Bestia artificial
Tomé rumbo hasta la salida norte de la ciudad, fui tan rápido como pude sin siquiera pensar en detenerme, continuaría con el viaje en cuanto tuviese el dinero del encargo. Tomé la petición y la sostuve frente a mí para leer las pistas.
«Así que fue avistada por un grupo de comerciantes por la montaña más cercana. No me arrepiento de haber aprendido a rastrear, es muy útil para casos como este».
Doble el cartel y luego lo guardé. Caminé por la salida con la medalla de plata colgando del cinturón, así los guardias no me detendrían ni se molestarían en preguntar algo.
«Estas cosas sí que son convenientes... Olvidé comprar un mapa».
Saqué mi monedero para comprobar cuanto dinero me quedaba, al verlo no pude evitar suspirar cansado.
«Con esto ni de broma podré costear un mapa, mucho menos el viaje».
Volteé a ver hacia atrás, el guardia se asustó cuando se dio cuenta de qué lo estaba observando. Me acerqué a él antes de preguntar nada, por suerte no mostró hostilidad, no quería lidiar con otro Morgan.
—Disculpé, ¿dónde queda la montaña más cercana? —pregunté pacientemente.
Él se sorprendió y tras dudar un poco señaló el bosque.
—Debería poder verse al cruzar el bosque, está como a un día viajando en carruaje.
Volteé a ver hacia esa dirección y Shyun se encargó de ir preparando las alas de Aleph.
—Gracias por la ayuda, nos vemos.
Tras despedirme la formulación rúnica se activó y usando las corrientes de aire me impulsé por encima de la cima de los árboles. Aunque el consumo de ether podría ser un problema, lo moderé un poco reduciendo la velocidad, por suerte en el bosque que sobrevolaba solo había uno que otro par de kobolds que no serían una amenaza.
Cuando pasaron un par de minutos mis hombros se volvieron pesados y me costaba un poco respirar, probablemente era un síntoma de agotamiento por el consumo de ether.
«Ya qué es un consumo lento y constante debe estar causando una reacción diferente a un consumo grande y repentino. Es mejor que sangrar y dañar el cuerpo internamente, eso es seguro».
Tras un par de minutos con esa sensación molestándome y agravándose finalmente pude percibir una figura a lo lejos, seguramente siendo la susodicha montaña.
«Este bosque es casi tan grande como el del pueblo, si no pudiese usar las runas de Sylph hubiese sido un dolor llegar hasta este lugar. Bueno, eso explica porque la paga es tan buena».
Mientras iba pensando continué marchando hasta llegar al pie de la montaña. Al llegar y ver hacia arriba pude notar que era inmensa, aunque no tanto como aquella a la que viajé alguna vez con Hideaki e Hiyori.
Observando los alrededores pude notar una cabaña bien cuidada al lado de un camino de piedra que parecía haber sido tallado para escalar con mayor facilidad hasta la cima de esta, en ese lugar pude notar a un par de guardias durmiendo plácidamente en unas sillas mecedoras de madera.
Me acerqué lentamente hasta su ubicación, no sin antes contemplar nuevamente la cima.
«Será difícil rastrear una bestia en este lugar, ¿quién sabrá cuantas cuevas y otra clase de lugares para esconderse pueden haber ahí?».
Cuando estaba cerca de los guardias pisé una rama qué estaba en el suelo. Al romperse los guardias despertaron por el ruido, sin dudarlo uno preparó una formulación rúnica con caracteres que desconocía, mientras que la otra colocó una espada tan cerca de mi cuello que lo cortó un poco haciéndome sangrar.
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Cronos: Tale of the dark adventurer
FantasyHayato Endou es un joven de la aldea Momozono, el cual sueña con ser un gran aventurero del que se cuenten historias y leyenda. Cuando su solicitud de ingreso al gremio es aceptada inicia su travesía como aventurero, viajando por las tierras en busc...