capitulo 74

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Disfrutando de la tibia agua en la tina yacía ese alfa de ojos celestes, tallando con cuidado sus brazos y pecho ahí mantiene por más tiempo su mirada al notar esos chupetes.

—Siguen bastante hinchados mis pechos, cuando Hayden posa sus labios en ellos los succiona como si quisiera que salieran algo de ellos.—Se tira un poco agua en la cara para bajar la temperatura corporal de su cuerpo al recordar la mirada lujuriosa de Hayden.—El se me adelantó y se me propuso primero.—Sonríe.

Unos minutos antes...

Cristalina se veía su mirada tan celeste y conmocionada fija en su temblorosa mano izquierda, sin poder creer lo que sus ojos estaba admirando en este preciso momento en su dedo anular. Lo que cristalizó su mirada y deslumbra su dedo anular; era nada menos que un anillo de compromiso que vendría valiendo una inmensa fortuna y no era cualquier anillo, sino que, uno que due diseñado por el mismísimo Hayden para su amado alfa.

El aro tenía el grosor y tamaño perfecto hecho con el oro mas puro que pueda existir, encajaba correctamente al dedo de Maximiliano. Y sobre el aro había una corona con pequeñas piedras preciosas incrustadas que van desde zafiros cómo diamantes rojos. Para finalizar, enmedio de dicha corona, ahí yace el corazón del océano que compro en aquel entonces Hayden, en al subasta. (Al final les dejaré la foto que creé utilizando la "AI" de como se ve, tiene bastante detalles no se si me explique bien al describirlo.)

—¡Esto es una locura!—Susurró, besando dicho anillo.

Soy un hombre adulto que es frío con el mundo enteró a excepción de mi Omega, es el único que puede sorprenderme de tal manera que las lágrimas de felicidad solamente fluyen de mis ojos. En este instante soy como un niño pequeño emocionado por recibir un obsequio solo que, este obsequio es uno que me vincula para siempre, más de lo que ya estoy a Hayden.

—Me encanta.—No puede dejar de sonreír o sollozar.

Nunca se esperó despertar y llevarse tan irreal sorpresa, una que lo dejó sin aliento y con su corazón a punto de salirse de su pecho por la indescriptible felicidad.

—Esta inigualable piedra preciosa es la que compro ese día en la subasta, cuando era Bloody Rose.—Sumerge cariñosamente sus dedos en esos largos cabellos negros.—¿Acaso desde un principio lo compraste para convertirlo parte de este anillo?—Sabia que Hayden estaba despierto por eso esperaba una respuesta.

—Sí, desde siempre he tenido mis objetivos bien claros, mi reina.—Besa el dorso de la mano de Maximiliano.—Tengo el dinero y poder para protegerte ahora ya nada puede impedir el no estar contigo, tal como lo prometí ese día, cuando nos vimos por primera vez mientras caí la nieve y tú ibas en el interior de ese auto. Estoy aquí, vine por ti, mi reina. ¿Quieres casarte conmigo?

—Sí.—Asiente con la cabeza, sonriendo entre lágrimas.—Si quiero casarme contigo.—Deja que Hayden lo arrulle en sus brazos como un pequeño niño, escuchando los latidos del corazón proviniente de Hayden. Palpita con fuerza.

—Te amo tanto, Maxi.—Besa la coronilla del contrario.—No sabes cuánto soñé con este momento y ahora que lo estoy viviendo se siente irreal, todo es irreal.

—¿Quieres que te dé un puñetazo para que sientas que es real?—Sugiere.—Levantando ligeramente su rostro.—¿Qué diced?—Sus miradas se encuentran gentilmente.

—Me interesa, sin embargo, azota con esto.—Sostiene en sus manos las caderas del alfa.—Ya sea contra mi cara o devorando lo que tanto te gusta.

—¡Eres tan vulgar!—Impacta sus manos en el pecho de Hayden, más bien, fueron dos manotazos.—Lo hicimos por última vez no hace mucho, quizás han pasado treinta minutos.—La piel de su cuello se volvió carmesí por la timidez.—No es que no quiera hacerlo pero ese lugar necesita un descaso.—Hablo entre dientes.

Rosa sangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora