Capítulo 9

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LAZARUS

– Esa chica nos va a traer problemas; tenemos que matarla –le digo a Draven.

Hoy es lunes y en una hora tengo que dar mi clase, la que comparto con Ravenna. Aprieto mi puño. Esa chica ya está causando muchos problemas.

Me considero un profesor muy profesional, pero cuando la vi sentada en el centro de la habitación, mi polla se puso dura al instante. Quería meterla por la garganta y asfixiarla. Ella iba vestida con ropa gótica; nunca pensé que me fuera a atraer una persona como ella, pero aquí estoy, salivando por una alumna. Por eso, tiene que irse.

– Tranquilo, Laz, no va a decir nada –dice Draven.

No entiendo cómo está tan seguro; no la conocemos.

– Quítale su beca, que se vaya.

– Eso sería peor, Laz, porque ahí abriría su boca y nos metería en problemas. Solo tenemos que asegurarnos de que no diga nada y ya está.

– A ti también te gusta, ¿no? –le pregunto. Vi cómo la miraba el otro día en el callejón. Nunca lo he visto darle un beso en la mejilla a alguien.

– Definitivamente no. Podría ser mi hija; es algo perverso lo que estás planteando –me dice con un tono serio. Si no lo conociera tan bien, le creería, pero me doy cuenta de que está mintiendo.

– Ten cuidado, Draven; esta chica solo nos va a traer problemas –le digo, completamente convencido.

Entro a mi aula y veo que están todos los alumnos sentados, menos Ravenna. Hago un festejo mental; seguro que renunció a la universidad y no la volveré a ver. Con pasos firmes, cierro la puerta. Soy muy exigente con mis tiempos. Considero que mi tiempo es muy valioso y, si una persona llega aunque sea un minuto tarde a mi clase, la echo. Me parece una falta de respeto. Por eso, los alumnos me tienen miedo, y hacen bien en hacerlo.

No soy un buen tipo y no busco serlo. Uno no nace villano, pero a lo largo de la vida, a veces te conviertes en uno; eso es lo que me pasó a mí. Me convertí en el villano y estoy orgulloso de ello. No tengo amigos, a excepción de Draven; él es como mi hermano. Crecimos juntos en un orfanato y creamos un imperio desde abajo. Draven estudió economía en la universidad y yo, profesorado de historia.

Somos billonarios; podemos permitirnos todos los caprichos que queramos. A mis 46 años debería estar casado y con hijos, pero no me interesa atarme a ninguna mujer. Yo solo me las follo y ya. No me va el amor ni las relaciones.

La ausencia de Rav me duele un poco y me decepciona; quería verla. El vestido que llevaba puesto la noche del callejón hizo que mi polla se pusiera tan dura que tuve que masturbarme dos veces seguidas esa noche. Me siento un pervertido; podría ser mi hija. Una furia recorre mi cuerpo, más razón para que ella se vaya de esta universidad. Ni Draven ni yo necesitamos distracciones, aunque sea una deliciosa distracción. Pienso en sus labios en mi polla y tengo la necesidad de ir al baño a masturbarme, en la maldita universidad.

– Clase –digo, y todos se callan. Me tienen miedo, y eso... me encanta.

– Hoy vamos a —no termino de hablar porque la puerta se abre.

Es Ravenna. Una parte de mí se alegra de verla, pero por otro lado, me fastidia, y en este caso, gana el fastidio.

– Lo siento –dice Rav.

Ella casi corre hacia su asiento junto a su amiga Nyx y deja sus cosas en el banco de al lado. Se sienta. Está nerviosa, y es que toda la clase la está mirando. Ella tiene miedo, lo noto en su mirada.

– Señorita Waverly, pase al frente –le ordeno.

– ¿Para qué? –me pregunta. Esta mujer tiene que aprender a ubicarse y a obedecerme.

– Si no pasas al frente en este mismo instante, te voy a reprobar la materia y vas a tener que recursar.

– Qué cabrón –le dice a Nyx por lo bajo, pensando que no la escuché, pero sí lo hice. No le digo nada; decido dejárselo pasar.

– No tengo todo el día, señorita –le digo, apurándola.

Ella tiene las mejillas rojas, supongo que por vergüenza y por ira acumulada.

– Va a dar un oral sobre Napoleón Bonaparte.

– Está bien –dice, confiada.

Su mirada dice: Acepto el desafío.

– Napoleón Bonaparte fue un militar y líder político francés que se convirtió en una de las figuras más influyentes de la historia europea. Nació en Córcega y ascendió rápidamente en las filas del ejército francés durante la Revolución Francesa. En 1799, dio un golpe de Estado y se proclamó Primer Cónsul; en 1804, se coronó a sí mismo como emperador de los franceses. Su importancia radica en varios aspectos: Napoleón llevó a cabo reformas significativas en Francia, incluyendo el establecimiento del Código Napoleónico, que reformó el sistema legal y tuvo un impacto duradero en muchos países. También expandió el territorio francés y estableció un vasto imperio europeo mediante una serie de campañas militares brillantes, conocidas como las Guerras Napoleónicas. Sin embargo, su ambición desmedida también lo llevó a la derrota, culminando en su caída en la batalla de Waterloo en 1815 y su posterior exilio. A pesar de su caída, su legado perdura, ya que transformó la estructura política y social de Europa, sentando las bases para el surgimiento del nacionalismo y las modernas instituciones de gobierno. Napoleón es visto como un personaje tanto admirado como criticado, simbolizando la complejidad de la ambición humana y el poder.

Se queda callada y me sonríe desafiante.

Veo que es inteligente; voy a disfrutar romper esa sonrisa de niña mal educada.

– Siéntate en tu asiento y no vuelvas a molestar. La próxima vez que llegues tarde, te repruebo.

Ella vuelve a su asiento, pero su perfume permanece en el aire. Huele a coco mezclado con vainilla. Muero por probarla.

Voy a ir al infierno.

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