Capitulo 23

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Hermosamente caótico.

De la Reina me besó.

Marta de la Reina me besó.

Floto en una nube y mi cerebro reproduce Celeste de Carlos Sadness una y otra vez.

¿Quién eres tú?

Nunca había visto algo tan especial

Tan infinitamente humano.

Pongo mi mano sobre la oscura madera de la puerta.

-Buenos días -saludo en un susurro tímido-¿puedo pasar?

Silencio, un silencio demasiado largo.

Frunzo el ceño y abro. Marta no está aquí.

Bajo las escaleras corriendo, me sé su horario, anoche era un poco tarde cuando entramos a la casa, pero no creo que eso baste para alterar su rutina.

-Lo hace en muchos pasajes de sus obras. Tiene el hábito de escarbar en las capas más viscerales de la sociedad para conceptualizar realidades.

Frunzo el ceño, es la voz de de la Reina fuerte y clara desde la cocina.

-Todos piensan que es muy bueno.

-Se comen a cucharadas la opinión de los críticos -muerde una galleta distraídamente- ¿Qué haces ahí parada?

Tengo más posibilidades de ganar la lotería que de escucharla decir, buenos días.

-Yo podría sorprenderte si quisiera -camino dudosa hasta las repisas para buscar una taza.

-Tus pasos ruidosos me provocan migraña.

Me muerdo el labio y observo de reojo que Digna sonríe animada, le hace feliz tener a Marta aquí.

-Genial, es lo tercero que odias de mí -observo sentándome frente a ella.

-No has contado correctamente -hay un grueso libro entre sus manos y lo desliza sobre la mesa para acercármelo- lee.

-Crímenes de Jaime Berenguer - tomo un sorbo de café mientras observo la portada- son 800 páginas, ¿quieres que te lo lea?

-No carezco de sentido común para solicitar semejante tortura. Lees terrible.

Volteo los ojos y alargo el brazo para quitarle la galleta que tiene en la mano.

Cuando está relajada es mucho más hermosa, pero eso no le quita lo arrogante.

-¿Conoces a Jaime Berenguer?

-Es mi ex...

-Bravo, te cogiste a todos los escritores de la ciudad -celebro con falsa emoción.

-...esposo.

Se me cae la quijada y abro mucho los ojos.

Digna se acerca y coloca el desayuno frente a nosotras.

-Deberían comer primero -sugiere y con señas me indica que ocupe la silla que está a un lado de Marta- estaré en el jardín.

-¿Cómo que ex esposo?

-Sé que ella te sugirió esto -murmura al notar que me acerco- no debes hacerlo si no quieres.

-Tienes razón, pero me asusta. Así que pienso obedecerle... y ahora que lo recuerdo pidió que hiciera algo más.

Paso mi mano sobre su mejilla, y la presiono un poco para hacerla girar. El plan inicial es dejar un beso en sus labios. Pero cuando nuestras bocas se acercan la reacción es explosiva.

MAFIN: <<Tus Ojos>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora