Capitulo 53: " Pesadilla".

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El frío de la habitación era acompañado por el pitido de la máquina que monitoreaba los latidos del corazón de la castaña, quien desde su camilla yacía totalmente conciente de lo que ya ocurrido en esta última hora, ya había tenido una valoración hecha por el médico y al ver que todo estaba bien con ella y que estaba a salvó de cualquier peligro, la dejaron para que descansará bajo el efecto de los analgésicos que se les fueron suministrados mediante la vía, porque claro.

La chica había tenido un accidente pero ésto resultó no ser tan devastador, puesto a que el otro conductor frenó momentos antes de chocar, pero al mismo tiempo dejando que la fuerza de empuje lo hiciera colisionar hasta arrastrar el auto de la coreana medio metro a la derecha, ambos autos resultaron dañados pero tanto la coreana como el otro conductor solo tuvieron heridas superficiales, bueno dentro lo que cabe el termino, puesto que el dueño del otro auto quedó con la nariz rota debido al impacto al frenar de golpe dando de cara al tablero y por otro lado dejando a la castaña con rasguños por el vidrio roto de la ventana y la pierna adolorida por recibir parte de la embestida en su costado.

Fuera de eso, al final de todo no fue tan malo que oído haber sido.

El dolor que sentía la castaña se anteponía al físico, estaba conmocionada y con el pecho aún adolorido por aquella imágen que se llevó antes de salir despavorida de casa de Lisa.

En silencio lloraba por su corazón afligido y quebrantado, aún se cuestionaba el porque tenía tan mala suerte para que aquello le pasará a ella.

Todo junto, en el día en el que hubiera deseado que las cosas resultarán diferente. Pero la realidad termino por estallar en la cara, de la peor manera , su corazón lamentaba el haber sido tan iluso. Ella se lo lamentaba.

Porque ¿Ok?, ¿ Cómo pensaba ella que terminaría ésto? ¿Seria posible que la tailandesa le correspondiera ? Ella realmente no tenía expectativas de lo que pudiera pasar cuando se confesara ante ella, y fue suficiente como no dejara pie a plantearse la pregunta de : ¿Ella se sentirá igual? . Se sumergió tanto en su reciente descubrimiento, su emoción y nerviosismo que no se percató de aquello, que no vio más allá.

Dejándola desprevenida. Desprevenida para no pensar en que algo malo pidiese suceder, para que esto haya pasado.

Ella estaba sola en la habitación. Bueno, sola y bajo el pitido de aquella máquina a la que estaba conectada mientras que de sus ojos brotaban nuevas y agrias lágrimas.

El choque de sus abrumadores sentimientos fueron más fuertes que todo y bajo la anestesia, se dejó llevar aún más por ellos. Ella sentía tonta por estar llorando por alguien que probablemente no la vería más que una hermana, porque para ella estaba más claro que antes.

Era claro que de verdad estaba enamorada de su mejor amiga, lo comprobó cuando su pecho se comprimió tanto y tan fuerte que no se comparó a cuando vio a su exnovio casi tener sexo con aquella chica.

No. Dolía más que esa vez, y solo hasta ahora era informada de la magnitud por la que había caído ante aquella tailandesa de dulces ojos avellana.

Se sentía tonta , por todo en general. Por no haberlo visto antes, por crearse esperanzas y expectativas tan rápido, por abalanzarse tan rápido y por haberse quedado a ver aquello que ahora la lastima tanto. Y unido a todo esto, la cuestión le parecía absurda porque jamás pensó en tener sentimientos más que los de amistad por Lalisa.

Porque jamás pensó enamorarse así. Porque lo había hecho casi y sin darse cuenta solo cuando ya estaba en lo más profundo de un abismo.

Le resultó absurdo porque una parte de ella parecía que siempre lo había sentido, y que lo había «etiquetado» mal, por decirlo de alguna forma.

¿Cómo decirle que la amo? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora