13 de Agosto de 2015. Anochecer.
Apresuré mis pasos para encontrarte, vencí el miedo de acercarme y rozarte, pero mi emoción se
derritió con el frío, que emanaba el iceberg de tus ojos; sentí que el suelo se abría ante mis pies, pero
contuve el aplomo y mis labios proferían palabras sin sentido, solo por decir; era un momento
vergonzoso y lleno de desamor porque la razón me asistió y me hizo sentir que como una tonta me
aferraba a la nada; mi alma lloraba a mares, se sintió abofeteada y en el último intento, quería darte
un beso, pero por fin comprendí que tú no sentías nada; morí en el dolor brotando por esa estocada
que tú sin saber me propinaste y mi universo hiciste trizas, sin más, todo lo destrozaste.
Arrepentida, apreté mis labios y me retiré, ya no supe que fue lo último que exhalé, sólo sé que quería
darte un beso.