Un milagro para empezar el año

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-No podia soportar el verte cerca de ese tipo, por eso te evite... se que los Parker son importantes en los negocios y los grandes tratos que estaban logrando con tus padres y los mios... Espere pacientemente a poder tenerte solo para mi, cuando todo esto sucedio.
Las lagrimas volvieron a ahogarme, cuando André me abrazo con intensidad. Queria perderme en el, queria tenerlo aqui, pero tambien queria golpearlo, y hecharlo de mi ultrajada habitacion.
-Jamas volvera a suceder, jamas dejare que nada ni nadie te haga daño otra vez...-Dijo apenas en un murmullo.
Las palabras se agolpaban en su boca, estaba molesto consigo mismo y algo me decia que era completamente cierta cada palabra.
Luego de un rato deje de llorar, convenciendome de que nada malo me habia sucedido, que solo habia sido el susto.
Bajamos al salon donde nuestras familias conversaban. Nos detuvimos en el umbral de la puerta, no queriamos interrumpir la conversacion que alli se desarrollaba, si que nos mantuvimos detras de la puerta esperando a que dejaran de hablar.
-Es una verdadera verguenza-Era la voz de mi padre-Es imperdonable.
-Es una pena, su compañia quedara en bancarrota por el sinverguenza de su hijo.
-No nos queda de otra, han faltado al respeto de una manera terrible. Pasando por alto la incipiente relacion entre nuestros hijos y sobretodo queriendo aprovecharse de Alice...
-Hay que cortar relaciones.
Parecian discutirlo de forma mas que seria, y era lo mejor. No queria ver jamas a RoseMary, mucho menos a Derek.
Gracias a Dios el perfume habia quitado todo rastro del asqueroso aliento a alcohol que el me habia lanzado, casi como una bomba. Lo aborrecia y no sentia ninguna verguenza de decirlo y sentirlo asi.
Yo no bebia y André lo habia dejado hacia mucho tiempo, segun me habia contado. Eso me tranquilizaba bastante ya que mucho tiempo pense y sigo pensando que el alcohol es un vicio que solo te hace perder la nocion de la realidad.
Entramos al salon con las manos tomadas siendo completamente el centro de atención.
-¿Como estas, mi niña?- Nana se acerco a mi con semblante preocupado.
-Estoy bien, solo ha sido el susto.
Sonrei con tranquilidad, volvi a sentirme limpia y contenta.
Todos me observaron con alegria, era sorprendente como podia sonreir despues del miedo... pero de eso se trataba, de superar todo lo que se quedara en el año viejo. Consciente de los tres minutos que nos separaban de la medianoche, me acerque a la mesa donde estaban las copas de champán, haciendo que todos me imitaran-el no beber no incluia al champán. Si estaba presente en todas las celebraciones importantes ¿Como podria evitar tomar un trago?-.
-Hagamos un brindis-Dijo mi padre, levantando su copa-Porque nuestros negocios sean fructiferos, logrando nuestra anhelada alianza. Y sobretodo, porque nuestros hijos consoliden sentimientos el uno por el otro y podamos pronto, verlos tan felices como lo somos nosotros ahora.
Al terminar la frase, abrazo fuertemente a mi madre, gesto que imito la pareja Accault, dandonos a entender que estabamos rodeados de felices matrimonios. Me ruborice al notar que André sostenia con fuerza mi mano, mientras me miraba con una indescriptible dulzura.
-Salud.
Levantamos nuestras copas cuando resonaban las campanadas que daban inicio a un nuevo año que, esperaba, estuviera llenos de momentos hermosos y nuevos logros para todos quienes estabamos alli presentes.
Los abrazos no se hicieron esperar, deseandonos los unos a los otros toda la felicidad que este año nos pudiera brindar y todo el exito que nos plantearamos obtener.
Luego de esto, André se acerco a mis padres, dejandome con Nana, llena de curiosidad.
Nana era una gran complice de mi joven pretendiente, y si era asi, no podria estar planeando nada malo.
Nana era como un detector de malas intenciones, por lo que si a ella le agradaba y le ayudaba... Todo estaria bien.
Mamá corrio al segundo piso, volviendo con un abrigo negro entre sus manos, el que me entrego con completo misterio.
André se acerco tomando mi mano y viendome fijamente a los ojos.
-Quiero darte tu sorpresa... ¿Crees que sea.. un buen momento?
Sonrei asintiendo, no podria negarle nada jamas a este hermoso hombre, mucho menos despues de haberme salvado de Derek.
Me despedi con un gesto de todos y salimos. Subimos a su auto y pronto nos pusimos en marcha.
Estaba impaciente, tanto misterio era tan tortuoso como exquisito. Adoraba de cierta manera el misterio que era André, sus actitudes, todo lo que me habia mostrado de el me encantaba.
El viaje fue mas largo de lo que habria pensado, alargado aun mas por mis preguntas sin respuesta sobre el lugar al que ibamos o la dichosa sorpresa.
-¿Cuanto falta?- Pregunte, haciendo un puchero.
-No mucho, ya casi llegamos.
Me cruce de brazos rogando porque asi fuera, los viajes largos me sofocaban y solia sentirme bastante mal cuando era obligada a viajar demasiado.
Sonrei cuando nos detuvimos y salte del auto para respirar el aire fresco que habia comenzado a faltarme.
-Lo siento, me fatigan los viajes largos-Dije suspirando.
Me sostuve de su brazo mientras me recuperaba. Luego de unos minutos, me llevo a una especie de ¿muelle? Parecia ser un lago...
Lamparas iluminaban un camino hacia el final del muelle. Lo seguimos hasta encontrarnos frente a un gran bote iluminado.
Habia en el un anciano, muy bien vestido y con cierto aire de elegancia y cierto parecido con André que me era dificil decifrar.
Le abrazo y yo, me acerque timida.
-Querido Mathew, es ella de quien tanto te he hablado.
Me miro largo rato y extendio sus brazos hacia mi, gesto que complete abrazandole y deseandole un feliz año nuevo.
-Que joven tan hermosa has elegido-Le dijo en un gesto cariñoso que me hizo enrojecer.
Pasamos al bote completamente iluminado y fuimos llevados hacia el centro del lago.
-¿Quien es Mathew?
-Quien ha cuidado de mi por tantos años, es un buen hombre, te agradara. Es mi abuelo.
Entonces mi voz se corto, la vista que tenia ante mi era demasiado hermosa para desperdiciarla con palabras innecesarias.
Todo era tan hermoso, que era dificil creer lo que habia sucedido una hora antes... pero asi era, tan brusco como el cambio de un año a otro, asi habian cambiado las circunstancias... y quizas hasta yo misma hube cambiado un poco.
Estaba fascinada ante el reflejo de las lamparas en el agua, la luna, las estrellas... todo era maravilloso.
Nos detuvimos en medio del lago, disfrutando la belleza que nos deleitaba.
-¿Con que esta es mi sorpresa?-Susurre, maravillada.
-Solo la mitad.
-¿Eh? ¿A que te refieres?
El torcio sus labios en una sonrisa seductora, mientras tomaba mis manos entre las suyas.
-Me preguntaste el otro dia que iba a suceder con nosotros... pues tengo una propuesta para ti...
Le mire atonita, esperando, sintiendo una parvada de aves revoloteando, esperando el momento propicio para salir.
-Dime-Dije apenas en un susurro, estremecida hasta la medula, espectante.
-Sabes que nuestra realidad es un poco distinta de la de los demas, nuestros padres, sus compañias y el peso que tiene eso sobre nosotros...-Comenzo diciendo- Quiero que seas mi novia, pero si les decimos eso a nuestros padres... no sera suficiente para ellos... no voy a forzarte a nada, si asi lo quieres seguiremos siendo amigos, si quieres... novios... y si me permitieses... ¿Quisieras ser mi esposa?- Dijo arrodillandose y abriendo ante mi una cajita en la que habia un sencillo anillo con un zafiro, si no me equivocaba, rodeado de dos diamantes de menor tamaño.
Las palabras me aturdieron, demasiada informacion en tan poco tiempo. Tenia razon... que mis padres se hubieran relajado en cuanto al patinaje no cambiaba el marco social en el que mi familia se movia. En el nadie iniciaba un noviazgo, habia compromisos apenas se iniciaban relaciones y eso implicaba ademas, ciertos compromisos premeditados y uniones convenientes para conservar grandes compañias.
Un matrimonio era algo demasiado importante y necesitaba pensarse detenidamente... pero la verdad era que no me negaria... pense en el hermoso joven que estaba arrodillado ante mi, en los hermosos momentos que habiamos pasado, en las charlas en las que nos habiamos conocido... en los sentimientos que habian aflorado en mi corazon por el.
-¿Tu quieres que sea tu es-esposa?- Dije casi atonita.
-Alice... eres la muchacha mas hermosa e interesante que jamas he conocido, patinas de una forma que dejas fascinado a todo quien te ve... eres independiente, valiente... me cuesta trabajo pensar que pudieras gustar de mi... y me hace ilusion que... llegues a quererme...
Iba a desmayarme, era demasiada la emocion... los pajaros que rebotaban entre mis costillas habian escapado y llenado de color el paisaje... eramos solo el y yo en medio de la nada...
La vision de verle cada mañana a mi lado... de dejar de extrañarle... de ser para siempre suya... Jamas podria negarle nada... y su dulce mirada me decia que el tambien lo sabia.
-Si...-Susurre cuando la voz volvio a mi garganta.
Su rostro se ilumino de inmediato con una felicidad que lo volvia aun mas guapo-si eso era posible-.
Me tomo por la cintura girando, abrazandome fuerte a el. Era un sueño...
Nos quedamos un momento mirandonos, cautivada por el azul.profundo de sus ojos brillantes de alegria...
André se acerco, mientras acariciaba mi mejilla, sonriendo...
Presiono sus labios contra los mios, poco a poco abriendose paso a traves de ellos...mi primer beso, un momento magico y mas que maravilloso. Me estremeci al sentir las dichosas mariposas, queria reir, saltar... patinar.
André me sostuvo entre sus brazos cuando mis piernas comenzaron a fallarme mientras me besaba con cuidado, con delicadeza... con amor.

Huellas en el hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora