El plan de Ross.

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Ratliff fue muy amable al dejarnos a Auggie y a mí en una pequeña casa. Por fuera se veía agradable. Era de color blanco, tenía una reja de color negro, y había otras casas cercanas, era un lugar demasiado pobre, lo cual llamó un poco mi atención. No soy caprichosa, es sólo que estoy acostumbrada a los lujos.

—¿Qué te parece? —me preguntó Ratliff, ayudando a Auggie a bajar del auto. Lo tomaba de la mano, era muy tierno de su parte. —Sé que no es como los lugares que acostumbras, pero...

—Es perfecto. —Dije interrumpiendo a Ratliff, que me miró sumamente sorprendido. Yo sólo sonreí. —Es perfecto, realmente me puedo acostumbrar a estar aquí —sonreí, buscando darle tranquilidad a Ratliff y también a Auggie.

—¿Cómo lo harás? —Ratliff se acercó sumamente preocupado a mí. —Estás sola, sola con tú hermano. ¿Acaso... —puse mi dedo en sus labios, para que él me dejará hablar.

—Estaremos bien, Auggie y yo somos personas fuertes.

—¡Frío, frío!. —Dijo Auggie mientras se soltaba de Ratliff, para poder abrir la puerta de nuestra nueva casa y así entrar corriendo. Yo reí mientras lo vi realizar aquella acción. Definitivamente: ¡vivir con él sería una nueva aventura! Pero estoy dispuesta a llevarla a cabo.

—¿De quién es ésta casa? —Le pregunté a Ratliff mirándolo fijamente, él rodó los ojos. —Sabías que tarde o temprano te lo preguntaría.

—Es mía. —Respondió Ratliff mirándome, yo abrí los ojos de par en par. Evidentemente... sorprendida. —No te sorprendas. La compré porque es mi escape.

—¿Tú escape? —pregunté ahora más confundida que nunca. —¿De quién te escapas?

—Son cosas de las que algún día te hablaré. Pequeña. —Ratliff jugó con mi nariz, para después reír. —¡Adiós! Nos veremos pronto —dijo dedicándome una bella sonrisa.

—¡Más pronto de lo que crees! —Respondí riéndome, lo vi alejarse hasta volver a su auto. Cuando él se marcho, entre para ver a Auggie y así acomodarme. Obviamente dormiríamos en la misma habitación, no podía dejar a Auggie solo.

|...|

—¡Estoy furiosa!. —Me dijo Rydel en cuanto me vio intentando bajar las escaleras. Quería no hacer ruido, para no tener que hablar con nadie, tampoco estaba de buen humor. Evidentemente... mi plan no había surtido efecto. —¡No sabes cuánto odio todo!. —Volvió a gritar Rydel.

—No es mi problema. —Respondí intentando bajar la escalera, pero Rydel tenía otros planes. Simplemente me tomó de los hombros y me hizo entrar a su habitación. —¿Qué quieres? —Pregunté de mala gana, sentándome en su cama y cruzándome de brazos.

—Debo decirte que también formas parte del problema, porque la nueva actitud de nuestra abuela, es algo que nos afecta a todos nosotros. —Dijo Rydel mirándome retadoramente. —Y creo que deberías saber que tú tienes mucho que ver, por actuar de forma rebelde.

—¡Rydel!. —Suspiré levantándome y cruzándome nuevamente de brazos, Rydel a veces podía ser un dolor de cabeza. —¿A qué quieres llegar? —Me levanté para mirarla fijamente. —Quiero ir a dormir, apúrate.

—Tengo un plan para que nuestra abuela deje de molestarnos, es algo un tanto trillado, pero sé que funcionará. —Rydel sonrió. —Pero necesitaré tú ayuda, porque mi abuela reconoce mi pésima ortografía en cualquier lugar. Dime... ¿quieres que las cosas vuelvan a ser como eran antes?.

No tuve que pensar en ello durante mucho tiempo, es obvio que quería que las cosas se normalizarán, realmente esta rutina me aburría en exceso. ¿Trabajar? Si debiera trabajar hubiera nacido pobre, tengo todo el dinero que quiero sin ni siquiera mover un dedo. No necesito ir a trabajar.

The True.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora