Tras el reflejo de un alma saturada, de ideas, pensamientos, sensaciones.
Tras aquello estaba una dulce semilla, pronta a florecer y dar inicio a un bello ser.
Todo lo de afuera la intimidaba e incluso la debilitaba...
Casi creí que se perdería...
Empezó a buscar salidas...
Se refugiaba en dolor de sus heridas y en el insomnio de sus noches.
Ella no tenía salida, pero, desde ese día ella se dio cuenta que ella era más fuerte que todo aquello, que ella no se debía subestimar cuando ella en el fondo sabía lo poderosa que era.
Ella, aquella semilla demacrada, se iluminó, y comenzó a brotar en esplendor, una bella flor color neón.
Todo lo que ella creía enorme, poco a poco se fue desvaneciendo, ella se hizo una idea: "¡Qué más fuertes pueden ser mis problemas que yo! ¡Yo soy más fuerte que mis problemas!" Con fuerza de voluntad, ella se lleno de optimismo, todas las personas que criticaban, insultaban y la hacían menos lo dejaron de hacer al darse cuenta que a ella poco le importaba.
No debes maximizar un problema, cuando tú sóla puedes quitarle un peso de más para que sea menos grande y más fácil de resolver.