Noche de paz, noche de amor.

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Al despertar esa mañana, agradeci a Dios el milagro que me habia enviado la noche anterior. Por fin tendria el apoyo de mis padresy, estaba mas que ansiosa de verlos alli a mi lado, en las competencias, en mis triunfos, que desde hoy tendrian un nuevo y mas que bello significado
Nos levantamos y encontramos en el comedor para desayunar, cuando comenzaron a llegar los regalos.
Mamá se acerco con una gran caja y una un poco mas pequeña, mirandome de forma coqueta.
Agradeci antes de encontrar dentro de ellas un conjunto vestido-zapatos de color durazno para lucir en la fiesta. No solia emocionarme por esas cosaa, pero... queria deslumbrar a André en la fiesta.
Papá fue mas misterioso entregandome una caja, que abri con cuidado y salte de la felicidad al encontrar un par nuevo de patines. Calcule inmediatamente cuanto me demoraria en ablandarlos y sonrei al notar que podria usarlos para las regionales.
Nana me entrego un paquete donde encontre un perfume de aroma dulce como tanto me gustaban. Nana era la persona que-sin duda-mejor me conocia.
Agradeci muy efusivamente y, mientras ellos se obsequiaban mutuamente, fui por el pastel que seria mi regalo para ellos.
Desayunamos con pastel y pasamos la tarde viendo los especiales navideños, luego de un almuerzo simple.
A pesar del poco tiempo que pasaba diariamente con mis padres, cuando era posibles, nos uniamos, como cuando era pequeña y hacia todo lo que mis padres me decian. Me gustaba tanto sentir el calor de la chimenea y el de mi familia llenando nuestro hogar.
Cuando nos percatamos estabamos en la hora justa para vestirnos y llegar a la fiesta de los Accault.
Corri a vestirme y le pedi a Nana que me peinara. Trenzo parte de mi cabello formando una corona y rizo el resto creando caida sobre mi hombro izquierdo, me encantaba.
Salimos de casa y en menos de lo que crei, nos encontrabamos pasando al patio de la casa de los Accault, donde se desarrollaba la fiesta bajo un gran toldo, elegantemente iluminado.
Al no divisar a André, me adheri a mis padres que, gracias a Dios, encontraron bastantes conocidos.
Mas cuando no pude mas, recorri la fiesta esquivando garzones y regalando sonrisas dociles a quienes me miraban, haciendi gala de serena cortesia. Fue alli que encontre a André... una muchacha estaba sostenida de su brazo, mas que encantada. Me detuve a mirarle y, cuando por fin me vio, la muchacha tiro de su brazo para evitar que viniera a hablarme.
Eso fue un golpe en la boca del estomago, voltee sosteniendo mi dignidad de un hilo, queriendo huir.
Camine lejos de la multitud hacia unos quioscos iluminados donde muchas personas conversaban. Encontre uno libre y me quede alli sentada, haciendo cada una de las cosas que hacia cuando me ponia nerviosa, miraba y movia mis manos, sacudi mis pies en los zapatos de tacon alto, y enroscaba un mechon de cabello entre mis dedos.
Me detuve a mirar las estrellas, que se veian magnificas en la oscuridad de la noche. Me quede largo rato viendolas, temblando de rabia.
Por la unica razon que habia venido era para ver a André, bueno lo vi, pero... queria estar con el, como una de esas veces que me invito a comer.
-¿Por que tan sola?
Esa voz masculina hizo que enfocara mi vista en el muchacho de ojos castaños y cabello negro que me miraba.
-No te culpo, yo tambien estoy escapando.
No tuve necesidad de decir nada, el se encargaba de llenar el silencio de agradables palabras.
Todo se detuvo cuando la muchacha que antes habia visto y que tenia un parecido enorme con el joven sentado a mi lado, se acerco.
-Hermano, nos requieren nuestros padres- Dijo- Agh, ahora dejan entrar a cualquiera, a esa jamas la habia visto.
La mirada de asco que me lanzo, afeo su rostro, de por si poco agraciado y extremadamente maquillado.
El joven se levanto con desagrado, pero algo sucedio cuando André aparecio en escena.
-RoseMary, con todo el respeto que te debo por ser invitada de mis padres, te pido que no trates asi a la señorita Collins...
-¡Collins!- Murmuro ella, como si hubiera descubierto un enigma.
-Si, no quiero verle a su lado ni saber que ha sido grosera con ella, porque me vere en la obligacion de exigirle que abandone esta fiesta.

La muchacha se indigno notoriamente y nos dejaron solos.
Me detuve a pensar en lo que acababa de pasar, esa joven me habia ofendido y no lograba recuperarme de esa falta de respeto. Ella no sabia quien era, lo que hacia...
Pero el que escuchara mi apellido y se comportara de esa manera... era mas raro de lo que jamas me habia sucedido.
-Por favor, perdonala, ella no quiso hacer eso.
Agache la vista algo triste, molesta, con unas tremendas ganas de huir y encerrarme en mi habitacion.
-No la defiendas.
Me levante molesta y volvi con mis padres. Nana estaba hablando con una de las matriarcas que por aqui lucian sus joyas, pero me detuvo cuando me vio, rayos, que bien me conocia.
-¿Que sucede, pequeña?
-Nada Nana, afuera hace mucho frio.
Entonces mamá me hizo señas y, algo cansada, me acerque.
-Querida hija, ellos son la familia Parker, la señora Macy y el señor Patrick, y el joven es su hijo Derek, tienen tambien una hija, pero esta ocupada bailando.
Sonrei asintiendo, solo esperaba que no notaran el fastidio en mi rostro. Alli estaba el joven que habia estado a mi lado tiempo antes,el tal Derek.
-Pero que muchachita mas hermosa- Dijo la señora Parker con una tediosa voz nasal.
-¿Te imaginas casado con una dama tan bella como esta señorita?- Dijo el señor Parker a su hijo, golpeandole con su codo.
-Seria un honor si pudiera hacerlo.
El rubor no se hizo esperar en mis mejillas, pero la incomodidad no me dejaba tranquila.
Me mantuve en silencio hasta que los señores Accault llamaron la atencion para realizar un brindis y servir pastel. Volvi a perderme entre la multitud, escapando del matrimonio que mi madre ya estaba planeando para mi.
André tomo mi mano y me llevo al interior de la casa. A una especie de salon apartado de todo.
-Sueltame-Murmure tirando mi brazo.
-¿Por que te fuiste?
-Porque no queria oirte defender a alguien que me trato como una cualquiera, que nisiquiera te dejo hablarme cuando me viste entrar...y ¿sabes que? Esta bien, ve con tu noviecita loca y deja que me vaya a casa-Dije con toda la dureza que era capaz, soltando la rabia que habia estado masticando mientras fingia sonreir para mi madre.
Me miro atonito. Yo no era una chica de protocolos y palabras amables y acababa de demostrarselo.
-¿Sabes lo peor?-continue apoyandome en el librero que se encontraba a mis espaldas- Me vesti asi, vine aqui, incluso me peine para venir y realmente me arrepiento.
Intente salir, pero una mano sostuvo la mia.
Estuve al limite, la rabia, la tristeza, la indignacion, todo se habia juntado para empujar el llanto que se regaba por mis mejillas.
-Sueltame...
Susurré hasta que fui cautivada por sus brazos. Me sentia derrotada, ignorada, humillada...
Me sostuvo asi largo tiempo, hasta que me canse de empujarlo para que me soltara.
-No fue mi intencion, lo lamento, lo siento... eres hermosa, mas que hermosa... y viniste. RoseMary no te molestara jamas, nunca mas, creeme.
Nos mantuvimos asi aun mas tiempo, hasta que terminamos arrodillados en el piso.
Me levante, temblando y me acerque al espejo que reposaba junto a una ventana para limpiar mi rostro. Cuando me voltee, mire fijamente a Andre, resuelta, todo debia aclararse.
-¿Que es lo que quieres de mi?
Mi interior se estremecio, las palabras habian salido antes de siquiera saber si queria una respuesta o solo ser feliz con lo que tenia en ese momento...
Lo penso un momento y se levanto, parandose frente a mi.
-Quiero que me permitas enamorarme de ti.
Mi corazon se detuvo y solo pude darle la espalda para mantenerme valiente y no desmayar.
-¿Por que?
-La verdad no estoy seguro, pero...-Se acercó, tomando mis hombros para voltearme hacia el- quiero mas de la fantastica sensacion que me regalas desde que te conoci, mas de tus caprichos, mas de ti...
Entonces, todo comenzo a tornarse claro...

Huellas en el hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora