EXTRA: LA MUERTE DE ERICK

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LO QUE REALMENTE PASO.

No sé cuánto ha pasado siento lo pies pesados, las muñecas me arden por la atadura, abro los ojos veo a Santiago, observándome no sé cuánto tiempo llevo inconsciente, siento un golpeteo y pulsaciones en la cien.

— ¡Cielos! Ya llevas horas inconsciente, empezaba a asustarme —lo escucho hablar.

—Tengo la garganta seca —murmuro.

—te conseguiré agua —dice.

Solo asiento.

— ¡Oye imbécil! Ven aquí, Erick no seas cobarde —Grita desesperadamente.

A lo lejos escucho el crujido de la puerta.

Mi cuerpo está agotado, alzó un poco la morada y me encuentro con esos ojos verdes que se vuelve oscuro por la por resentimiento y odio dentro de él.

—Bebe —dice abriendo la botella de agua.

La acerca a mi boca al querer beber la aleja de mí.

—Eres... eres un imbécil —digo a duras penas.

—Lo sé, pero estás en mis manos tú y él —dice señalando a Santiago.

—Déjalo ir, prometo que me iré contigo —digo.

Eso llama su atención...

—Lo dices para que lo deje ir, no caeré— advierte.

—Hablo en serio, me iré contigo a donde quieras, pero déjalo ir— aseguro.

— ¿Cómo me lo aseguras? —Cuestiona.

—abre mi bolso —digo, la voz empieza a entorpecerse por la reseque de mi garganta.

Toma mi bolso, lo abre y ve en ella, el sobre con euros, las joyas y mi pasaporte.

—Me iré voluntariamente —digo tratando de convencerlo.

Me observa, Santiago reniega.

—Maddie no lo hagas, es lo que él quiere —grita.

—Cierra la boca —dice propinándole una pata.

—Bastaaaa ya por favor para, quieres que me arrodille bien lo haré, me iré contigo lo prometo. —suplico.

Veo a Santiago retorciéndose de dolor.

—Bien, haremos esto a mi manera. —dice

Toma la botella de agua y se acerca a mí.

—voy a soltarte, beberás agua y luego me suplicaras perdón, me pedirás perdón por haber sido una puta, por abandonar y me rogaras que te perdone y si me convences entonces lo dejaré ir. —habla disfrutando el momento.

Desase los nudos de las cuerdas, tomo la botella de agua, sale de aquel espacio y escucho ponerle llave a la puerta.

Corro a Santiago y desató sus manos y pies, limpio sus labios y le doy agua.

—Escucha haré lo que pide y si no lo convenzo corre Santiago hazlo sin mirar atrás ¿entiendes? —digo.

Retira la botella de su boca.

—No lo haré Maddie no voy a dejarte hacer esa locura. —dice.

—No es tu decisión, debes irte le prometí a tu padre que estarías bien, el me dio el dinero, no puedes Santiago, entre todas locuras Erick me ama de una forma retorcida, pero lo hace, así que no me hará daño. —le aseguro.

— ¿Cómo podría hacer eso Maddie? No puedo irme — dice.

—Si puedes, deje que Polh se fuera porque sé que buscara ayuda, llevamos mucho tiempo aquí, seguro ya vienen a ayudarnos, pero debemos ganar tiempo. —digo.

JUEGOS DE SEDUCCIÓN (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora