Pasando un rato con Ratliff.

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Ratliff y yo fuimos a un Restaurante. Parece que ese Restaurante pertenece a Riker, o eso tengo entendido. Lo único que sé, es que es bastante grande, tiene una decoración hermosa. Es un lugar muy agradable, te atienden bien y no hay personas desagradables, no hay un servicio que te de ganas de asesinar a alguien. Jaja, sí, me refiero a Ross. ¡No hay personas cómo Ross aquí! Y eso es lo que más me gusta.

—¿Entonces vives con los Lynch? —pregunta Ratliff tomando un poco de café.

—Sí, estoy viviendo con ellos, por ahora. Ellos me están ayudando a buscar a mi hermano —aclaré. Me sentía algo nerviosa aclarando ese detalle.

—¿Ellos? —Ratliff enarcó sus cejas, no se veía muy convencido —¿Realmente los Lynch te están ayudando a buscar a tú hermano? —preguntó en tono incrédulo.

—Bueno, realmente quién me está ayudando es Martina —respondí con sinceridad —, Los demás no sé si me ayuden o no.

—Ah... —Ratliff suspiró —, Si te soy sincero, eso tiene mucho sentido. Escucha Laura, no es por amargarte, asustarte o algo parecido. Pero esas personas no son muy agradables. Ellos son superficiales, tratan mal a quiénes no les agradan, o a quiénes consideran "pobres". Ellos pueden ser realmente malos cuando se lo proponen —aclaró Ratliff.

—Lo sé, yo no les caigo bien —respondí dando un fuerte suspiro.

Sinceramente, vivir en esa casa no es fácil. Me encantaría que las cosas pudiesen ser diferentes, pero no es así. Yo no les agrado, y no puedo conseguir que eso cambie de un día para el otro.

—¿Y por qué vives ahí si no les agradas? —preguntó, en ese momento me miraba fijamente, yo sólo di un largo suspiro —. Debe ser incómodo.

—Porque Martina me pidió que me quede —respondí. Ahora fui yo quién tomó un poco de café —. Yo la cuidé cuando perdió la memoria, ella me dijo que me devolvería el favor y no quiero herir sus sentimientos.

—Eso es muy dulce —Ratliff sonrió ampliamente.

—Además, ella me está ayudando mucho, no puedo ser mal agradecida, es una excelente persona —aclaré.

—Laura, sólo te digo que te cuides —Ratliff se puso serio, era algo importante —. Ellos pueden ser muy manipuladores y muy mentirosos, así que ten vivo el ojo.

—Lo haré. Gracias —respondí sonriendo, con sinceridad.

—Cualquier cosa que necesites, yo estaré para ti.

—¡Muchas gracias! —respondí son sinceridad —, Eres un buen amigo, eres muy atento.

—...—

—¡¿Cómo se te puede ocurrir dejar a Laura sola?! —gritaba mi abuela.

Así es. Cuando llegué a casa, Martina me estaba esperando. Estaba feliz, al principio me hizo preguntas del trabajo y cosas así. Pero cuando se dio cuenta de que Laura no estaba conmigo, se enojó tanto que no dejaba de gritarme.

—¡¡¡Basta de gritos!!! —interrumpió mi madre, gritando aún más fuerte —. Mamá, Ross no está obligado a cuidar a esa chica, ella se ve bastante grande para saber cómo volver a casa.

—Puede que sea grande, pero lleva poco tiempo viviendo aquí. Nadie en el mundo puede saber una dirección tan rápido —respondió mi abuela, indignada.

—Bueno, siento lo que hice —respondí en tono serio. ¿Sentirlo? ¡Claro que no lo sentía! Laura me da lo mismo, ella y yo no somos nada. Absolutamente NADA.

—Me alegra que lo sientas, porque ahora tienes que ir a buscarla —respondió mi abuela, con seriedad. Se veía muy enojada.

—¿Ir a buscarla? —empecé a reír a carcajadas. ¿Acaso hablaba en serio? ¡Se nota que no me conoce en lo absoluto!

Subí las escaleras poco a poco, y cerré de un portazo, ignorando los gritos de mi abuela. ¡Yo no iría a buscar a Laura, por nada en el mundo! Ojalá esa tonta se pierda, la verdad es que me haría un gran favor, me encantaría que salga de mi vida.

—...—

Ya había oscurecido bastante. El Restaurante tenía que cerrar pronto. Entonces, Ratliff se ofreció a llevarme a casa. Yo le agradecí mucho, porque no tenía idea de cómo volver.

—Puedes dejarme aquí —dije cuando ya estábamos cerca, eran tres cuadras para caminar.

—¿Segura? —preguntó deteniendo el auto.

—Sí. Puedo caminar aquí, no es necesario que me cuides tanto —le regale una gran sonrisa.

—De acuerdo.

Ratliff estacionó el auto. Quitó los seguros. Nos despedimos. Le dí las gracias por todo, y también un tierno beso en la mejilla. Él me dijo que me cuide y que lo pasó muy bien, dijo que soy muy agradable. Yo le dije que nos veremos pronto, porque en serio lo deseaba. Él era muy agradable.

Empecé a caminar, a paso lento. Porque no tenía ganas de llegar aún. A veces uno se aburre de tanta indiferencia.

En eso, alguien toca mi brazo. Yo no puedo evitar gritar, me doy vuelta y veo a... ¡Maia! ¿Maia? ¿Qué hace ella aquí?

—Laura, necesito hablar contigo —dice de modo serio.

—¿Quieres hablar conmigo? —respondo sorprendida —. ¿De qué se supone que quieres hablar? Porque me parece que si quisieras hablar conmigo, no hubieras dejado que tú madre me echara de mi propia casa —respondí fulminándola con la mirada.

Iba a seguir caminando, pero ella me tomó del brazo, impidiéndome seguir caminando. La vi, y sus ojos brillaban, estaba apunto de llorar. De acuerdo... ¿Tendría que ser mala con ella? Técnicamente... Fue Jill quién me echó, no ella. Suspiré pesadamente.

—Maia, tienes cinco minutos, nada más ni menos. Habla...

Espero no arrepentirme de esto. Porque realmente, ya no sé en quién puedo confiar y en quién no.

¡Hola! ¡Espero disfruten el capítulo! Bueno... Digamos que Ratliff será uno de los protagonistas de la novela, así que saldrá muy seguido. Me encanta como apoya a Laura, jaja. ¡El reto que se llevo Ross por parte de Martina! Eso fue muy gracioso. Y... Maia consiguió localizar a Laura, para poder conversar (Recuerden que Maia es novia de Ross). ¿Será que Laura caerá en el malévolo plan? ¡Pronto lo sabrán!

The True.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora