Comenzando con las nuevas vidas.

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Escuché que alguien me llamaba, entonces de inmediato me dí vuelta, y pude ver que se trataba de Dove, sonreí al verla, aunque realmente no me sentía nada feliz, no me gustaba que me vieran en un momento como ese. Y... aunque amé muchísimo a mi hermano, a veces siento mucha pena por él, porque hace cosas que no son normales, y a los demás les puede incomodar o parecer un niño fuera de éste mundo. Sí, es un poco triste que los demás no lo entiendan, pero... es mi hermano, y debo cuidarlo siempre.

—¡Eres tú! —Dove sonrió —¿Qué haces afuera tan tarde? Son más de las nueve. ¡Qué sorpresa!

—Dove... —sonreí, sin ganas —Lo sé, es sólo que no tengo donde pasar la noche

—¡Tontita! —ella rió —No hagas bromas de ese tipo y ve con tú hermano a casa, no es bueno que anden solos a está hora.

—Lo sé, lo sé —suspiré. ¿Para qué explicarle la situación en la que me encuentro? No guardo rencores contra Jill, simplemente hizo lo que hizo por desesperación. Supongo que tendrá sus motivos, llevar una casa sola y con miles de cuentas, ha de ser algo desesperante. No sé ni qué pensar... —Bueno, supongo que después nos veremos

—¡Dalo por echo! ¡Adiós, amiga!

—Esa chica, no me gusta —opino Auggie al ver que Dove ya se había ido

—Es una buena chica, es suertuda. Creo que tiene algo de dinero, no tanto como el que nosotros teníamos, pero sí tiene algo con lo cual puede sobrevivir —suspiré y tomé la mano de Auggie, aún caminando en la oscuridad —Ven, creo que sé adonde podemos ir

—¡Casa, casa! —gritó Auggie —¡Vamos a casa!

—No Auggie, no podemos volver jamás a esa casa

—¡Yo quiero ir a casa! ¡A casa!

—¡Auggie! —suspiré agotada —Sí, iremos a casa —mentí, no podía explicarle bien lo qué pasaría, que ahora tendríamos una nueva casa, que quizás fuese un desastre, o muy pequeña. Pero algo llenaba mi corazón en este mal momento, y es que... estaríamos juntos, como una familia.

—¡Papá! —gritó lleno de emoción, y en ese momento, simplemente no pude soportar más y empecé a llorar como una tonta mientras caminábamos y aferré mi mano a la de Auggie. ¡Pobre pequeño que debía soportar todo esto! Y por si fuese poco, no entender nada, debido a su condición. Siento mucha lástima, tanto por él, como por mí. Pero no puedo demostrar nada, no puedo. Simplemente... debo ser fuerte por los dos.

—...—

Mientras en la casa Lynch, Stormie se encontraba vestida como una mucama, se sentía la persona más horrible de todas, y también inservible. Nunca se había visto tan mal en su vida, y nunca se había sentido tan inútil como hasta ese momento.

—Bueno Señora Stormie, ahora que la veo lista, debe aprender a cumplir con las tareas que conlleva mantener un hogar

—¡Mark! —se quejó Stormie cual niña pequeña se tratase —¡Yo no sé llevar una casa! ¡Siempre me han atendido! ¡Usted bien lo sabe!

—Pero son órdenes de Martina, ahora debo supervisarla y ayudarla mientras usted aprende las labores básicas de un hogar

—¡Oh, maldición! —farfulló Stormie —Mejor empecemos con esto, antes de que me dé un infarto.

—De acuerdo.

Ambos caminaron hasta llegar a la cocina, donde Stormie se sentó de inmediato, para ver lo que hacía Mark.

—Le enseñaré a preparar un desayuno —contestó Mark, al ver que Stormie negaba con la cabeza —Es algo fácil

—¿Fácil? ¡Es más fácil comerlo!

The True.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora