CAPITULO 43

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Alex estaba sentado en el sofá, la única luz en la sala provenía de la chimenea, proyectando sombras danzantes a su alrededor. Justo como Julia se lo había imaginado. El fuego crepitaba suavemente, y él mantenía la mirada fija en las llamas, como si en ellas pudiera encontrar respuestas a todas las preguntas que lo atormentaban.

Había intentado relajarse, intentado convencerse de que lo mejor sería quedarse ahí, alejarse de la tentación que Julia representaba. Pero por más que lo intentara, no podía sacarse a Julia de la cabeza. Cada vez que cerraba los ojos, podía verla, con su cabello suelto, sus ojos llenos de emociones que no dejaban de mirarlo. Sabía que ella estaba en la habitación de invitados, y la sola idea de subir las escaleras y verla hacía que su autocontrol se desmoronara un poco más con cada segundo que pasaba.

Pero no sabía lo que quería hacer si llegaba a subir. Estaba confuso, dividido entre el deseo de mantenerla a salvo, de protegerla de sí mismo, y la necesidad casi irracional de tenerla cerca, de sentir su presencia, de tocarla. Todo lo que había intentado reprimir estaba ahí, haciéndolo perder el equilibrio.

De repente, como si Julia estuviera pensando lo mismo, esa sensación de que entre ellos aún no se había dicho todo, Alex escuchó el suave crujido de las escaleras. Levantó la mirada, y allí estaba ella, bajando con pasos lentos, casi titubeantes, mientras se acercaba a la sala. Al parecer, eso que sentía no era solo cosa de él.

El aire se volvió más denso en el momento en que sus ojos se encontraron. Julia avanzaba con una mezcla de inseguridad y decisión, y cada paso la acercaba más a Alex, el latido de su corazón resonando en sus oídos. Alex no podía apartar la mirada. La luz del fuego iluminaba su figura, y se dio cuenta de que llevaba puesta la camiseta enorme que él le había dejado. Le llegaba casi hasta las rodillas, y apenas distinguía los calzoncillos que también le había dejado.

Ella se detuvo al borde de la sala, y por un momento, ambos se quedaron inmóviles, mirándose sin saber qué decir. Había algo en la manera en la que ella lo miraba que hacía que el deseo en su interior creciera, como una llama que el fuego de la chimenea no podía igualar.

Julia sintió cómo el calor del fuego la envolvía, mezclado con la mirada de Alex que parecía desnudarla, leer cada uno de sus pensamientos más ocultos. No sabía qué decir, pero tampoco era necesario. Algo en su interior le decía que Alex ya sabía por qué estaba ahí, por qué había decidido bajar. Como si una fuerza invisible los estuviera empujando, ella avanzó un poco más, quedándose a apenas un par de pasos de él.

—No podía dormir —susurró Julia, su voz apenas un eco en el silencio de la sala.

Alex asintió lentamente, sin apartar la mirada de ella, sus ojos oscuros fijos en los suyos. En su interior, la lucha entre la razón y el deseo se volvía insoportable. Pero la forma en que ella lo miraba, la vulnerabilidad y la fuerza al mismo tiempo, lo estaba arrastrando a un lugar del que no sabía si podría salir.

—Yo tampoco —respondió él, su voz ronca, cargada de esa tensión que lo oprimía.

Julia dio un paso más hacia él, su corazón latiendo tan rápido que apenas podía respirar. No sabía qué hacer, qué decir. Solo sabía que lo quería, que deseaba estar cerca de él, sentirlo, entender qué era eso que los unía. Alex se movió ligeramente en el sofá, haciendo un gesto con la mano, como invitándola a sentarse.

Julia se sentó a su lado, y el espacio entre ellos pareció desaparecer en ese momento. Podía sentir el calor de su cuerpo, la tensión de cada músculo mientras se quedaba inmóvil, sus ojos recorriéndola sin prisa, como si intentara grabarse cada detalle de su rostro, de su cuerpo.

El silencio se volvió casi insoportable, la tensión entre ellos era palpable, y Julia no pudo evitar sentir cómo su respiración se aceleraba. Podía ver el brillo en los ojos de Alex, la lucha interna que parecía estar librando. Y aunque no sabía lo que él pensaba, podía sentir que algo estaba cambiando, algo se rompía entre ellos, esa barrera que los había mantenido alejados por tanto tiempo.

SUSURROS DE LA NOCHE || Finalizada. 🤍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora