Al bajar del ascensor y recorrer los pasillos Maximiliano nunca se esperó que sería él, quién estuviera realizandose incontables diagnósticos cómo si fuera el quién lo estuviera pasando mal y no Hayden. Confundido ante la situación el fue en busca de respuesta, mirando fijamente a su prometido.
—¿No eres tú el que la está pasando mal con las náuseas y mareos?—Preguntó, acariciando el rostro sonriente de Hayden aunque su piel hasta pálida.
¿Como puede sonreír cuando se ve así de mal? Cada segundo que pasa se vuelve más pálido, la mascarilla no le esta siendo de utilidad al parecer. Temo que en cualquier instante en que no lo vea, caiga desmayado.
—Yo, estoy bien.—Asegura.—No te preocupes por mí y ve que te hagan los estudios necesarios.—Si no le encuentran nada tendré que traer los mejores médicos del extranjero.—Si sientes incómodo yendo solo entonces estaré ahí contigo...
—Tengo el presentimiento que mis síntomas están ligados a ti, mi alfa.—Sus manos reposan en el estómago de Maximiliano.
El alfa al principio estaba confuso no entendía la dirección que estaba yendo la conversación, pero pronto cayó en cuenta sobre lo que Hayden le quería decir tras posar sus manos en su plano estómago.
—¡¿C-Crees que...?!
Mi respiración se acelera al igual que los latidos de mi corazón, me siento como un niño visitando por primera vez el parque de atracciones, subiendo a los juegos que un niño no puede subir. Así de emocionado estoy de solo imaginar que lo que Hayden piensa sea verdad.
—¿Y-Yo podría estar?
Solo entonces el alfa fue iluminado, perplejo ante la posibilidad de estar llevando una vida en su estómago. Mientras su expresión dejaba ver la sorpresa, sus ojos brillan intensamente emocionado de llegar a tener esa dicha, de darle un hijo a la persona que tanto ama.
—Sí.—Sostiene en sus manos el rostro de Maximiliano.—Principalmente por eso vinimos al hospital.—Frota sus dedos en las mejillas del alfa.
—...Y, ¿si resulta que no es así?—¿Estaremos preparados para las decepciones?
Quizás Maximiliano también pensó en ello anteriormente pero prefirió ignorarlo por lo mismo, temía ilusionarse y ilusionar a Hayden. Temor a decepcionarse como decepcionar a su omega.
—No pensemos en lo negativo solo hay que concentrarnos en lo positivo, ¿si?—Besa la frente de Maximiliano.—Únicamente en eso.
—Tienes razón.—Es mejor saber a quedarnos con las dudas.—Volvere, solo espérame.
—Bien.—Fue lo que hablamos no hace mucho en este pasillo.
‹Queria entrar con mi reina pero Homero (médico personal de la organización clandestina) me aconsejo que era mejor esperar aquí fuera, mis nervios y ansiedad solo podrían presión en Max. Quedándome sin alternativa mas que solo esperar pacientemente.› Ha estado yendo y viniendo por el pasillo en exceso, mareando a Jacinto el cual se enteró de algo que no quería.
Mas bien lo que ya sospechaba se le fue confirmado a Jacinto que, su incompatible jefe era nada menos el que recibí mucho "amor" en la relación.
—¿Por qué te vez más pálido que yo?—Cuestiona al guardaespaldas.—Tengo el presentimiento que vomitaras en cualquier momento.—Fija está su mirada en Jacinto.—¿Te desagrada la idea de que...?
—¡Claro que no!—Aclara.
No creo que me vea palido solo es él molestándome, poniéndome nervioso y también porque no quería enterarme de las posiciones en la cama, era innecesario. En momentos como este el tener buen oído es molesto, ya puedo imaginarme también la reacción de Constantine cuando se enteré y si fuí comido por ese joven tigre, ¿existe la posibilidad que también esté...?
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Rosa sangrienta
General FictionHayden es un joven que fue abandonado desde niño en casa de sus abuelos, por sus e irresponsables padres, creció muy bien con los cuidados de sus amados abuelos. Pero esa comodidad se ve arruina por la inesperada visita de su "padre" a quien no habí...