Despertar
Perseguí a los soldados sin dudarlo, incluso sabiendo que era débil a su lado. Algo empezó a arder dentro de mí. El ego de mi interior tomó el control de mi cuerpo, no había racionalidad alguna en ese momento, solo orgullo y una sed de sangre inmensa.
Ningún soldado hizo muecas o dijo palabra alguna al verme alcanzarlos con la magia. Eran una sola unidad siguiendo a su líder. Y, con su mera presencia el enemigo tembló de la emoción.
Incluso peleando contra Hiyori y Kai al mismo tiempo, la mujer de alas negro azabache se detuvo a observar, relamiéndose al ver al comandante.
Mi cuerpo tembló al sentir su mirada clavada sobre la tropa, un instinto extraño me decía que su atención estaba dirigida principalmente hacia mí y el susodicho.
Estando a unos cuarenta metros del campamento enemigo, la quimera se abalanzó al frente, siendo detenida con dificultades por un escuadrón de soldados con escudos y alabardas.
El comandante se abalanzó a atacar a la quimera, haciéndole un corte profundo en el brazo izquierdo, por desgracia la herida se selló con la bruma del orgullo, la cual generó una armadura a su alrededor.
Al comandante no le importó, bastó con un gesto para ordenarle a los lanceros que atravesaran las piernas y brazos de la quimera. A lo cual aprovechó para propinarle una serie de tajos en el cuello.
Habiendo cercenado la cabeza de la quimera, cerró el puño, y sus tropas retrocedieron. La espina vertebral de la bestia recuperó la cabeza y se deformó cuanto pudo con tal de mantenerse con vida.
Ahora era una masa de carne, cuya figura parecía más la de un Troll deformado en comparación con su antigua forma humanoide.
El ejecutor ni se inmutó, volteó a ver hacia atrás, los magos de su escuadrón. Crearon formulaciones rúnicas simples. Una bola de fuego, viento comprimido, no eran la gran cosa.
Uno, sin embargo. Estaba creando un conjuro similar al de aquel guardia que custodiaba la montaña.
Mientras ellos hacían sus cánticos y concentraban sus mentes en mantener un consumo eficiente. Me abalancé impaciente en contra de la Quimera, reuniendo cuanto ether pude y disparando repetidas flechas del arco etéreo en su contra.
Los magos se quedaron boquiabiertos, no era normal que un simple aventurero de rango plata fuese capaz de manipular el ether de una forma tan natural.
Y eran pocos los dorados que mantenían tal control.
No les presté atención y vi como la bestia desarrollaba escamas similares a las de un lagarto y cuyo tono era obsidiana.
Trató de abalanzarse en mi contra, pero Shyun ya se me había adelantado en activar las alas.
—Shyun, desactiva las alas. Acabemos con esto.
Los bordes del arma etérea desprendieron viento y, con la ayuda de Shyun, diez formulaciones rúnicas se formaron, uniéndose nueve flechas de viento comprimido sobre mi mano.
Esta vez, había preparado algo especial. Merry me había mostrado lo necesario para mejorar la técnica. Afinar todo y comprimirlo perfectamente en algo que verdaderamente asemejaba una flecha.
Solo era una runa, pero sería el catalizador que me ayudaría a superarme.
—Densare. —susurró Shyun, mientras me ayudaba a controlar el proyectil.
La flecha atravesó a la bestia en un solo instante, perforó el torso con facilidad, pero era una herida pequeña, insignificante.
Sin embargo, tras un segundo, una onda de choque que no pudo seguir a la flecha inicial esparció a la criatura en cientos de pedazos.
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Cronos: Tale of the dark adventurer
FantasyHayato Endou es un joven de la aldea Momozono, el cual sueña con ser un gran aventurero del que se cuenten historias y leyenda. Cuando su solicitud de ingreso al gremio es aceptada inicia su travesía como aventurero, viajando por las tierras en busc...