Reencuentro con una amiga.

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—¡Eres tú! —repitió aquella voz al ver el rostro de su amiga, que desde hace mucho tiempo no veía. Laura se mantenía quieta, porque hace mucho no se veían y realmente... era muy diferente —¡No puedo creer que nos vemos después de tanto tiempo! —respondió abrazando a Laura por sorpresa —¡Estás gigante, y muy linda! —dijo al separarse del abrazo.

—¡Raini! —Laura también se sentía feliz. La verdad es que en la educación básica ambas habían sido mejores amigas, eran inseparables. Después se separaron por cuestiones de vida, y ocupaciones. Ya que Laura se fue a estudiar al extranjero —¡Te ves hermosa! —dijo mirándola de pies a cabeza. Raini nunca había sido muy alta, tampoco muy delgada. Era una mujer robusta, de piel morena y un cabello lleno de rizos, pero a pesar de todo eso, era una persona segura de sí misma y hermosa.

—¿Cómo has estado? —preguntó Raini, mientras ambas caminaban hasta unas bancas donde se sentaron para empezar a conversar de las cosas que habían pasado.

—Las cosas se han puesto complicadas —explicó Laura —Desde que volví del extranjero, mi padre murió y mi madrastra nos echó de la casa —explicó conteniendo las lágrimas —Actualmente estoy viviendo en una casa pequeña, y solitaria. Pero al menos estoy con Auggie.

—¡Eso es terrible! —Raini se levantó enseguida —¡Nunca pensé que existieran personas tan malvadas!

—No es mala, simplemente es una mujer que ya tiene otra hija —explicó Laura —No podía cuidarnos a todos. Además, yo ya soy una mujer, es mi responsabilidad hacerme cargo de mi hermano —Laura intentaba defender a Jill, aunque sabía que lo que hizo no tenía perdón de Dios.

—Siempre tan buena —Raini rodó los ojos —¿Por qué no vienes a vivir conmigo? —preguntó Raini.

—¿Qué? —Laura abrió los ojos de par en par, sorprendida. Raini simplemente asentía en repetidas ocasiones —No puedo molestarte, sabes que no me gusta ser una carga. Además, Auggie es un niño especial, te volvería loca y...

—¡Tonterías! —Raini la interrumpió con un grito —Eres una buena amiga, una excelente persona. Ven conmigo, te llevaré en mi auto —dijo Raini —Y antes de que digas algo, te diré que no aceptaré un no como respuesta.

Laura se quedó callada y empezó a llorar mientras abrazaba a Raini, no podía dejar de darle las gracias con todas sus fuerzas. Se sentía muy feliz de poder tener una ayuda. Prometió buscar un trabajo, para así devolver el favor, le pagaría cada mes, como si estuviese arrendando.

—...—

Mientras que Ross volvía a casa algo complicado. Se sentía humillado por un estúpido que se creía la gran cosa por su puesto, pero se sintió feliz al no ver a su abuela. En realidad encontró a su madre sentada viendo televisión, junto a su hermana.

—¿No estabas trabajando? —preguntó Rydel al verlo entrar.

—Me dijeron que podía volver más temprano —mintió Ross —¿Por qué tú estás aquí? —preguntó viendo a Rydel fijamente.

—Ratliff me dijo que podía tomar el día libre —Rydel también mintió. La verdad es que cuando fue al trabajo, rompió cinco platos de plata fina, un perro la quería morder y sin querer cayó en la fuente del trabajo, todo había salido mal.

—¿Qué hay de ti mamá? —preguntó Ross sentándose en medio de las dos.

—Mark fue a buscar a tú abuela, salió en la mañana y aún no regresa. Mark está muy preocupado —explicó Stormie —Yo también me siento inquieta al no saber dónde se encuentra mi madre.

—Tranquila, ella siempre vuelve —respondió Ross sin dar demasiadas explicaciones —Ahora iré a beber algo —se levantó del sillón y dejó a ambas mujeres mirándose entre sí, con completa confusión.

—...—

Laura había llegado a su pequeña casa, le agradeció a la señora, y sin más le pasó siete mil pesos, quedando ella con sólo tres mil. Pero obviamente debía pagar, ya que su vecina había cuidado a su hermano desde las nueve de la mañana hasta las seis de la tarde. Eso era un largo tiempo.

