Tarde con amigos & un gran regaño.

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Acababa de despertar, ya me había duchado y estaba lista para salir. Pero no encontraba mis llaves. Estaba segura de que las había tomado, pero no recuerdo dónde se supone que las deje. De tanto pensar, ya me estaba doliendo la cabeza. La vida se me complica. Me senté en una de las sillas del comedor, y suspiré. Ya me cansé bastante buscando las llaves.

—Martina, ¿Se siente bien? —preguntó Mark apareciendo.

—La verdad es que no muy bien, no logró encontrar mis llaves.

—¿Te refieres a esto? —Mark me enseñó mis llaves, que colgaban en sus manos. Abrí la boca sorprendida.

—¿Dónde las había dejado?

—Estaban colgadas en el pasillo —responde de modo serio —. Dime, ¿Haz estado tomando tus remedios?

—Sabes que sí, no soy una niña —respondo algo ofendida, aunque sé que se porta así porque se preocupa por mí.

—Recuerda que te tienes que cuidar. Puede que tú enfermedad no se note, pero puede ser mortal.

—No te preocupes por eso, primero debo arreglar el asunto de Ross.

—¿Cómo vas con eso?

—Ya tengo las cartas sobre la mesa, es cosa de ver cómo se conectan entre sí esas cartas.

Mark me sonríe y se despide. Yo sonrió y tomó las llaves, creo que es hora de dar una vuelta, para poder pensar sola.

—...—

Había salido del Restaurante. La verdad es que mi pierna me estaba matando, me dolía mucho. No me sorprendería que me digan que me fracture el tobillo, todo gracias a Ross.

—¡Laura! —grita alguien, me doy vuelta y puedo ver a Ratliff.

—Hola, Ratliff —respondo sonriendo —. ¿Venías al Restaurante? —preguntó interesada.

—La verdad es que iba a ir al Mercado, pero como te vi quise saludarte —responde mirándome fijamente —. Te ves algo adolorida, ¿Te pasó algo?

—Sí, tuve un accidente laboral y me caí —responde con una risa nerviosa —. Ahora iba a ir a casa a descansar.

—¿No preferirías ir al Doctor? —pregunta mirándome fijamente —. Te puedo llevar en mi auto.

—No quiero molestarte.

—No es ninguna molestia, vamos.

Ratliff me ayudó a subir a su auto, fue muy dulce conmigo, como un hermano mayor, o algo parecido. En la sala de espera del Doctor, conversamos de cualquier cosa. Él me contó que estudio Japonés durante dos años, ese detalle me encantó. Me dijo que si pudiera estudiar otra cosa, estudiaría para ser un Profesor, porque le gustan los niños.

Luego de unas horas, él Doctor me atendió. Dijo que tengo un esguince, por lo que me vendó la pierna y me prestó un bastón, dijo que cuando me sienta mejor, tendré que devolverlo.

—Más tarde te llevaré a comprar una crema, para que no te duela tanto. ¿O prefieres pastillas? —preguntó Ratliff ya estando de nuevo en su auto.

—Gracias por ayudarme, supongo que las pastillas no son tan necesarias.

—¿Te gustaría ir a comer helado? —me ofrece.

—Claro, suena delicioso —respondo sonriendo.

Él empieza a conducir, hasta que llegamos al Restaurante que es de Riker. Ahí nos sentamos, y ordenamos helado. Yo lo pedí de menta, y el de chocolate. Apenas nos sirvieron, comenzamos a comer rápidamente. Estaba delicioso, el helado de menta sabe tan rico, es una sensación fuerte, muy agradable.

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