JUEGOS DE SEDUCCIÓN (+18)

EXTRA 2: ACEPTO

SANTIAGO

Observo las fotos de la decoración quizás es un poco exagerada, pero no podía evitar que Ian y Mia metieran sus manos en la decoración, recuerdo la excusa que usaron "NO TODOS LOS DIAS TE CASAS CON EL AMOR DE TU VIDA".

A la larga era verdad, no todos los días te casabas con el amor de tu vida, no todos los días tenías la oportunidad de tomar la mano a la mujer más maravillosa y caminar hacia el altar.

—¿Qué tanto piensas? —cuestiona Ian entrando a la habitación.

lo observo, lleva un traje gris dark con una corbata verde, su pañuelo en su bolsillo derecho y el típico ramillete floral.

Lo veo alegre.

—Solo en que somos afortunados. —respondo a su pregunta.

—Te ves guapísimo —responde arreglando los dobleces de mi traje.

—Gracias, gracias por ser mi amigo, mejor dicho, mi hermano. —digo.

—No puedo creer que este momento finalmente llego, me siento nervioso —dice pasando la mano por su cabello.

—Tranquilo Ian, este día será maravilloso. —digo.

—Lo sé, bueno vámonos que no debemos llegar tarde. —dice.

—De acuerdo. —digo tomando mi móvil y caminando tras el para el salón donde sería la boda.

MADDIE

Mi mirada sigue perdida en aquel espejo, mientras terminan el peinado, quería algo sencillo, pero mía insistió que algo más dramático vendría bien, cosa a lo que no me pude negar.

—Esto ya está listo —escucho a la maquillista.

—Gracias —digo sonriendo.

La puerta se abre y entra Mia, me ve encantada, la observo se ve espectacular con ese hermoso vestido que se acentúa perfectamente a su silueta.

—te ves radiante —Alago.

—Tú te ves maravillosa—dice, dejando deslizar una lagrima, eso que Mía era una mujer ruda y alguien que controlaba muy bien sus emociones.

—¿Estas llorando? —cuestiono caminando a ella para abrazarla.

—Déjame, es la emoción, no todos los días te casas con el amor de tu vida. —dice.

—Lo sé, es muy extraño, pero también supongo que el destino. —respondo.

—Supongo que si —dice.

Ambas inhalamos fuerte, éramos un mar de sentimientos.

—Bueno vámonos que ya nos están esperando —digo.

Ella asiente, toma mi mano y empezamos a salir de la habitación, el auto ya nos esperaba al igual que Deán.

Nos sonríe al vernos, ambas subimos al auto y emprendemos camino hacia el lugar donde sería la boda.

El camino se sintió corto quizás por la adrenalina, enormes candelabros, delicados y lujos alumbraban aquel lugar donde sería la recepción, avanzamos para finalmente llegar al lugar de la ceremonia el cual era hermoso, de fondo una enorme montaña, donde la corona el enorme cielo celeste, y a los pies de la montaña se observa perfectamente el lago azul, la enorme alfombra blanca, con una fila de flores blancas, al final un hermoso arco de flores, peonias, rosas en tonos blancos y follaje verde, filas de sillas blancas perfectamente ordenadas que combinaban con el verde del césped.