy feliz, está fría pero eso no importa, puede calentarla en el brasero. Le agradeció a Lydia con un asentamiento respetuoso, ella comprende, no la trata como a un tonto.
Cayó sentada a un costado luego de terminar con toda esa bolsas y quiso dormir, tenía un sueño acumulado por los días detrás de Johaan Blackwood procurando alejar la influencia de la bruja, casi todos los días dormían juntos, aunque él no duerme mucho gracias a las ilusiones las cuales lo obligan a estar despierto, en ese momento la influencia tranquilizadora de Lyrias ayuda a calmarlo.
De pronto el aroma familiar le llegó hasta la nariz, olfateó el aire, justo ahí el rastro de una esencia la cual conoce la dejó cegada: «Lord Stark».
Bosque, rocio, tierra y sudor. Todo junto pero más que todo junto, es un aroma tan distintivo que emana el cuerpo del hombre. Es su esencia, su presentación: Cregan Stark está llegando.
La figura se acercaba por el pasillo, Lyrias se inclinó muy sutilmente a un costado procurando no verlo, solo que camine rápido y no la note. Aunque esto no debería ser un problema pues con el rostro de Edward Karstark no debería reconocerla. Los pasos lentos del hombre le provocaron un nerviosismo que no fue miedo, sino expectativas ocultas, ¿por fin se volvió loca? Al tenerlo tan cerca todo su cuerpo se estremece recordando vividamente cada toque y roce, esas manos fuertes sobre su piel marcando cada rincón.
El hombre de la capa pesada se detuvo sin mirar a su costado donde un pequeño escudero se mantenía con la cabeza gacha, él olfateó el aire y luego negó con la cabeza confundido, se fue sin dejar ni una palabra.
Admiró la espalda alejarse y algo dentro suyo chilló, no supo bien que era aquello, se acomodó la bufanda y volvió a su deber, aunque ya no podrá quitar el aroma de su nariz, se olió a sí misma preguntándose si su propio aroma también había cambiado, de por sí no debería tener uno: Dulce, lechoso, muy ligero.
«Definitivamente estoy demente», es solo el aroma de la tarta que escondió en su manga, no algo extraño, no debe pensar en ello.
Es una gran suerte que él no sospeche de su identidad, ¿entonces por qué se siente tan triste? Es una sensación de abandono y rechazo, algo dentro suyo quiso llorar, demasiado sensible, tal vez su sangrado se adelantará de nuevo.
Esa noche Lyrias no pudo regresar antes a su habitación, esperó en un rincón del comedor a Johaan quien volvió con su aura agria, fue un mal día para él, todos son malos días si tienes una maldición sobre tu cabeza.
—Hermanito —saludó para sentarse a sus lado, ambos en un rincón oculto.
Johaan sabe que no es varón ni es Edward Karstark y no le importa, es un joven muy extraño también. Lyrias sacó la tarta de su escondite y se la entregó, moría por comer algo dulce, pero él lo merece más.
—Ah —lanzó con sus ojos brillantes —. Tarta de aceitunas, mi favorita, ¿cómo lo supiste? Muchas gracias —Sonrió mostrando sus perfectos y blancos dientes.
«¿Aceitunas?», la examinó, sí es una tarta de aceitunas y queso, ni dulce ni salada, ¿entonces de dónde provenía el aroma a leche y dulce? Tenía dudas en su cabeza, mientras Johaan comía su tarta ella se dedicó a buscar en su mente dónde había leído de un aroma lechoso emanado, ¿una flor? ¿Un hechizo?
—Ey, los vientos traen alimañas —Escuchó a un hombre viejo hablar con otro guardia.
Los más ancianos decían que una gran tormenta se acercaba y con ello los hombres ahogados se aproximan por el mar, sin temor y sin escrúpulos.
Lyrias no comprendía bien la naturaleza de estos hombres, pero dedujo que era muy salvaje según la reacción de varios norteños, los detestan.
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La bruja cobarde (Cregan Stark)
FanficLyrias desea levantar la maldición que tiene en su cuerpo: Es muda, los espíritus malignos la persiguen. No es su naturaleza ser muda, al ser proveniente de una larga línea de brujas la maldición se posó en su cuerpo impidiendo su voz, pero hay una...