Reencuentro fortuito

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Reencuentro fortuito

La orden de cacería indicaba que las bestias merodeaban los alrededores de la ciudad, no eran muchos en número, eran peligrosos, pero no tanto como para requerir la presencia de los soldados.

Nada más salir de la ciudad, usé las alas de Aleph para desplazarme por sus alrededores.

Desde el aire pude ver a las criaturas que deambulaban por los alrededores, por las fosas y el terreno irregular que rodeaba la zona cercana al muro de piedra impuesto por la fortaleza. Los susodichos lagartos humanoides eran geckos de brazos y piernas alargadas, postrados sobre dos piernas y con armaduras de cuero improvisadas, aun así, no se les podía subestimar.

Incluso podía recordar una historia contada por mi tío sobre su primer encuentro con las criaturas y el cómo subestimarlos llevo a la muerte de un novato en su grupo.

Bajé hasta una de las fosas y nada más llegar al campo de visión de aquellas criaturas, estas no dudaron en atacarme con rocas y lanzas improvisadas, las cuales fueron dispersadas con el viento generado por las alas de Aleph.

Estando ya en el suelo, aprovecharon para rodearme y luego se turnaron para atacarme con sus lanzas, mientras otros trataban de atraparme para retener mi movimiento. Por suerte, pese a su estrategia, ellos no eran la gran cosa. Bastó con una flecha de Sylph refinada para acabar con todos de un solo ataque.

«Hmm, son bastante inteligentes para ser simples monstruos».

Avancé aprovechando la velocidad proporcionada por la runa para moverme hasta otra conglomeración de bestias, las cuales no tardé en acabar gracias a las técnicas de viento refinadas.

Cuando acabé con todos aproveché para tomar un respiro, por desgracia bajar mi guardia logró que una flecha viniendo desde atrás rozará mi hombro. Al voltear a ver en esa dirección pude notar a una cuadrilla de hombres lagartos con arcos y lanzas más refinados, seguramente era equipamiento que robaban de cuerpo de aventureros.

Entre ellos resaltaba un lagarto robusto que llevaba una armadura de placas completa desde el cuello hacia abajo. Portaba una lanza monstruosa de la que usaban los guerreros de la zona, aquella conocida como woldo o espada de luna creciente en la lengua común.

«Vi una de esas en la colección de Hideaki, este debe ser un señor de las bestias. Creo que no me puedo dar el lujo de tomarlo a la ligera».

Apunté una punta del bastón en dirección al señor de los hombres lagartos, este no reaccionó a la provocación, limitándose a coordinar a los arqueros para que disparasen otro puñado de flechas.

Desvié todos los proyectiles con una flecha de Sylph sin refinar, el viento generado por esta levantó una pantalla de polvo, la cual aprovecharon para lanzar un ataque de vanguardia. Los guerreros lagarto formaban una falange de escudos de todo tipo de variedad y tamaños, sus incesantes ataques y marcha, acompañados por las flechas, lograron hacerme retroceder.

—Bien, no puedo perder todas mis energías en este combate. Shyun, te encargo la defensa.

El espíritu emergió, otorgando las alas de Aleph para darme movilidad, yo me centraría en los ataques. Lancé una flecha de sylph sin refinar directo al suelo, desconcertando a los guerreros lagartos y con un movimiento veloz cuya corriente casi dispersa todo el polvo, acabé con todos ellos por la espalda con una corriente de flechas de sylph refinadas.

Cuando la pantalla de humo se dispersó, los arqueros no dudaron en dispararme, pero, repelí todas flechas con facilidad e ignorando a su señor, acabé con todos ellas con mi nueva técnica.

«Ahora esta sí que es una verdadera flecha, aunque bueno, dejaré que Shyun le dé un nombre».

El aire se acumuló alrededor de las runas, conforme extendía la mano, la presión del aire causaba una sensación similar a tensar un arco. Cuando el aire finalmente llegó hasta la runa de potencia, dejé caer la flecha sobre la conglomeración de arqueros, acabando con ellos fácilmente.

Cronos: Tale of the dark adventurerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora