DRAVEN
Laz va a matarme si se entera de lo que estoy haciendo. No puedo dejar de pensar en Ravenna. Creo que estoy obsesionado, y eso jamás me había pasado antes.
Siendo el director y dueño de la universidad, tengo la llave de todas las habitaciones, y como sé exactamente dónde está ella, decidí poner cámaras en su dormitorio.
Esto es ilegal y terriblemente enfermo. Me merezco ir al infierno, pero no puedo dejar de pensar en ella y quiero vigilarla las 24 horas del día.
Lo único que me molesta es que comparte habitación con Nyx Morgan. No me gusta la idea de que comparta habitación con otra persona. Unos celos irracionales me envuelven. Quiero que solo esté conmigo. Ella es mía.
"Draven, concéntrate."
Tengo que hacer esto rápido o puedo meterme en problemas. Coloco microcámaras en lugares donde es imposible que se dé cuenta. Específicamente donde dan hacia ella. Puedo ver su cama, el pequeño baño y todos los rincones de esta habitación.
Mi chica no va a poder escaparse de mi vista. Sonrío.
Desde el minuto que la vi criticando mi cuadro, supe que ella iba a ser mía. También detesto ese cuadro; lo hice una vez que estaba deprimido y descargué mi tristeza en el lienzo.
Está colgado en el pasillo de la zona de arte de la universidad porque Laz quiso que lo haga. Le hice caso, pero, como Ravenna, tampoco me gusta.
Agarro mi iPad y verifico que todas las cámaras funcionen. Sonrío.
"Pajarito, ahora sí que voy a saber todo lo que hagas. Si llego a descubrir un hombre en tu habitación, te voy a castigar; a él lo voy a matar."
Camino hacia la puerta y salgo de la habitación. Por suerte, no hay nadie en el pasillo, así que nadie va a sospechar que estuve aquí.
Si Laz se entera, le diré que es para controlar que no hable sobre lo que vio. Vi su mirada; él lo oculta mejor que yo, pero sé que está igual de obsesionado con Ravenna.
No me molesta compartirla con él. Laz es mi hermano y ella puede ser nuestro pajarito.
¿La moral? No la conozco. ¿Debería avergonzarme de lo que acabo de hacer?. No. No creo en el arrepentimiento.
No puedo esperar a verla desnuda.
Mi deseo se enciende al instante. Si no me hubiera ido de su habitación, me habría masturbado y acabado en una de sus tangas. Quiero que sepa que me pertenece, que tiene dueño, y somos Laz y yo.
Desbloqueo mi auto, un Audi R8 negro, y manejo hacia la mansión que comparto con Laz. Sí, él y yo vivimos juntos. No podemos estar lejos el uno del otro. Como dije, somos hermanos, sólo que no de sangre.
Prendo la radio y suena "Creep" de Radiohead.
Sí, esa canción me representa completamente.
El recorrido hacia mi casa es agradable. La música fluye y yo fluyo con ella.
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La mansión se alza majestuosa, evocando la grandeza de la era victoriana. Rodeada por una alta reja de hierro forjado, sus detalles ornamentales son un testimonio de épocas pasadas. La reja se abre automáticamente cuando me acerco; el sonido metálico es casi un saludo familiar. Entro al amplio jardín que rodea la casa y aparco mi Audi R8 en el garaje.
Al salir del auto, pongo la alarma y entro a la casa, notando enseguida que el Lamborghini Urus de Laz está allí. Siempre ha sido amante de los autos veloces y ostentosos.
—Tenemos que hablar —me dice Laz, visiblemente enojado.
Mierda, ¿ahora qué hice?
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LAZARUS
RomanceYo huyo de mi pasado. Huyo lo más rápido que puedo. La Ravenna que era antes murió ese día. Por suerte, fui aceptada en una universidad extremadamente exclusiva; no cualquiera puede entrar allí. Lo que nunca esperé fue que el dueño de la universidad...