♡ Capitulos especiales ♡

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|Espera...¿Que? |

Lunes, 15 de noviembre del 2027.
Hangang-daero, Jung Distrit, Seoul.

~•~

— ¿Ya crees que está? —  pregunta Rosé, insegura de si ya había pasado el tiempo de secado del yeso. Habían hecho los moldes y vertido el yeso se fueron adentro para esperar que se endureciera mientras charlaban de cosas al azar.

Jisoo miró a su mujer y asintio.

—  compramos el de secador rápido, así que... — : miró su reloj pulsera, eran las cinco con cinco de la tarde. - creo que ya podemos ver qué tal salieron.

Lisa como toda una niña pequeña salió corriendo como cuando tu madre te decía que te podías bañar en la ducha. La mujer tenía 27 años pero aún seguía conservando cosas de su etapa más adolescente.

— Es una niña, ahora vas a cuidar a dos — señaló la coreana, hasta la puerta por dónde había salido Lisa.

Ssshhhhh.

La calló Jennie siseando, suave ojos moviéndose por el cristal del ventanal captaron a su esposa cargando el recipiente que era la de su estatuilla.

— No hables —  pidió la pelinegra su amiga bufó.

Y Jennie se paró del sofá siguiendo a Lisa.

— No me chuchees a mi ¿Eh?—  bromeó la coreana mayor siendo jalada por su mujer.

— Vamos afuera —  la alentó Rosé, empujada por ella se dejó llevar hasta el patio delantero donde habían dejado que las estatuillas se secaran. — : está cerca.

El entusiasmo de la australiana lo pudo ver en sus ojos, Jisoo no tuvo fuerza contra ella y mucho menos ahora que llevaba a su hijo en el vientre , su barriguita de cuatro meses la hacía lucir mas hermosa que nunca.

Ella era el amor de su vida y ya llevaba un largo camino recorrido, su camino se habían juntado y sus hilos enlazados tan pronto como se conocieron.

Su mujer es preciosa.

— Veo algo — anunció la castaña, partiendo la silicona, ansiosa, como si fuese un nene con su regalo en la mañana de navidad .

Jennie la dejó hacerlo, mientras ella se ponía las manos en la espalda.

Los trozos de silicón caían sobre la mesa ,y la estatuilla se iba revelando ante todas. Rosé se acarició el vientre ligeramente abultado y Jisoo se despertó poniendo la cámara a grabar los siguientes segundos.

— Creo que si funcionó — opinó Rosé dándole una mirada complice a la pelinegra. Jennie sonrió mostrando su lengua y volvió hacia Lisa.

— ¿Le ves forma? — habló Jennie.

Lisa negó y siguió con lo suyo, ella ya tenía la parte baja de las manos revelada, el yeso si se había secado bien. En segundos vio el tallo de la rosa y ya no falta nada para que se revelase la tan ansiada noticia.

¿Cómo decirle que la amo? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora