Solo tu y yo

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    Cuando volviamos al hotel donde Rosa y yo nos hospedabamos,y en el cual por mera casualidad mis padres, Nana y André habian encontrado habitacion, a pesar de la alta concurrencia.
   Mis padres fueron directamente a la habitacion, al igual que Rosa y Nana, de manera que solo estabamos André y yo en el lobby hablando.
-Me encanto tu rutina-Dijo con brillo intenso en sus ojos- hacia mucho tiempo que no te veia patinar tan contenta.
    Le abrace con sincero agradecimiento y me quede largo tiempo entre sus brazos. No habia notado la falta que me hacia abrazar asi a mi esposo, estar solos los dos.   
    Le mire largo tiempo a los azulosos ojos mientras sentia la dulce caricia que rodaba suavemente por mi mejilla.
-¿Que paso con la compañia?
-Pues mi padre quedo revisando unos asuntos, para que pudiera venir aqui, no me lo habria perdido por nada del mundo, cariño.
     Sonrei, este era el André que tanto me habia faltado, que tanto habia anhelado, el hombre con el que deseaba compartir el resto de mi vida.
    Tiernamente se acerco a mis labios presionandolos contra los suyos, enternecidos por el dulce ambiente del lobby ya mas vacio por la hora.
    El beso fue intensificandose a medida que el fuego fue creciendo entre nosotros. Una vez que la respiracion se hizo dificil nos separamos con los rostros encendidos y nos dirigimos al ascensor. Al cerrarse las puertas senti el impestuoso abrazo de André que me mantenia contra la pared del ascensor mientras me besaba fieramente con un deseo contagioso e incontenible.
    Nos detuvimos al escuchar el sonido de las puertas metalicas al abrirse. André tomo mi mano y con cierta delicadeza me guio hasta su habitacion, en la cual entramos sin hacer ruido. Le mire un momento como si fuera la primera vez, sus ojos, sus labios enrojecidos por los besos, el cabello revuelto... estaba perdida.
     Le mire aun unos segundos para ser atrapada por sus hambrientos labios, una vez mas lleve mis manos a su cabello sintiendo el deseo recorrer todo mi cuerpo. Me estremeci al sentir esas ya conocidas manos recorrerme buscando el cierre de mi vestido besando mis hombros con extrema delicadeza. Fue entonces, al sentir el roce del vestido cayendo a mis pies que supe que no habia escapatoria, estaba perdida, perdida en sus brazos, en sus besos, en André...
    Nos deshicimos en un amor indescriptible y apasionado, sin intervenciones ni vacios.
-André, te amo-Susurre con voz ronca.
    Una sonrisa se desplego en sus labios.
-Yo tambien te amo, pequeña.
    Quise saltar de la emocion, abrazarlo y fundirme en el para ser siempre lo que eramos en ese instante uno solo.
-Somos solo tu y yo-Murmuro a mi oido con cierta sensualidad.
   Me recoste a su lado acomodandome en su pecho con cierta emocion atorada en la garganta, la verdad era que algunas lagrimas huerfanas habian comenzado a surcar mis mejillas, pero no era tristeza, claro que no. Hacia tanto tiempo que no estabamos asi, solos, tan enamorados.
-¿Que sucede, cariño?
-Es que-Logre articular mientras limpiaba mis lagrimas- te amo tanto y no se como expresartelo.
    Quise reir sintiendome fragil entre los brazos que me envolvian. André me miro con dulcura mientras se acercaba y besaba mis mejillas.
-Te amo mas que a nada en el mundo, jamas lo olvides-Susurro mientras acariciaba con delicadeza mi rostro- tu eres mi mundo. No sabes cuanto quisiera que pudieras ver en mi corazon...
     Lo calle con un beso mientras me abrazaba con fuerza a el. Esto era mas de lo que habria esperado de los juegos olimpicos, jamas podria haberme imaginado que esta noche la pasaria abrazada a mi esposo bajo un cielo iluminado de estrellas. Todos decian que nevaria esta noche, pero bueno, creo que hoy las imposibilidades son posibles solo por esta noche.

Huellas en el hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora