Día de playa.

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Esa mañana todos partieron a un terminal de buses para ir a la playa. Ross y Laura llegaron juntos, pero se separaron para saludar a sus amigos. Laura había invitado a Raini, ya que a cada persona le regalaron dos boletos.

Cuando el bus llegó, Ross se sentó con Maia, ya que ella prácticamente lo arrastró con ella. Laura se sentó con Raini.

—Creó que será un poco difícil que pases tiempo con Ross —comentó Raini viendo como ellos conversaban —. Tal vez yo podría interferir en eso. Ya sabes, uno de mis planes.

—Rains, lo mejor será que no te involucres y que los dejes juntos. Después de todo, ellos son novios —le recordó. Raini rodó sus ojos en ese momento.

—Lo que tú digas.

—¿Por qué presiento que ya estás planeando algo? —preguntó Laura dejando escapar un pesado suspiró.

—No lo sé... —Raini simplemente levantó los hombros.

—...—

Al llegar al hotel, todos dejaron sus maletas sobre sus respectivas habitaciones. Nadie tenía ganas de ordenar ahora. Sólo de disfrutar la playa.

Caminaron juntos a la playa. Llegaron a una zona en la que había estatuas de arena, eso era algo hermoso. Había estatuas de dibujos animados, de artistas. De todo un poco.

Raini se percató de que Ross se daba vuelta en ocasiones para poder mirar a Laura. La miraba sonriente, era algo muy notorio.

—Vuelvo enseguida... —Raini se alejó corriendo de Laura. Aprovechó de acercarse a Maia, ya que estaba sola viendo una estatua de Homero Simpson —. Maia, hola. ¿Quieres ir a la feria artesanal? —antes de darle tiempo de responder, la tomó del brazo y comenzaron a caminar —. Quiero comprar algo y Laura no tiene buen gusto para las compras —mintió. Fue lo primero que se le ocurrió.

Ross se percató de que Maia se estaba yendo junto a Raini. Vio a Laura, que estaba mirando la escultura de Garfield, tomándole una foto.

—¿Te gustaría una foto mejor? Una de nosotros dos —se acercó a ella y sacó su celular. Lo puso en modo cámara, puso la cámara frontal y tomó una foto de ellos junto a Garfield, aunque Laura salió sorprendida. Ross rió —. Una foto sonriendo sería más bonita.

—Claro... —respondió algo incómoda.

Rápidamente la incomodidad se fue de lado, ya que se tomaron como mínimo unas diez fotos con diferentes esculturas. En algunas sonreían y en otras hacían gestos raros, sólo por diversión. Lo estaban pasando de maravilla, no podían evitar sonreír. Después de un rato, se sentaron en una banca.

—Eso fue genial —Laura sonrió —. Hace tiempo que no me tomaba tantas fotos y no me reía como hoy —admitió.

—La noche de la fiesta de Karaoke te veías muy feliz —Laura lo miró sorprendida. Raini tenía razón, él sí la miraba —. Esa noche cantaste hermoso. Tienes una linda voz.

—Tú también. La verdad es que tienes mucho talento.

—¿Sabes algo? Después de esta tarde, me di cuenta de que ya te consideró mi amiga —dijo Ross sonriendo. Laura rió en su mente. Ross era un adulto, pero actuaba como un niño pequeño.

—Eres un tonto.

Laura se levanta, camina unos pasos pero sin darse cuenta se tropieza con una piedra que se metió en su chancla, estaba a punto de caer, pero Ross la sujeta de la cintura y la ayuda a mantenerse de pie. Los dos se acercan y quedan muy cerca uno del otro, mirándose fijamente. Muy cerca, casi tanto como para basarse.

—¡No! —se escucha un grito y todo pasa demasiado rápido.

Empujan a Ross. Laura observa y se trata de Ellington. Claro... él también había ido a la playa, pero nadie lo había visto hasta ahora.

Ellington golpeó a Ross. Ross devolvió el golpe y ambos se enfrascaron en una pelea.

—¡No juegues con ella! —le gritó Ellington antes de golpearlo en la espalda.

Ross se defendía. Laura observaba todo sorprendida, eso era espantoso.

—¡Basta! —gritó con mucha rabia. Pero nada pasó. Decidió acercarse a ellos, pero recibió un golpe en el brazo. Al percatarse de ello, la pelea acabó. Los dos se miraban con horror.

—Lo mejor es volver al hotel —dijo Ross. Se estaba acercando para abrazar a Laura, pero se percató de que Maia estaba mirando todo eso y sintió algo de culpa, por lo que se alejó para ir con ella.

Raini se colocó al lado de su amiga. Ellington miró a Laura y bajó su mirada, avergonzado. Se retiró.

—Amiga, es obvio que esos dos se mueren por ti —le dijo Raini con un tono serio.

—¿Quieres ir al hotel? —le preguntó Ross a Maia.

—Claro... —respondió Maia algo triste.

Comenzaron a caminar y Maia sólo podía pensar en Laura. Seguramente ella hizo algo para enamorar de ese modo a Ross... definitivamente, Ross ya no la amaba. Sino, le hubiese dado alguna explicación o un simple abrazo. Ahora sólo se veía arrepentido, preocupado y obviamente... todo eso era sólo por Laura.

que no es el capítulo más largo, pero era necesario dejarlo en ese momento.

Mil disculpas por la demora, pero no he podido escribir porque estoy enyesada. Tengo un inmovilizador en la mano derecha y es bastante incómodo. Ahora mismo estoy escribiendo con un sólo dedo y es muy lento, jaja.

Iba a publicar un capítulo de todas mis novelas por Navidad, pero no puedo escribir así. Me tardaría demasiado con un sólo dedo. Lo siento. Pero prometo que apenas me saquen el yeso, subiré capítulos de todas mis novelas.

The True.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora