Capítulo 18

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LAZARUS

Aún puedo saborear a Raven en mi boca. Sus labios son tan suaves que no puedo dejar de pensar en ella, y eso es lo que me frustra.

No debería gustarme tener su labial en mi boca. No quiero sentir el impulso de protegerla de todo lo malo, aunque en realidad somos nosotros el problemas. Me río internamente ante esa idea. La deseo y, al mismo tiempo, temo que esto pueda volverse mucho más complicado.

Cuando la vi hablando con ese chico, me empecé a imaginar varias maneras de hacerle algo. Esta obsesión que estoy desarrollando no es saludable.

No debería desear a mi alumna, ni debería pensar en eliminar a un alumno de mi clase, pero siempre he ido en contra de lo moralmente correcto.

De todos modos, no me importa; siempre sigo lo que quiero hacer. Y en este momento, quiero jugar con mi cuervo, seguirla, saber qué hace y con quién habla. Sé que tiene un cuerpo atractivo; sus senos son pequeños y sus pezones son rosados. La idea de morderlos me vuelve loco.

—Lazarus, cálmate —me digo a mí mismo. Respiro hondo, pero no parece funcionar. No puedo dejar de pensar en ella.

Quizás debería deshacerme de ella para acabar con esta tortura, pero un escalofrío me recorre. No, no puedo. La idea de no volver a verla me hace sentir un retorcimiento en el corazón.

Por mucho tiempo, pensé que mi corazón estaba muerto, que había cerrado las puertas a cualquier tipo de emoción. Me había construido un caparazón tan grueso que nada podía penetrarlo, y creí que estaba bien así. Pero Raven ha despertado algo en mí que creía que nunca volvería a sentir. Su sola presencia hace que mis murallas tiendan a desmoronarse, como si su luz fuese capaz de iluminar incluso los rincones más oscuros de mi alma. Sin embargo, no estoy listo para enfrentar eso. El miedo a lo desconocido me paraliza, y me aferro a mi indiferencia como un salvavidas.

Soy un tipo roto. Me he acostumbrado a ser así, a llevar las heridas y cicatrices de mis elecciones como un segundo piel. No quiero pensar en mi pasado porque solo me trae malos recuerdos: momentos de dolor, traiciones y fracasos que han dejado una marca imborrable en quien soy. Esas memorias son sombras que siempre están al acecho, listas para arrastrarme de nuevo a lugares oscuros y dolorosos.

Apesar de que trato de alejarme de lo que siento, no puedo evitar que, cada vez que pienso en ella, una pequeña chispa de esperanza surja en mí, como si mi corazón, que creía muerto, intentara volver a latir. Pero al mismo tiempo, me asusta lo que eso podría significar.

Al final, sigo en un dilema: la deseo, pero no tengo la fuerza para abrirme y dejarla entrar. La traté mal porque estaba enojado, enojado porque ella le habló, lo miró y le sonrió a ese niño.

Me hubiera gustado meterle mi polla hasta la garganta para mostrarle a ese niño que ella es mía, pero logré contenerme. ¿Cómo? No lo sé. Aún me pregunto cómo fui capaz de calmarme.

Tengo su celular en mi bolsillo y no puedo evitar sonreír. Con cuidado, lo saco y me sorprende que no me pida reconocimiento facial, huella dactilar, ni ningún tipo de bloqueo. Es como si me estuviera invitando a seguir adelante.

Debo enseñarle a Raven a proteger su celular, porque cualquier loco como yo podría hacer lo que estoy a punto de hacer. Draven no es el único que entiende de tecnología; yo también tengo mis habilidades.

Empiezo a configurar el dispositivo, disfrutando de la sensación de tener el control. Una sonrisa se dibuja en mi rostro.

Ahora sí, voy a descubrirlo todo sobre ti, Raven. Cada mensaje que envíes, cada llamada que recibas, y cada lugar en el que estés; lo sabré todo. He clonado todos tus datos. Ahora, no podrás hacer nada sin que yo lo sepa.

Estoy arruinado por una mujer de 19 años. No. No puedo dejar que los sentimientos me invadan; es solo físico, sexual. Es más que eso, es una cuestión de posesión. Sí, eso es. Ella es mía y quiero controlarla, conocer cada aspecto de su vida.

"Debo estar atento, porque puede delatarnos con lo que ha visto,"

Trato de auto convencerme de que esa es la razón detrás de mi obsesión, pero lo cierto es que va mucho más allá. No se trata solo de posesión ni de control; hay algo más profundo que me atrapa. Cada vez que pienso en ella, siento que mi mente se enreda en un torbellino de emociones que no puedo controlar. Su presencia despierta en mí una necesidad voraz, una urgencia de conocer cada rincón de su ser.

Es como si ella tuviera un poder sobre mí, un poder que no comprendo del todo, y eso me asusta. Intento racionalizarlo, decirme que todo lo que quiero es lo físico, pero no puedo evitar sentir que hay un lazo indescifrable entre nosotros. Cada mirada, cada gesto, se convierte en una chispa que aviva la llama de mi inquietud.

Más tarde le contaré a Draven. Sé que se va a poner contento al escucharme. Él es incluso más enfermo que yo, o quizás simplemente somos iguales; por eso es mi hermano..



DRAVEN:¡Basta, Laz! Ya me toca a mí un capítulo.
LAZ:Es que las mujeres no se resisten a mis encantos.
RAVENNA: ¿Pueden dejar de discutir?
DRAVEN:Él empezó.
RAVENNA:Pesados. Gracias por leernos. Les mando un beso. Si comentan y le dan like, hacen feliz a nuestra autora.

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