Capítulo 15

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El ruido de mi celular me saca de mi estado de ensueño. Son las seis de la mañana, y me doy cuenta de que estuve despierta toda la noche. Mis pensamientos dan vueltas incesantemente, atormentados por lo que sucedió en el bar.

Agarro mi celular, que descansa cómodamente sobre la mesa pequeña al lado de mi cama. Al desbloquearlo, veo que es un mensaje de Draven.

DRAVEN, EL PINTOR HORRENDO:

Aún puedo saborearte en mis labios.

Me sonrojo de vergüenza. Este hombre es un descarado, y no puedo evitar que mi corazón se acelere ante sus palabras.

DRAVEN, EL PINTOR HORRENDO:

Sé que leíste el mensaje. Lazarus ya tuvo su turno, ahora me toca a mí, pajarito. No puedo esperar para hacerte mía.

Aprieto mis piernas, sintiendo una mezcla de nerviosismo y deseo que no debería experimentar. No debería gustarme tanto la idea de que Draven y Lazarus me tocaran. Culpo a mi cuerpo traicionero por responder a sus provocaciones.

Decido no responder, intentando ignorar el fuego que se aviva dentro de mí.

TE HAN AÑADIDO A UN GRUPO.

¿Qué demonios?

Agarro de nuevo mi celular y veo que Draven me ha añadido a un grupo donde, asumo, también está Lazarus. No lo tengo agendado, así que desconozco quién más podría estar ahí. El nombre del grupo es Cuervo.

DRAVEN, EL PINTOR HORRENDO:

Laz también quería hablar contigo.

Yo:

Voy a salirme de este grupo. No me vuelvas a agregar.

DRAVEN, EL PINTOR HORRENDO:

Ah, veo que sí puedes responder.

Justo cuando estoy por retirarme del grupo, me llega otro mensaje.

NÚMERO DESCONOCIDO:

La próxima vez que te vengas, cuervo, va a ser en mi boca.

Asombrada, lo agendo como Lazarus el Perverso. El nombre le queda genial.

Yo:

Ya quisieras tener otra oportunidad de tocarme. En sus sueños, caballeros. Ninguno de ustedes va a volver a tocarme. ¡Saludos!

LAZARUS EL PERVERSO:

Desafío aceptado.

DRAVEN, EL PINTOR HORRENDO:

Pero me toca a mí tocarla, Lazarus. Tú ya tuviste tu turno.

Estos hombres no tienen escrúpulos. Les estoy diciendo claramente que no quiero nada con ellos y siguen insistiendo. Están tan seguros de que va a suceder.

LAZARUS EL PERVERSO:

No me importa.

DRAVEN, EL PINTOR HORRENDO:

Imbécil. Te voy a dar un puñetazo cuando llegues.

No sabía que vivían juntos. La idea de que podríamos dormir los tres en una cama me produce cosas que no deberían. Raven, ¿qué carajos está pasando? Dios, estos hombres me están arruinando.

No. Ravenna, no. Esta es nuestra oportunidad de ser alguien. A pesar de que esos hombres estén tan irresistibles, no necesito distracciones ahora.

Apago el celular y estoy a punto de agarrar mi Kindle cuando la puerta se abre de golpe. Es Nyx.

—¿Qué tal estuvo tu cita con Josh? —me pregunta, su voz llena de curiosidad y emoción. Hace un movimiento de cejas gracioso que me arranca una pequeña sonrisa.

Me había olvidado por completo de Josh, y después de todo lo que sucedió, no creo que vuelva a salir con él. Odio que cuestionen mis decisiones; él dijo que no se podía vivir del arte, y estoy en completo desacuerdo.

Le cuento brevemente a Nyx sobre cómo estuvo mi cita y, por supuesto, la engaño. No puedo decirle que dejé que nuestro profesor de historia me masturbara. El solo recordarlo me hace sonrojar, la vergüenza y la calentura se entrelazan en mi pecho.

—Estás roja como un tomate —se ríe Nyx—. O es por vergüenza, o hay un chico. —Me mira con curiosidad, sus ojos brillan de interés.

De hecho, hay dos, uno es el director y el otro nuestro profesor. ¿Desde cuándo mi vida se ha convertido en una novela?

—No hay ningún chico —miento, aunque más que "chico", sería "hombre", pero prefiero guardarme eso.

—Voy a hacer de cuenta que te creo, pero me gustaría que alguna vez pudieras confiar en mí. Sé que hace poco que nos conocemos, pero siento que tenemos una buena conexión —dice Nyx, su voz es cálida y sincera.

Es un detalle bonito. Mi única amiga hasta ahora había sido mi hermana, Lil. Respiro hondo para no llorar; la extraño mucho. Me pregunto qué estará haciendo, probablemente preocupándose porque no le avisé que me iba. Se me parte el corazón pensar que no la volveré a ver, pero tomé esta decisión para cuidar de mí misma.

—Raven, ¿estás bien? —me pregunta Nyx con una expresión de preocupación.

—Sí, solo estaba pensando en mi hermana —le confieso, sintiendo que mis defensas se bajan un poco.

—No sabía que tenías una hermana. ¿Cómo se llama? —me pregunta, genuinamente interesada.

—Lilith. Es mi hermana gemela —no sé por qué le estoy contando esto, pero hay algo en ella que me hace sentir cómoda. —Es igual a mí, solo que es mi opuesto. Ella es como una Barbie. Y por cierto, mi cabello no es naturalmente negro; en realidad, soy rubia —le digo, y me doy cuenta de que quizás estoy revelando más de lo que debería, pero hay una conexión allí. —Perdón, Nyx, pero prefiero no seguir hablando de ella.

—¿Pasó algo malo? —pregunta, y su tono genuino me hace sentir comprendida.

—Sí —concedo, pero decido que no quiero profundizar más en el tema.

Nyx se acerca y me rodea con sus brazos en un abrazo cálido y reconfortante. En ese momento, me siento sostenida, como si me estuviera recordando que todo estará bien.

—No estás sola, Raven. Siempre estaré aquí para lo que necesites —susurra, y esas palabras son un bálsamo para mi corazón.

Mientras la abrazo, una sensación de alivio me envuelve. Aunque mi vida esté llena de problemas, saber que tengo a Nyx es un consuelo que aprecio de verdad.

Lazarus: Dale me gusta al capítulo y comenta. Sé una buena chica.
Draven: ¡Laz! Me robaste mi línea.
Lazarus: Nos vemos en el próximo capítulo, hermosas. 😘

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