No éramos afines, pero fingíamos serlo.

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Seamos realistas, ambos sabíamos que esto era solo un momento de miradas y sonrisas, solo eso, nada más allá de un extraño sentimiento dentro de mí. No éramos afines, pero fingíamos serlo, éramos tan solo dos amantes de lo irreal, tú por tu parte lo tenias más que claro, más yo, ciega por amor, no me percaté.
Esos delicados y instantáneos roces de nuestras manos, esas repentinas miradas llenas de dulzura y afecto. Esas sonrisas tan cortas, pero tan perpetuas en el momento.
Sí, lo siento, lo admito, lo digo, ¡me volví tremendamente loca por ti!, lo reconozco, ¿para qué negarlo?, ya no afectará más si lo digo o no. Quizá quise fingir un amorío eterno, aunque sabía que acabaría, pero yo, tan tonta e inocente, creí que tus sentimientos hacia mí eran reales, y a que me llevo tanta fé, a disgustos y momentos incomodos.
Y aún lo siento, aún te siento a 3 km. De mi, aún causas ese rubor color mate en esas mejillas, aún siento un cosquilleo imparable dentro de mi, aún mi corazón late con más fuerza al mínimo contacto contigo.
Pero, estoy agradecida contigo, por tantos sentimientos, por tanta felicidad, por tantas risas, pero, como todo, me despido de tu amor, o eso que tú llamabas amor.
Esto me ha tomado miles de charlas con el espejo, con mi almohada, y conmigo misma, pero, hay algo en ti que ya no causa en mí lo mismo de hace tiempo. Quizá ya no me impresionas, quizá te acostumbraste a que siempre, pase lo que pase estaba enamorada, quizá dejaste de ser leal, y único conmigo, porque ya habías logrado lo que querías, enamorarme; pero, sabes, esos pequeños y mínimos descuidos le dieron un repentino cambio a mis sentimientos.
Pero, como siempre, tú debes estar seguro y consciente de que yo siempre te querré como eso que fuiste, y siempre mantendré vivo el recuerdo en mi mente.
Siempre estaré para ti, ahora como amiga, una amiga incondicional.
Siempre que tú quieras estaré para tus lágrimas, para tus risas, para tus aflicciones. Seré tu oído cuando quieras desahogarte. Escuchare una a una tus palabras.
Por siempre, y hasta siempre, tuya.

Diario de mis bajas pasiones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora