| Revelación de sexo|
Domingo, 16 de enero de 2028.
Casa Manobal-Kim.
9:05 am.La luz de sol entraba por el ventanal del costado, las cortinas corridas hacia que todo se iluminará perfectamente con el extremo brillo del sol. Las sábanas blancas que habían sobre la cama ocultaban debajo las figuras de una pelinegra que estaba 'peleándose ' con la claridad en la habitación, usando una almohada como escudo, la tomó y se la puso sobre su cabeza.
— apaga la luz, Lalisa — murmuraba la mujer medio adormecida, estirando su brazo por su lado, pero palpando sin orden ni dirección. No consiguió nada, solo la calidez del cuerpo que dejó su esposa a su lado. Su cerebro recién despertando hilo la idea de que no llevaba mucho tiempo levantada, o quizás se había dado vuelta en su cama y estaba más que lejos. — Amor, la luz....
Un intento más, y solo escuchó la risa de su esposa viniendo de algún lado, ella estaba estaba parada a unos metros de la cama viendo como Jennie se meneaba chistosamente entre las sábanas para intentar alcanzarla. Le era sumamente divertido y enternecia su corazón.
— Es hora de levantarse, Honey.... Hay muchas cosas que hacer — habló la castaña haciendo que su mujer soltara un quejido, murmurando más cosas debajo de la almohada.
— No quiero... — se quejó cómoda una niña que le negaba a su madre el no querer ir a la escuela. Su voz rasposa y aniñada pintaron una sonrisa en los labios de la tailandesa mientras esta cortaba la distancia entre ellas y se sentaba al borde de la cama. — Amor, por favor...
Jennie estaba acostada de lado, girada hacia el ventanal que brindaba la iluminación extra dentro de la habitación matrimonial. Lisa volvió a reírse viendo como la mano de ella estaba a punto de alcanzarla, la atrapó en la suya y le hizo cosquillas en su palma con sus dedos.
— Levántate, vamos.... — la alentó la castaña poniendo su voz melosa solo para su mujer. Y con la otra quitaba la almohada que la había visto ponerse sobre su cabeza. Le pareció súper cómico que en cuanto corrió las cortinas ella se tapó. — es un buen día, además quiero que veas algo.
Dejó caer la almohada detrás de la pelinegra, y luego miró su hermosa barriguita sobresaliente de su bata para dormir. Ella le acarició con las yemas de sus dedos allí, donde su piel estirada estaba descubierta. La emoción la hacia vibrar en cada fibra de su cuerpo, y la expectacion por finalmente confesar la gran noticia era algo que hacía que su corazón latiera mucho más rápido de lo habitual. Posó su vista allí, y respiró hondo para seguir eficientemente con su misión, la primera del día. Porque ciertamente este sería un día concurrido,y por mucho , muy agotador.
Ella le acarició el ombligo, aún sabiendo que a su esposa le acomplejaba un poco verlo salido de su lugar. A Lisa le parecía tierno, mucho y cada vez que Jennie se descuidaba se lo acariciaba, era como un botoncito demasiado adorable como para ignorarlo.
— Ño... — se quejó la coreana dándole un manotazo, ya estando un poco más despierta pero aún con los ojos cerrados porque aunque el cuerpo de la tailandesa la cubría parcialmente de la luz , no dejaba de perturbarla. Su ceño estaba fruncido y su visión solo era el color del interior de sus parpados.
Lisa riéndose por lo bajo, arrastró sus dedos por la curva mayor, por en el centro de su vientre subiendo poco a poco tanteando su sedosa piel en el camino recorrido hasta llegar a su pómulo donde retiró un mechón de su cabello que caía por allí.
— Está bien, pero abre tus ojitos hermosos. Déjame verte — le decía con todo el amor que guardaba para ella, pasando el mechón por detrás de su oreja, respiró hondo viendo el panorama completo de su esposa. No entendía cómo podía verse tan hermosa simplemente ahí recibiendola con una queja y un entrecejo arrugado.
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¿Cómo decirle que la amo?
FanfictionUn grupo de amigas que han compartido casi toda su vida juntas. Lisa, una de ellas de un momento a otro empezó a descubrir sentimientos que nunca antes llegó a sentir por alguien, y ese "alguien" era una de sus mejores amigas, Jennie. Esa chica dulc...