No quise pensar en nada, mientras el auto avanzaba en medio de un camino que no se me hacia conocido. Habian arboles a cada lado del camino, y un aire calido rodeaba la atmosfera, envuelto en brisas frescas que corrian alrededor de nuestros cuerpos.
A pesar de lo descubierto del vestido, no sentia frio. Los pies ya cansados de los tacones, los sentia punzar en los zapatos bajos que habia escondido en el bolso de Nana, para cambiarme cuando la fiesta ya hubiera avanzado.
Veia como André me miraba, con alegria, conmovido por las ceremonias que habian unido nuestras vidas, para siempre.
Me voltee, ya mas desenvuelta para mirarle de frente. Me sentia culpable... durante todo el dia André me habia dicho cuan feliz se sentia, como le encantaba ya ser esposos, lo emocionado que estaba por iniciar nuestra vida juntos... y yo, nisiquiera habia podido responderle, pues la emocion se agolpaba en mi garganta, cerrando el paso a la mas minima silaba...
-André...-Murmuré casi estremecida por la timidez- Yo... estoy muy contenta de ser tu esposa...
Me miro conmovido por la ternura, mientras tomaba mi mano.
-Lo se, amor. Yo tambien estoy muy contento.
Sonrei, el entendia como me sentia... el sabia lo que habia en mi corazon... que bien me conocia.
Llegamos al aereopuerto...
Casi entro en panico cuando vi alli a mis padres, los señores Accault y a Nana. Eran cerca de las cinco de la madrugada, estaba sorprendida, nerviosa, espectante ante lo que fuera a suceder.
André sonrio con picardia.
-Sorpresa... nos vamos de luna de miel...
Su voz susurrante pero animosa me hizo estremecer y enloquecer por la felicidad de que viajariamos juntos, por primera vez, a nuestra propia luna de miel.
Lo cierto era que lo habia pasado por alto e incluso ignorado que esto podria suceder, pero estaba tan feliz de que André no lo hubiera hecho.
Fuimos abrazados con fuerza por quienes alli nos esperaban, nos dieron unas maletas y en casi una hora ya estabamos en el vuelo privado que aun no sabia donde nos llevaria.
-Estaras mas que sorprendida, mi pequeña-Dijo papá cuando se despedia de mi.
Esas palabras resonaron entre mis oidos mientras pensaba en que destino me habia preparado mi amado esposo
Pensaba en Jane, que seguramente seguiria en la fiesta, con su nuevo novio, en mis padres, en Nana... ella estaba tan feliz de verme teniendo la boda que jamas podria haber soñado. Me habia criado con ella, y solia decirme que queria vivir para verme caminar hacia el altar... lo habia logrado, a pesar de las enfermedades que se le cruzaron por el medio del camino.
Nos sentamos comodamente en el avion privado-no era para menos pues este era un regalo de mi esposo en conjunto con mis padres-, ambos muy juntos.
El cansancio comenzo a pesar en mis parpados luego de intentar sacarle alguna informacion sobre nuestro destino a André -cosa que no logre-, por lo que decidi acomodarme en su hombro izquierdo, para descansar un poco la vista, lo que no esperaba era dormirme...
-Amor... estamos llegando, mira por la ventana-Susurro André a mi oido.
Desperte dando un pequeño sobresalto, para verme casi pegada a la ventana, maravillada ante lo que mis ojos veian y que aun no podia creer.
Estabamos llegando a Paris... la ciudad del amor que a esta hora, brillaba en todo su esplendor.
Observe casi sin aliento la belleza del lugar, la luz, los monumentos, la gente...
Entonces, algo me sobresalto.
-¿Cuantas horas llevo durmiendo?-Pregunte casi espantada.
-Mmm... casi ocho, si no me equivoco.
Debio notar mi rostro de sorpresa, porque agrego:
-No te preocupes, me dormi a tu lado. Desperte hace casi media hora.
Me relaje en extremo, no me habria gustado que el velara mi sueño en lugar de mantenerme despierta con el.
Cuando bajamos del avion, nos esperaba un auto que André se habia encargado de rentar por adelantado. La verdad era que no tenia nada de hambre y el parecia no tenerla tampoco, pero llegamos a una cafeteria para comprar algunas cosas para saciar los estomagos que pronto la pedirian en sonoros reclamos.
Los empleados se sorprendieron al vernos alli, mas aun vestidos como estabamos, por lo que fuimos foco de flashes y telefonos que nos fotografiaban por la tierna escena que estabamos protagonizando.
Luego de alli, nos movimos por la ciudad. Fuimos fotografiados por peticion nuestra a transeuntes y tambien por iniciativa propia de los peatones. Tuvimos muchas fotografias, buenos deseos y aplausos de parte de los franceses, que ya se me hacian mas que agradables.
El Arco del Triunfo, la Torre Eiffel, plazas y demases fueron escenario de nuestras fotografias que ya no lograba ennumerar en el recuerdo.
Acaecia la tarde cuando llegamos al centrico hotel con vista a la Torre Eiffel, donde nos hospedariamos.
El botones nos acompaño hasta la habitacion ubicada en un octavo piso, de hecho, el ultimo. A nuestra derecha fue abierta una habitacion inundada en la luz brillante del sol parisino, con una enorme cama cubierta con un corazon formado de petalos de rosas, eso fue lo primero que pude ver, me estremeci casi adivinando lo que se esperaba, habria de suceder.
Cuando estuvimos solos llevamos nuestras maletas y las acercamos al ropero que reposaba junto a la pared.
Me estremeci cuando ambos enmudecimos, ya no cabrian en este aire mas comentarios sobre la ciudad, no podria romperlo con cosas superficiales, no podria... romper la intimidad que la propia habitacion nos habia brindado.
-Creo que lo sabes aunque no lo diga...-Susurro con voz ronca y queda.
-Si...-Murmuré.
Me acerque a la cama, temblorosa, ansiosa, sintiendo un calor nuevo que rodeaba cada parte de mi cuerpo, como una llamarada que exigia a mi esposo para consumirme...
-No voy a obligarte-Susurro.
Sonrei, sabia que no lo haria. Si que puse mis brazos alrededor de su cuello, deseosa, sintiendo una sensualidad nueva emanar de mi cuerpo, de mis movimientos, de mi...
Abrio los ojos con sorpresa, pero con cierta alegria palpable en el ambiente.
Me beso largamente, con amabilidad y cariño. Algo comenzo a encenderse entre nosotros, algo inexplicable e intenso...
Sus manos llegaron a mi peinado que desarmo con sumo cuidado, dejando caer mi cabello hasta mi cintura. Me hizo sentar en la cama, y lentamente se acerco a mis pies para quitarme los zapatos.
Cuando le vi, el ya se habia quitado los zapatos y los calcetines que descansaban en un lado junto a la cama.
Me ruborice al sentir los besos que comenzo a regar por mi cuello, con paciencia, seduccion y amor. Cuando retomo mis labios me hundi en el placer de besarlo mas intensamente y enredar mis dedos en su cabello.
Le quite algo jadeante por la falta de aire, su chaqueta, y sin detenerme me dirigi a desabotonarle la camisa que dejo al descubierto su escultural abdomen, se veia tan... wow.
Todo fue sucediendo con tranquilidad pero apasionadamente, todo era tan nuevo para mi... y para el tambien.
Me estremeci cuando comenzo a desabrochar el vestido, el cual cayo ppr su propio peso al piso dejando al descubierto mi ropa interior.
Me ruborice sin remedio, mi esposo parecia sorprendido, pero mas aun complacido...
La desnudez llego a nosotros y fue entonces que supe que habia llegado el momento... me estremeci al sentir como se hundia en mi...
La magia de estar a su lado, de ser completamente suya era mas de lo que jamas podria soportar mi corazon, estaba mas que contenta, mas que feliz, mas que enamorada...
Cuando desperte, estaba abrazada a André ambos metidos en la cama... y el aun seguia dormido. Le vi un momento, recorriendo cada faccion de su rostro, cada centimetro de su piel... todo era maravilloso. Plante un beso sobre sus labios y me acurruque sobre su pecho, sintiendo la calidez que su cuerpo irradiaba.
-No sabes cuanto te amo...-Murmure.
-Claro que lo se, porque yo siento lo mismo- Respondio haciendome dar un salto.
Rei mientras el se acercaba para besarme...
No queria levantarme, para ser sincera me habria gustado quedarme alli aun un tiempo mas con el. Pero mi estomago demandaba comida y como estaba de luna de miel sabia que podria comer lo que quisiera, lo que me habria aun mas el apetito.
-Tengo hambre-Mumure casi para mi.
-Vamos a comer.
Hice un puchero de forma inconsciente acurrucandome aun mas entre las sabanas. Me miro con cariño, mientras se levantaba de la cama.
Le vi caminar desnudo hasta que encontro su ropa en algun lugar de la habitacion. Tomo el telefono del hotel y marco un numero.
No quise escuchar nada, mas bien me meti aun mas en la cama, cubriendome por sobre la cabeza.
Cuando volvi a sentir movimiento, mire por entre las sabanas como volvia a acostarse a mi lado solo con pantalones y la camisa abierta.
-Vamos a comer aqui, espero que te gusten las crepes. Si no, pues podemos pedir otra cosa.
Sonrei con sincera alegria, mientras me abrazaba a el y regaba su rostro de besos.
Senti algo de lastima por los petalos tirados por el piso, algo de mi tambien estaba regado por ahi... mi virtud, a pesar del dolor que me dejo el perderla, no me arrepentia de nada.
Cuando la comida llego, André la recibio-ya que solo el estaba vestido- y nos sentamos en la cama para comer juntos viendo una pelicula en la television. Me cubri de forma comoda para poder disfrutar la comida en todo su esplendor... estaba deliciosa.
Cuando terminamos, André me invito a dar un paseo, pero antes nos duchamos para salir renovados de la habitacion...
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Huellas en el hielo
Teen FictionEl patinaje siempre ha sido mi vida... me encanta, me relaja, me... en fin, enserio adoro patinar. Mis padres siempre me dicen que soy una loca por no sociabilizar en la escuela, pero eso no es lo realmente importante...¡Solo quieren que me case ya...