|La propuesta|
Domingo, 7 de Diciembre año 2025.
Namsangongwon-gil, Yongsan Distrit, Seoul.El sol estaba ocultándose, dando pie a todo lo hermoso que se vendrá al caer la noche. Los cuentos fríos de la época se sentían sin más estando por encima de los cuatrocientos pies sobre el nivel del mar y los pocos visitantes que habían en lugar estaban bien enrolados en sus abrigos. cambiando detrás de ellas al mismo tiempo avanzando, y dando el un paso tras por todos los escalones que tenían que recorrer para poder llegar al cima. La vista de la montaña Namsan, acompañaban a los que iban a pie para llegar a la parte de las atracciones y demás. El camino era largo, pero aún así se lograba disfrutar. Poniendo a admirar a cualquiera que pisase estos puentes.
El aire fresco era otro beneficio que el parque ofrecía. Y la experiencia te nublaba un poco de las vibras que te daba el lugar. Te llenaba de algo parecido a la calma. Es como si te conectarás un poco con la naturaleza y así pudieras desconectar un poco de ti día a día. Ser un poco más libre y al final sentirte más ligero. De principio a fin la experiencia era única, no importaba cuentas veces hayas venido. Las vistas eran espectaculares y lo eran mucho más cuando se hacía de noche.
Pero en fin, algo se sentía diferente este día. Había algo más que se guardaba detrás de todos estos pequeños detalles, e Incluso el clima estuvo cooperando para que esté fuera un día especial. Quizás no para todo el mundo , pero sí para dos de los visitantes de este precioso atractivo cultural y turístico.
Nadie sabe que se puede ocultar detrás del inicio de cada dia.
— Estás bonita, sonrie un poco amor. — le pedía la tailandesa a su novia. Está tenía un puchero en sus labios por estar subiendo escaleras. Habían pensando que sería corto y se habían pasado cerca de veinte minutos pidiendo indicaciones.
— ... Mm, ¿Así? ...— la castaña , fingiendo estar fastidiada, hizo una mueca parecida a una sonrisa. Lisa soltó una risita nasal al mismo vez que subía un escalón más.
— Osita, vamos, no seas así... — le replicaba Lisa tomando su mano, acariciando su palma para terminar entrelazando sus manos. — Si quieres te cargo.
Eso sí que le sacó una sonrisa a la castaña. Y la miró sobre su hombro interesada , levantando sus cejas.
— ¿En serio lo harías — pregunta ella, sus dedos se apretaron contra los de su tailandesa, el tacto cálido de su mano se mantenía de alguna forma , y eso le calentaba la suya que estaba fría.
Y pensando en el frío que haría cuando cayera la noche se detuvo a pensar en como se había vestido. No era tan favorecedor para ella.
Quizás su paseo diré muy poco.
Lisa asintió.
— Claro, sólo tienes que pedirlo. — le respondió con complacencia. Ella era su más dulce tesoro y lo cuidaría en todo momento. Jennie soltó una risita por lo bajo negando con la cabeza. Ambas subieron un par de escalones más.
— Siempre tan linda , mi amor. ¿No te cansas de serlo? A veces me pregunto que hice para merecerte — decía Jennie pensando en todo lo que habían recorrido y pasado en su relación. El amor entre ellas había crecido a niveles exorbitantes.
— Nada de eso, tu eres mi fortuna. Quiero decirte que te amo de todas las maneras posibles. — esa mirada endulzada hizo palpitar el corazón de la castaña. Ella no había dejado esa costumbre de regresar sus palabras. Habían momentos como este en dónde se decían todos sus sentimientos tan pronto como les venían.
ESTÁS LEYENDO
¿Cómo decirle que la amo?
Fiksi PenggemarUn grupo de amigas que han compartido casi toda su vida juntas. Lisa, una de ellas de un momento a otro empezó a descubrir sentimientos que nunca antes llegó a sentir por alguien, y ese "alguien" era una de sus mejores amigas, Jennie. Esa chica dulc...