Truco de magia
Tras vomitar sangre el tío Yamato colocó su mano izquierda sobre la herida, luego se quedó quieto por un breve instante empezó a gritar de dolor y tras ello pareció cerrar la herida con puro esfuerzo. Sin embargo, estaba claro que eso no solucionaba nada, simplemente evitaba perder más sangre de la necesaria, el daño estaba hecho.
La pelea continúo, pero debido a sus heridas el cansado aventurero no pudo mantenerse al ritmo de la batalla y poco a poco se iba volviendo más lento. Por el contrario, su monstruoso enemigo parecía hacerse cada vez más rápido y fuerte, estaba claro que el anciano estaba en las últimas.
Apreté mis manos y dientes con furia, la impotencia invadía mi mente y lamente mi debilidad, al ver como aquel brazo hecho de carne endurecida y huesos como punta atravesó por última vez el cuerpo del tío, no pude evitar apartar la mirada.
En ese instante, Nagisa tocó mi hombro haciéndome abrir los ojos y señalo el combate, el tío Yamato había atrapado el brazo de su adversario y con el resto de sus fuerzas le propinó un golpe con tal fuerza que generó una onda expansiva que nos envío a volar incluso estando tan lejos.
Cuando recuperé la compostura me quedé quieto esperando a que la nube de humo se disipara. Al ver lo que había detrás de ella, descendí sin cuidado por el cráter que había dejado el combate para correr desesperado hasta el centro de este.
Pude escuchar los pasos de Nagisa siguiéndome, mientras continuaba adentrándome sin cuidado dentro del cráter. Me detuve al llegar al centro, la deplorable vista inundó mi mente y no pude evitar caer de rodillas al estar enfrente de tal imagen.
El tío Yamato estaba desfigurado y todo su cuerpo parecía haber sido destrozado, su adversario había muerto por el ataque, había cumplido su propósito. Nagisa posó su mano sobre mi hombro aterrada por la escena. Cerré los ojos brevemente y me tragué la tristeza, con las justas reuní voluntad para levantarme y tras recitar un gesto ceremonial que aprendí de Ryu una vez, tomé la insignia del tío Yamato de su cuerpo inerte.
—Qué tu alma encuentre la paz en las cenizas...—tras recitar eso, formé un circuito rúnico, Sylph, Ifrit, Aleph, Aion. La llama generada quemó lentamente los cuerpos de ambos guerreros hasta reducirlos a poco más que cenizas.
Mientras miraba el cuerpo inerte desplomarse mientras era devorado por el fuego, no pude evitar apartar la mirada. Nagisa me confrontó por hacer aquello.
—¿Qué crees que haces Hayato? No podremos darle un funeral digno si tú—expresó antes de que la interrumpiera.
Lágrimas recorrieron mi rostro mientras trataba de contener mis emociones.
—Fue lo mismo con mi madre, esta es la tradición del clan de la araña. Él mismo me pidió hace un tiempo que si algún día llegase a morir quemará su cuerpo, pues no quería que su alma fuese atada a este mundo.
Habiendo dicho eso, la expresión de Nagisa seguía demostrando confusión, era claro que no lo entendería, ni siquiera yo entendía bien porque había seguido aquella costumbre, incluso si se trataba de una petición de la persona, seguía tratándose de un acto cruel.
Suspiré mientras miraba el fuego y luego desvíe mi atención hacia Nagisa.
—Fue lo mismo con mi madre, el tío quemo su cuerpo y esparció la ceniza... cuando lloré desesperado al no querer perder su único recuerdo me abrazó y me pidió que también le diese tal final a su cuerpo.
Miré al cielo oscurecido por un breve momento antes de continuar.
—Al final, nunca terminé de llevarme bien con él. Perdona, no importa, por ahora escapemos antes de que algo peligroso se acerque.
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Cronos: Tale of the dark adventurer
FantasyHayato Endou es un joven de la aldea Momozono, el cual sueña con ser un gran aventurero del que se cuenten historias y leyenda. Cuando su solicitud de ingreso al gremio es aceptada inicia su travesía como aventurero, viajando por las tierras en busc...