5 de Agosto de 2015.
Apenas van 6 días desde que empece a escribir esto, y aún no me siento liberada por escribir esto; me siento más aferrada, y obsesionada con él, siento que ya lo amo más. Ahora que su ausencia se siente, ahora que no está conmigo, ahora lo amo más, y así conozca a mil más, ninguno será mejor que él, y aunque fuese mejor, yo te prefiero a ti. Estoy pensado llamarte por teléfono, ahorita, llamarte para perder mi dignidad un rato, para humillarme y pedir que me regales un rato, un rato para estar juntos y es más huir a cualquier lugar, y si te enamoras de mí, quédate conmigo, quiero que vuelvas, vuelve a mí, porque cuando vuelvas me olvidaré de todo lo que me hiciste, porque el amor es más fuerte que todo lo que me has hecho, el amor es más fuerte que tus actos de hijo de poca madre. Si lo llamo, y accede, me arreglaré, me pondré el perfume más delicioso y más caro, me peinaré por primera vez, me haré mi mejor maquillaje, y usaré la mejor ropa, porque no quiero que te decepciones de mí, o te arrepientas de haber accedido.
Pero si no lo llamo que es lo más seguro, me quedaré con su recuerdo, y con el suéter que su perfume impregno, y con eso me conformaré, y con escribir acerca de mis amoríos pasados. Anoche que estuve en aquel lugar, al mirar el cielo, y estar acostada en el húmedo pasto, te recordé, te recordé porque el aire rozaba mi rostro, así como cuando tu perfume rozaba mi olfato, tu presencia se sentía con cada una de aquellas estrellas, me quede dormida como a las tres de la mañana, tras admirar las brillantes estrellas, y tras recordarte... Ayer hice algo sin hacerlo, fume, pues te fume a ti, pero literal no lo hice, simplemente te fume, porque me sentí atrapada en tu recuerdo, mi dolor se anestesio con el mismo, por una parte me destruyes y por otra me hacer sentir viva, me resucitas, me das el aliento, aunque sea con tu recuerdo, pero lo haces.
