Lo sé...
Dejarte ir nunca estuvo en mis planes, pues siempre me aferre a la idea de pasar una eternidad juntos; siendo eternos, pero, el problema fue, que siempre me apegué a lo utópico y muy pocas veces a la realidad.
Pasamos momentos execrables, sin embargo, supimos superarlos y seguimos adelante. Nuestro afecto mutuo nunca nos permitió distanciarnos; sí, lo acepto, algunas veces actúe de manera absurda, y grosera, pero, te juro que siempre me arrepentí de ello.
Tanto tiempo de estar juntos. Y no hablo por los 20 min. Al día, tomando café, y hablando de cosas burdas, hablo de tu presencia en mi vida. Estabas ahí en cada tarde, en las puestas de sol, estabas ahí cuando brillaba esplendorosamente la luna, estabas ahí cuando el frío me llenaba.
Siempre te mantuve ahí, pues tu recuerdo nunca se alejó de mí.
Te quise como una persona puede querer en verdad, sin mentiras, fiel y honestamente.
Fuimos los mejores por instantes, sólo éramos tú y yo, riendo juntos, soñando juntos, pasando amenas pláticas.
Ahora, me siento la peor persona por no haber aprovechado más el tiempo, pues creí que siempre estaríamos juntos, nunca me percaté que el tiempo disminuía. Pero cuando por fin me percaté de aquello estaba presenciando la peor despedida de mi vida. Cuando por fin quería contarte todos mis secretos, me di cuenta que ya no estarías ahí para escucharlos.
Lo lamento, perdí el tiempo, lo perdí haciendo nada.
No intente remediar aquel tiempo separados, simplemente seguí tal y como si nada hubiese ocurrido.
Ahora estoy aquí, pensando en ti. Pensando en los buenos momentos, y mi corazón siente la necesidad de romperse en muchos pedazos.
Mi alma tiende a soportar las ganas de llorar, pero tú vales las lágrimas que alma disponga, las mereces.
Fuiste un pequeño instante de mi vida, a penas recuerdo cuando te conocí, tan desconocidos, tan lejanos, ahora somos tan conocidos, tan queridos, pero tan lejanos tal y como la primera vez.
A todo esto, sé que pudimos hacer más, pero el tiempo ya nos quitó todo tipo de fe o esperanzas. Aunque no todo está perdido, aún me queda una vida para encontrarte y disfrutarte al máximo.
Dejaré que la nostalgia se aparte de mí, y seguiré adelante, prosperando, y dedicándome día a día a ser mejor persona; para así, cuando te encuentre ya no sea esa persona que desperdicia el tiempo, aquella persona desinteresada, ahora sea, la persona que no te dejará ir nunca más.
Gracias. Volveremos a encontrarnos.