Raini decidió esperar a su amiga afuera en el auto, porque sabía que su hermano sería un problema ya que era un niño distinto. Por tener una enfermedad no era malo, simplemente era difícil poder convivir con él, porque de cierto modo... 'veía el mundo de un modo distinto' y le 'costaba entender ciertas cosas'. Mientras Laura no estaba decidió buscar en Google un poco más sobre esa enfermedad 'Síndrome de Asperger'.

—¡Hermana! —Auggie la abrazaba con todas sus fuerzas, porque la había extrañado mucho —Esto es... para... ti... —Auggie tenía la costumbre de hablar lento, siempre tartamudeaba. Entre sus cosas le entregó a Laura un dibujo donde había dos personas de la mano, y una flor cerca de uno de ellos —Somos tú... yo. Te quiero... hermana.

Laura contuvo las lágrimas, miraba el dibujo detalladamente. Si bien parecía un dibujo hecho por un niño de cinco años, era algo hermoso. Auggie sonreía mientras su hermana limpiaba sus lágrimas con ternura. Ahora fue Laura quién lo abrazó y le dio un dulce beso en la mejilla a su querido hermano.

—Es hermoso —dijo Laura separándose —Ven, Auggie —Laura le dio la mano a su querido hermano mientras tomaba su maleta que ya estaba hecha en la cama, porque nunca sacó las pocas cosas que tenía. Rápidamente preparó la de Auggie, y antes de irse, escribió una nota que le dejaría a Ratliff, por toda la ayuda que le había brindado en éstos días.

—¿Vamos... salir? —preguntó Auggie tomando su maleta, como si fuese todo un hombre.

—Sí, iremos a un nuevo hogar —respondió Laura tomando con su mano disponible la mano de Auggie, después cerró todo y dejó la llave de esa casa debajo del tapete de 'Bienvenida'.

Ambos dejaron sus maletas en el auto, y así es como Auggie subió en el asiento de atrás, observando todo y riendo por cada cosa que veía. Mientras Raini le hablaba, pero Auggie no respondía, no la conocía y no la veía como una amiga.

Ya estaban por llegar, pero Laura recibió un mensaje, donde decía el hospital en el que se encontraba aquella anciana que tan sola se encontraba.

—¿Dónde queda el hospital 'Santa Juana'? —preguntó Laura.

—Queda a dos cuadras de aquí. ¿Por qué? —preguntó Raini mirando a su amiga.

—Una señora tuvo un accidente, y me acaban de enviar un mensaje donde me dicen que quedó en coma, debido a la sangre que perdió —explicó Laura con un profundo dolor en su pecho.

—Ve a verla después de unos días, las cosas han estado muy difíciles para ti —explicó Raini —Mejor descansa un poco por hoy.

—Tienes razón, gracias por todo.

—Para eso están las amigas —respondió Raini, casi estacionándose.

—...—

Las horas pasaban y en la casa de los Lynch's todos estaban absolutamente preocupados por Martina. Pues ya eran más de las diez de la noche y ella aún no llegaba. Stormie estaba tiritona, se sentía perdida sin su madre. Mark abrazaba a Stormie como si se tratase de una pequeña niña, mientras que Rydel lloraba en su habitación. Ross tenía un fuerte dolor en el pecho, porque todo era su culpa y las cosas habían salido mal, muy mal. En ese momento decidió llamar a Harry, que le dijo que no había visto a su abuela en todo el día. Eso hizo que se sintiera desesperado y que llorase como un niño. La verdad es que nada salió como él lo había planeado.

Ross se tiro en su cama, como si fuese un niño pequeño. Mientras un horrible recuerdo venía a su mente. Pero antes de poder reaccionar, sintió una vibración en su pierna. Sacó su celular del bolsillo, y se dio cuenta de que estaba recibiendo una llamada de Maia. Desde hace días que no se veían, desde hace días que no hablaban. Ross quería mucho a Maia, pero no sentía que la amaba con todo su corazón, simplemente necesitaba descansar de todas las cosas que le hacían mal, y Maia era una de ellas. Entonces, sin más, cortó la llamada para intentar relajarse.

  —Hola. Gracias por el apoyo con la novela, les prometo que intentaré seguir lo antes posible con todas mis novelas, es que he estado algo ocupada, pero nunca abandonaría una novela sin antes terminarla! Nos estamos leyendo! 


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