Capitulo 4

256 18 1
                                    

Cual títere bailando en manos de su titiritero. 


La universidad a las 10 am es una especie de hervidero. El profesor de Análisis Periodístico explica la teoría de la interpretación, pero entre el alboroto de afuera y mi caos mental, me resulta imposible concentrarme en los planteamientos de Paul Ricoeur. 

Soy la primera en salir cuando la clase finaliza, y me dirijo al salón de Metodología. Sigo pensando en cómo plantearle la situación a Esther, se supone que yo acepté el empleo, claramente si algo no me gusta debo hablarlo con de la Reina, el problema es que ha decidido ignorarme durante toda la semana y ganar dinero sin hacer nada no es algo por lo que debería quejarme, pero las voces en mi cabeza me atormentan y tengo la obligación de discutirlo con mi futura esposa. 

Esposa imaginaria. Y recordemos que amante de de la Reina. 

Arrastro los pies y suspiro profundamente.

¿Por qué una mujer guapa, inteligente y divertida, decide tener sexo con una escritora amargada? 

No es que de la Reina no sea atractiva, al menos la mujer de las fotos es muy guapa. Pero ahora se trata de una sombra en la oscuridad, no hay nada en ella. 

Bueno, insensible.

¿Cómo estarías tú si en una travesía a mitad de Kalahari pierdes la vista?  

Un suave escalofrío me recorre el cuerpo y trago saliva para deshacer el nudo de mi garganta. 

De la Reina está ciega. 

Entro al salón de Metodología y ocupo mi lugar. 

Leí varios artículos en internet, mi investigación me hizo notar que nadie sabe realmente lo que sucedió, no es el único caso, pero hay tan pocos registrados en el mundo que los médicos no se toman la molestia de ahondar en las causas. Un día simplemente todo se apagó para ella. Y no quiero pensar lo que es escribir 50 novelas, narrando tus viajes y aventuras alrededor del mundo, para que luego el destino te encarcele en un despacho sombrío. 

Renunciar a ver el cielo estrellado en Namibia. 

Renunciar a escalar el Kilimanjaro. 

Renunciar a las auroras boreales en Islandia. 

Renunciar a vivir durante meses con una tribu amazónica. 

Experiencias que vivió, pero ahora esa oficina oscura es todo el mundo que va a explorar por el resto de su vida. No se lo tomó bien, nadie lo haría. 20 benzodiacepinas lo confirman y es el último reporte oficial que muestra internet. Algunos creen que en realidad sí murió, existen teorías conspirativas asegurando que el gobierno la eliminó, otros suponen que se quedó con una tribu de Penwold. No, Marta de la Reina está aquí, en Fester, y paso las tardes mirando la puerta de su oficina, a la espera de que diga algo. 

Tomo algunos apuntes, pero no logro concentrarme al 100, en ocasiones la profesora Pérez hace algunas preguntas y mi cerebro responde en automático, lo cual podría interpretarse como nada, comparado con mi animada participación de todos los días. Y cuando escucho la campana de salida guardo las notas y me levanto. 

—¿Ahora usted tampoco me ve, señorita Valero? 

Frunzo el ceño y volteo. Esther está cerca de la salida, mirándome atentamente. Supongo que estoy tan ofuscada con la historia de Marta que por primera vez ignoré a mi profesora favorita. Ha recogido su cabello rojizo en un moño alto, trae puesta una falda negra de tubo y una blusa roja. 

—Perdón— sacudo la cabeza— ¿necesita algo, profesora Pérez? 

El resto del grupo pasa por mi lado sin ponernos atención. 

MAFIN: <<Tus Ojos>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora