Un viaje repentino y... un escape conveniente.

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Un viaje repentino y... un escape conveniente.

Ante mí se encontraban la chica monstruosamente fuerte y su maestro. Ofreciéndome su ayuda en mi búsqueda del poder. No entendía bien lo que estaba sucediendo, la oferta fue repentina. ¿Quizá quisiese entrenarme por su amistad con mis padres? ¿Siquiera importaba?

Dudoso acepte su oferta. Hideaki sonrió y caminó lejos, había un carruaje empujado por un dragkin gigante. Miré a mi tío en busca de aprobación, este simplemente asintió con la cabeza y me entregó una maleta con equipo de repuesto, una lanza de acero amarrada con cuero a su alrededor y ropa más que suficiente para el viaje.

No dudé en subir al carruaje, había vivido suficiente y ya no me sentía especialmente apegado a algo. Ya no saldría de aventuras con mis amigos, ellos habían renunciado. Apoyé mi cabeza sobre la ventana del carruaje y observé el exterior.

Nagisa y Jessica se estaban despidiendo, también había una sombría figura con un manto tapando su rostro despidiéndose, con su mano alzada. Sentí que algo devoraba mi alma, pero a la vez, me sentí aliviado.

«Logré escapar. No tendré que tratar con mis problemas por un tiempo».

Miré de reojo a mi nuevo maestro y a la chica pelirroja.

«Si puedo hacerme igual de fuerte que ellos... valdrá la pena abandonar la aldea por un tiempo».

Escuchaba los gritos de mis amigos despidiéndose, conformé el carruaje avanzaba se volvían cada vez más tenues. Al adentrarnos en las profundidades del bosque finalmente desaparecieron. Suspiré pensando en todo lo que había pasado, esta vez definitivamente me haría fuerte.

No hablé para nada durante el viaje. No, para empezar, no había nada que tuviésemos que conversar. Hiyori estaba en su propio mundo, se la pasaba meditando o durmiendo, mientras que Hideaki bebía mientras le contaba sus aventuras al conductor.

Al llegar la noche nos detuvimos a acampar, estábamos a poco de salir del bosque. Me preocupe al ver como Hiyori sacaba carne seca para cocinarla en mitad del bosque.

«El olor atraerá a las bestias, aunque... considerando su fuerza, supongo que no debe importarle».

Como esperaba, las bestias del bosque no tardaron en llegar, pero morían partidas a la mitad antes de que siquiera pudiesen acercarse. Ni siquiera era capaz de ver cuando Hiyori desenvainaba su espada, era algo aterrador. Comí junto a ellos y me quedé dormido poco después.

Desperté al escuchar dos espadas chocando. Me sorprendí al ver al maestro Hideaki sosteniendo un mandoble con el mismo tamaño que su cuerpo en una sola mano. Detuvo la espada de Hiyori con el mango de su arma y la envió a volar con solo el toque de un dedo.

«Increíble, me pregunto si podré hacer eso».

Escuché un grito en las lejanías, Hiyori saltó de un árbol y atacó nuevamente, Hideaki ni se inmuto. Simplemente se movió unos pasos para esquivarla y le dio un golpe en la cabeza con el mango de su espada. Tras dejarla fuera de combate se sentó en un tronco y comió un trozo de carne que se estaba asando en la hoguera.

—Pierdes la concentración con facilidad, tu chi fluctúa y pierde pureza. Necesitas enfocarte más o no llegaras a la siguiente etapa.

Hiyori estaba sudando y jadeaba, estaba claro que se estaba esforzando al máximo.

—Entendido maestro, me centraré en mejorar mi concentración.

Hideaki sonrió.

—Está bien, puedes ir a descansar.

Me levanté por completo, Hideaki volteó a verme, como si me estuviera analizando.

—Hijo de Fumi. ¿Qué clase de energía primaria usas?

Cronos: Tale of the dark adventurerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora