Primer día de trabajo.

516 61 18
                                    

Estuve trabajando toda la tarde. La verdad es que ahora entiendo porque las personas aman el Restaurante de Martina. La verdad es que se llenaba bastante. Puede que Ross no sea la persona más agradable del mundo, pero al menos puedo ver que se esfuerza un poco, creo que tampoco es que quiera dejar mal a su abuela, simplemente no sabe lo qué hace y no puede controlar su malgenio. Es algo raro.

Hablando de mí, yo fui amable con todos los clientes. Les sonreía, les conversaba un poco, y hablaba tierno con los niños. No es que me haga la tonta, o es que éste "actuando", simplemente soy así. Cuando estudiaba en el extranjero, siempre era conversadora y alegre. Creo que así nací, y también moriré de ese modo.

—...—

Estaba llevando una orden. Pidieron sopa de fideos, con carne. ¿Cómo alguien puede venir a un Restaurante y pedir algo tan básico? Me parece una verdadera falta de respeto. Nosotros no trabajamos para esto, para atender a personas que no saben dónde ir, ni qué pedir. Parece que había anotado el número seis, ¿O sería un nueve? ¡A la madre! Ahora no entiendo mis números. Me quedaré con el nueve.

—Aquí está su sopa —dije dejando la orden en la mesa.

—Yo no pedí esto, yo quería lasaña —me reclama el hombre de esa mesa. Se ve de unos veinti tantos años, es de piel morena y su cabello también es negro. No tiene cara de simpático.

—No molestes —respondo de la mala gana, intentando retirarme.

—Pero ya le dije que pedí una lasaña, no tengo porque comer sopa si ni siquiera es mi pedido —insiste.

—Puede haber pedido lasaña, pero me costó traer esa bendita sopa hasta la mesa. ¡Así que cómala y punto!

—Iré a hablar con el gerente, no saben contratar a buenas personas —el cliente se iba a levantar, pero saca unos cuántos billetes —Se los doy, tal vez pueda ir a clases del manejo de la ira.

—¡Hasta aquí!

Tomé la sopa de fideos, porque estaba muy enojado. Vi que él se sentó de nuevo, asintiendo. Y antes de que pudiera moverse o algo, ¡le tiré la sopa por la cabeza!

—Aquí tiene su dinero. Usted lo necesita más que yo —dije tirándole el dinero por la cabeza, junto con su sopa.

—...—

Estaba viendo toda la escena que protagonizaba Ross con el cliente. Quería ayudar, pero Calum me dijo que no tenía que intervenir, quería ver qué hacía Ross. Calum fruncía el ceño cuando Ross gritaba, yo no podía creer la falta de educación de ese muchacho.

—¡Oh, Dios!

Cuando Ross tiro la sopa, no pude quedarme de brazos cruzados. Tomé unas cuántas servilletas, y corrí hasta ese señor.

—¡Cuánto lo siento! ¡Tome! —le dí todas las servilletas a ese señor.

—Agradezco su gentileza —dijo tomándolas de mi mano —. Aunque esto estará en mi sitio Web, de eso no hay duda.

—No tiene porqué decirlo, sé que fue una falta de respeto —respondo, porque es la verdad —. Puede ir al baño, ahí encontrará toallas.

—Gracias.

—¡Espere! —lo detengo —, Por favor, acepte esto por todas las molestias que lo hicieron pasar —saque de mi bolsillo unos cuántos billetes, no sé cuánto tenía, sólo sé que es poco.

—Gracias, eres una buena chica. Adiós.

El señor se fue caminando al baño. Yo sólo pude suspirar. ¿Cómo es que alguien podía ser tan malo? Busqué a Ross con la mirada, y lo vi subir la escalera. ¿En serio se iría? ¡Pues no lo dejaría! Me tenía que escuchar, y nadie me callaría.

Subí la escalera y llegamos a una terraza. Había un árbol, una banca, y una mesa con seis sillas. Era un lugar muy lindo, podías ver todo el cielo, el sol, las nubes. Se sentía cómo volar.

—¿Qué haces aquí? —me pregunta Ross —, No quiero que estés conmigo.

—¡No puedes tratar a la gente cómo se te da la gana! Todos en el mundo somos personas, todos somos iguales. No hay nadie mejor, ni peor. Todos formamos parte del mundo. ¡No eres un Rey! —dije retándolo.

—¡Y tú qué sabes! —Ross camina de un lado a otro —. Vas por la vida diciéndole a las personas cómo se tienen que portar, cómo actuar. ¡Crees que lo sabes todo! ¿Sabes por qué eres así? ¡Porque tú vida es perfecta! Pero no por eso tienes derecho de retarme cada vez que se te da la gana. ¡Tú no eres mi madre! —me grita.

—¡Mi vida no es perfecta! ¡Tú qué sabes sobre mí! —ahora me siento aún más enojada —. Ojalá mi vida fuese perfecta, pero no. Tengo poco dinero, no tengo dónde vivir. Conocí a una buena persona, pero tristemente su familia es muy mala. ¡Perdí a mi padre hace poco! Él murió, dejándome sola con mi hermanito menor. Pero, ¿Sabes qué le pasó? ¡Se perdió! No sé dónde está, nunca puedo estar tranquila, porque me da miedo que le pase algo malo, pero...

No pude seguir hablando, porque las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos sin permiso. Sin decir nada más, me fui de ahí. No lloraría frente a una persona tan mala como Ross. Aunque pude ver que se quedó muy callado, ni siquiera intentó seguirme.

¡Hola! Subí el próximo capítulo lo antes posible. Es que tenía ganas de escribir, y se me ocurrió subir otro capítulo de está novela porque vi que el anterior les gustó mucho. ¡Gracias por los casi 400 votos! Me emocionó con cada cantidad, jeje, por eso les doy las gracias. Y bueno... Fue un capítulo bastante raro. Ross se portó muy mal con ese cliente, y Laura cómo siempre diciendo las cosas cómo son...

The True.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora