Conviértete en ceniza
La gente estaba agonizando por culpa de las llamas, incluso si estaba ahí, muy dentro de mí sabía que no podía hacer mucho, si bien podría acabar con facilidad con los lobos, no tenía ni idea de que podrían hacer las otras bestias acechando.
«¿Dónde demonios están los guardias cuando se les necesita? ¿Cómo se supone que enfrente a todas estas bestias por mi cuenta?».
Alcancé el bastón bo en mi espalda y me preparé para luchar, si escapaba el caos se propagaría por el resto del pueblo, eso era algo que no podía permitirme. Aunque algo dentro de mí gritaba que no valía la pena.
Las bestias permanecieron calmadas, aunque a simple vista eran el mayor peligro actual, tenían la inteligencia necesaria para estudiar la situación. Los observé con cautela sin bajar la guardia en ningún momento, mientras el resto de mi atención se dirigía en formar una runa para atacar.
—Gracias, Shyun. Una explosión rúnica hubiese sido inútil en esta situación.
Formé la runa que me enseño Shyun: Sylph, Aleph, Aión. Añadí la runa de potencia y reuní ether a mi alrededor, recordando el constructo de Shyun, comprendí que si realizaba una acción y me concentraba en unir el ether a ella como si fuese natural, de alguna forma la realización se simplificaba.
Las bestias retrocedieron un poco conforme el aire de los alrededores se volvía lentamente frío. En cuanto abrí la boca para gritar, todo el ether que me rodeaba siguió mi gesto y se condensó dentro del círculo rúnico, liberando un rayo de aire comprimido que se arremolinó atravesando a los débiles lobos, el ether continúo canalizando en mi cuerpo para mantener aquel ataque, antes de cansarme logré matar a las bestias débiles y aunque no logré atravesar al resto si les causé un daño considerable.
Repentinamente perdí el aliento, mi respiración se hizo pesada y mi voz se había desvanecido. No se trataba de una repercusión de ether, o al menos no era la usual.
«Quizá sea porque nunca intenté esto antes, mierda, es una técnica de doble filo...».
Miré de reojo al resto de bestias, quienes se preparaban para atacarme tras ver aquel ataque.
«Tendré que aguantar un poco más si quiero evitar que esto se esparza».
Le ordené a la runa que había usado antes que se moviera a la punta de mis dedos y la atravesé con un golpe mientras el ether era canalizado hasta la punta de estos. El resultado fue una cuchilla con menos rango que consumía ether constantemente. Era inconsistente y oscilaba su tamaño entre el tamaño de una cuchilla y el de una daga.
«Inestable. Bueno, por probar no pierdo nada».
Mientras caminaba le ordené a la runa moverse hasta una de las puntas del bastón, era prácticamente lo mismo, pero ahora lo había atado a un arma de verdad. La cuchilla estaba puesta en el extremo más intacto del bastón, pues en el otro lado estaba torcido.
«Esa maldita serpiente. Al menos es funcional».
Uno de los osos se precipito hacia mí a gran velocidad, sin tener idea de su fuerza decidí retroceder mientras oscilaba el filo de viento, pero su inestabilidad la hacía más mediocre que una espada de hierro sin afilar.
Rápidamente fui abrumado por los constantes ataques de la bestia, incluso si trataba de alejarme con el método usual, la imponente bestia tenía la velocidad necesaria para alcanzarme y evitar que me alejara sin recibir un daño considerable.
Me defendía con las justas de sus zarpazos, pero la estructura del bastón no iba a resistir mucho, detuve la corriente de viento para no desperdiciar fuerzas, mientras mi arma poco a poco era destruida
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Cronos: Tale of the dark adventurer
FantasyHayato Endou es un joven de la aldea Momozono, el cual sueña con ser un gran aventurero del que se cuenten historias y leyenda. Cuando su solicitud de ingreso al gremio es aceptada inicia su travesía como aventurero, viajando por las tierras en busc...