Expedición a la mazmorra. Parte 3

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Expedición a la mazmorra. Parte 3

Nerviosamente di el primer paso al interior de la mazmorra, en cuanto mi pie toco el suelo sentí un escalofrío, mi corazón estaba palpitando rápidamente por la emoción. Gell me empujo con un dándome un golpe en la espalda haciendo que me cayera.

—Pareces un niño, deberías estar tan tranquilo como yo.

Miré a los demás, parecían estar serenos.

—Fuertes palabras para alguien a quien le tiemblan las piernas.—dije con un tono burlón.

Gell que no se había dado cuenta se avergonzó un poco, tomó su hacha y la apuntó al interior.

—Ahí dentro veremos cosas aún más impresionantes, no nos podemos poner nerviosos.

Aoi fue la primera en adentrarse hasta llegar a las escaleras. Miré a Gell de reojo, mientras tenía mis brazos cruzados.

—Pesé a que actúas temerario... ya noté quien tiene los pantalones en su relación.

Después de decir eso seguí a Aoi, Gell se había quedado pasmado.

—Espera... ¿Qué acabas de decir? ¡Vuelve aquí cobarde!

Gell gritó tan fuerte que lo pudimos escuchar desde el primer piso, cuando todos finalmente habían descendido, por alguna extraña razón mi cuerpo estaba siendo partido en dos por los brazos de Aoi.

«¿Eh? ¿Cuándo pasó esto?».

Aoi aumentó la fuerza poco a poco, ya escuchaba mis huesos fracturándose.

—¡Hayato! ¡Eres un...!

Antes de que Aoi me rompiese la espalda Nagisa la tranquilizó.

«Se me olvidó que les molesta cuando hablan de su relación en público».

Feng caminó hasta la puerta que indicaba el inicio de la mazmorra y la abrió.

—Ya basta de juegos, hemos venido a ascender nuestro rango.

Tras la puerta había un pasillo largo, las paredes tenían símbolos antiguos tallados por todas partes, también había un fuerte olor a podrido recorriendo toda la zona. Tras un tiempo caminando una niebla negra empezó a inundar la zona, de ella aparecieron esqueletos con armadura, si bien eran simplemente esqueletos, sus cuerpos estaban ligados por la misma niebla.

Volteé a ver el grupo, Gell estaba al frente, Nagisa y yo cubriendo los costados, por su parte Feng estaba cubriendo nuestra retaguardia. Mantuve lejos a los esqueletos usando mi nueva técnica, después de todo las flechas no serían de ayuda contra un montón de huesos. Feng parecía estar despreocupado, incluso me hablaba mientras los mantenía a raya con su lanza.

—¿Ya le has dado un nombre a esa técnica? Te ayudara a recordarla.

Cuando escuché eso me confundí un poco.

«¿Nombrar la técnica? ¿Siquiera es necesario?».

Continué disparando a diestra y siniestra, hasta que mi Carcaj empezó a vaciarse.

«Mierda, me he pasado, tengo que ahorra munición».

Tomé mi daga y me acerqué para combatir cuerpo a cuerpo con los esqueletos. Miré hacia atrás, Nagisa estaba destrozando a cualquier enemigo que se le acercase usando una espada larga.

«Son increíbles, se nota que tienen más experiencia que nosotros». Fue lo que pensé al verlos luchando, pero la emoción del momento no me dejaba contemplar su fuerza.

La pelea continuó hasta que una luz reconfortante empezó a inundar la zona, desapareciendo la bruma que generaba los esqueletos. Aoi cayó al suelo, parecía estar agotada, Gell se quedó a su lado sosteniéndola, incluso fatigada, sus manos aún rezaban.

Cronos: Tale of the dark adventurerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora