Mi paraíso es viajar por el rojo de tus labios, dejar a mis ansias galopando por tus bordes, derritiéndome en la profundidad de tus ojos, anegada en la luz que nace de tus rincones.
Estoy en el edén cuando te estoy amando, mis manos temblorosas se liberan en tu piel, te rocío de besos y te devoro en segundos, eres fuego que aviva la rosa de mi vergel.
Se pierden las horas y ya nada importa más, que hacernos tiempo y volvernos eternidad, y mi pasión se desata, ávida y sin fronteras buscando acabar con el verbo y la brevedad.
Yacemos entrelazados entre terciopelos después de ser la noche y el día, sed y agua, amenguan nuestras ansias, y nos volvemos plenos, la paz acampa en nuestras almas apaciguadas.Cuántos besos te he brindado...
He perdido la cuenta de cuántos
besos te he dado y sin embargo...
ahora mismo... te estoy besando.
Son besos que emanan del alma
y traspasan la sangre de quien ama,
besos cadenciosos cubriendo la piel,
suaves caricias plasmadas en papel.
Entregas plenas entre letras y versos
que se tiñen de todos los colores,
tan profundas como el mar y tan enigmáticas como el mismo
universo... tuvieron un inicio...
pero no se percibe su fin...
son bastas e interminables, nacidas del respirar constante y de la lucidez de la mente.
Voy buscándote... rondándote...
vas bañando mis rincones...
escarchas mis emociones...
haciéndome sentir eterna...
única... y no puedo dejar de sentir...
este amor.Esta intención pagana que me lleva a adorarte sin condición alguna, muero sin más bebiéndote.
El corazón es intrépido, se desborda en tus contextos, bañado de utopías y deseos que le ofrecen falsos paraísos.
Vivo respirando tu nombre, anegada en un panteísmo que nace de ésta costumbre de hacer de tu boca mi sofismo.
Pagana intención que brota entre laberintos sin salida, me encierro en la noche y yazco abrazada a tu nombre.