Capítulo 6

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El bar es tan ruidoso que no escucho casi nada de lo que dicen los chicos. Nyx está coqueteando con un chico que se llama Nico o Jaisan; realmente no recuerdo el nombre, y yo estoy sola. Me presento a sus otros amigos y me caen bastante bien, salvo Josh, quien me parece algo pesado. Todos estamos sentados en una mesa. Creo que estoy un poco borracha.

Acabo de empezar la universidad y necesitaba una distracción. Aunque no soy de tomar mucho alcohol, lo necesitaba.

Estoy más divertida de lo normal.

— ¿Entonces vas a la universidad tenebrosa? —interrumpe Josh mis pensamientos.

— ¿Tenebrosa? —No entiendo a qué se refiere.

— Murió alguien ahí. —Me dice en voz baja.

— ¡Josh! —le grita Milena.

— ¿Qué? —le pregunta. —No es un secreto lo que sucedió. Una alumna se suicidó, o eso dicen —continúa contándome.

— Eso es terrible —le respondo, completamente mortificada.

No sabía que alguien había muerto. No salió en las noticias y Draven debe haber puesto mucho dinero para que la prensa no hablara. Qué idiota, pienso.

— ¡Otra ronda de tequila! —dice Nyx emocionada.

— Yo no quiero; bebí demasiado. El tequila y yo no somos compatibles.

— Qué aburrida —dice Milena.

No me cae muy bien ella. Desde el primer instante fue algo borde conmigo y no entiendo por qué.

— Miren quiénes acaban de entrar —dice Nyx.

Volteo y veo que son Draven y Lazarus. Dios, qué guapos están. Ambos llevan un traje y están para comérselos. Ninguna mujer se resiste a un hombre con traje, y menos a dos que están así de bien.

Parezco una perra en celo mirándolos. Es que son tan diferentes y tan sexys al mismo tiempo.

Debo haberme quedado mirándolos por mucho tiempo, porque ambos voltean y me miran fijamente.

Al instante esquivo su mirada, pero la puedo sentir muy intensa.

Creo que me voy a hacer pis de los nervios; son muy intimidantes.

— Voy al baño —les digo a los chicos.

— ¿Quieres que te acompañe? —me pregunta Nyx.

— No, gracias. Ustedes sigan conversando.

Me levanto de la mesa y trato de buscar el baño. Paso junto a la mesa de los hombres más sexys que he visto en mi vida, y en el instante en que paso, se quedan en silencio.

Tomo valor y los miro. Ambos me están observando fijamente y no me quitan la mirada.

— Señorita Waverly, espero que no haya venido a este bar a criticar mi pintura —dice Draven con un tono burlón.

Me sonrojo de la vergüenza. No sabía que este hombre tenía algo de sentido del humor.

— Por suerte, no hay una. — 

¿QUÉ CARAJOS RAVEN?

Él no parece enojado. Mantiene un tono neutral.

— Siéntate con nosotros —me invita Lazarus.

Dios, Lazarus. Qué hombre tan hermoso. Un tatuaje de un tigre se asoma por la manga de su traje.

— No, gracias. Estoy con mis amigos —le contesto educadamente.

— No era una pregunta —me responde desafiante.

— Y yo le dije que no quiero.

— ¿Usted sabe quiénes somos?

— Sí, y no me interesa. No quiero charlar con dos hombres que son terriblemente groseros y arrogantes. Buenas noches.

Me alejo lo más que puedo y, por fin, encuentro el maldito baño.

LAZARUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora