Vuelve

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Luego de tantos acontecimientos, Rosa decidio que lo mejor seria darme un descanso y la verdad era, que yo tambien estaba deacuerdo.
Luego de unos dias de llamadas y visitas no recibidas de André llegue a mi nuevo departamento para cenar en compañia de Lorde. Entonces comenzaron a resonar golpes suaves en la puerta.
-Alice, soy yo, abreme-Era la voz de Jane.
Abri la puerta algo aturdida por la singular visita, pero quise jamas haberla abierto cuando vi que no solo era mi amiga la que esperaba al otro lado.
-Lo siento, tuve que ayudarlo-Dijo ella excusandose-En verdad esta arrepentido, seria bueno que hablaran.
Me quede unos segundos sin saber que decir, André estaba arruinado frente a mi, jamas lo habia visto asi, tan mal. Su ropa era un desastre, al igual que su cabello, la verdad era que todo el era un desastre.
Jane me miro casi como si temiera que yo me molestara, pero ya no tenia la sensibilidad que ello requeria. Deje que André entrara y me despedi de mi amiga para enfrentarme a la conversacion que marcaria el rumbo de mi matrimonio.
Lo cierto era que le habia extrañado de una manera que me quemaban los brazos por envolverlo y quedarme abrazada a el hasta que ya no tuviera energias.
-Por favor, perdoname...-Susurro mirandome por sobre sus negras ojeras marcadas.
-¿Por que deberia hacerlo?-Interrogue con frialdad.

Se desplomo ante mi, tenia los ojos empañados en lagrimas, verlo asi me destrozaba el corazon, no pude evitar que las lagrimas-que ya creia acabadas- surgieran de las reservas lagrimales de emergencia, esa que jamas se seca, de donde sacas lagrimas cuando ya crees haberlo llorado todo.
-Porque no tenia idea del aborto, nadie me lo dijo, lo supe cuando tu lo dijiste... no sabia que habiamos engendrado un hijo, nuestro hijo. Porque te deje tanto tiempo sin pensar en como te sentias, porque puse primero al trabajo que a mi esposa. Porque soy un maldito idiota y no merezco que tu me ames...
El llanto me hizo caer a mi tambien, estaba desarmada, toda golpeada por las tragedias, muerta en vida.
-Perdoname por no haberte cuidado, por no haber estado ahi, por no ser el esposo que mereces...
Llore largos momentos mientras me aferraba a un extremo de su camisa. El me abrazo con fuerza mientras ambos llorabamos.
-Nuestro hijo-Logre murmurar entre los incanzables sollozos- Mi hijo murio.
Comence a gritar a la vez que lloraba con fuerza, mi bebé, nuestro bebé... estaba cansada de guardarme todo para mi, lo comprendia perfectamente, mi esposo era esa pieza faltante que no lograba encontrar.
Entonces André comenzo a besar mi rostro impregnado de lagrimas.
-Perdoname, por favor... voy a hacerte una esposa feliz, lo prometo, una madre amorosa, lo juro, no voy a rendirme...
Llore hasta que las energias me abandonaron y fui tomada por André hasta la cama, donde descanse sobre su pecho hasta recobrar la vitalidad.
-Quiero que vengas conmigo, a casa-Susurro a mi oido-Pero entendere si aun no te sientes preparada.
Lorde se me acerco con coqueteria arrastrando su cascabel de juegos, era una señal, nos hiriamos a casa.
-Si quiero, pero no me vuelvas a dejar...
-Jamas, amor.
Mientras empacabamos nos pusimos al dia, su trabajo habia sido duro, pero no habia mucho mas que el me fuera a contar. Mientras yo le hable de todo lo que sucedio mientras el estuvo fuera, en verdad habia sido bastante...
Cuando volvimos al departamento lo encontre desordenado, habian fotos de nuestra boda sobre la mesa, otras tantas sobre la cama e incluso mi lado de la cama estaba en perfecto orden.
-Lamento el desorden.
-No han sido buenos dias ¿cierto?-Susurre casi inaudible.

Me ayudo a desempacar e instalamos a Lorde en su rinconcito de siempre. Me sente en la cama, sintiendome extraña, habia añorado volver, pero el resentimiento era tan latente que en cuanto tmaba el pomo de la puerta me empujaba a cerrarla con llave evitando cualquier impulso de locura.
André se sento a mi lado, hasta que termine recostada sobre su pecho.
-Extrañe mucho estar entre tus brazos.
-Mis brazos tambien te extrañaron.
Ambos reimos hasta que el cansancio me cerro los ojos como si de una caja fuerte se tratara.
Cuando desperte la noche se erguia sobre la ventana y estaba sola sobre la cama. Algo volo por la habitacion, era una mariposa azul. Me levante con cuidado para acercarme, jamas habia visto una mariposa tan grande ni hermosa, se poso sobre la almohada que estaba a mi lado. Me quede observandola aun largo tiempo, hasta que decidio que era hora de irse y salir por la ventana por la que habia entrado.
Algo desorientada me acerque a la cocina buscando a mi esposo, alli estaba, cocinado.
-Ya iba a despertarte-Dijo-Has dormido casi cuatro horas.
-Lo siento, yo...
-Esta bien, al parecer lo necesitabas.
Me abrace a su espalda, mientras el salteaba nuestra comida. Extrañaba su aroma, su perfume particular.
Nos sentamos a comer y una especie de punzada (consecuencia del aborto) me dio fuerte en el abdomen.
Me estremeci y quise levantarme, llegue a la cama donde me sente.
André corrio a mi lado y ayudo a recostarme.
-¿Estas bien?-Murmuro con matices de preocupacion.
-Si-Dije cuando habia alcanzado el frasco que reposaba en la mesita de noche.
Lo cierto era que un aborto natural no es tan complicado, pero con mis antecedentes habia cierto cuidado que tomar, aun dentro del mes seria posible que tuviera dolores y molestias, era parte del por que Rosa habia pospuesto mis entrenamientos, habia mucho en juego.
Luego de ello André no permitio que me levantara, si que terminamos comiendo en la cama. Me sentia mimada y eso me encantaba, era una de las cosas que mas habia extrañado.
Mamá me llamo- al parecer todos sabian que André iria por mi-estaba contenta que hubiera vuelto al departamento y que ya no siguieramos peleados. Mi madre tenia esa costumbre de pensar mas en la imagen social que en su propia familia, me imaginaba que ya estaria desfallecida por una verguenza parecida.
Estaba en casa, deseosa por quedarme, dormirme noche tras noche y despertar alli, a su lado, al lado de mi esposo.

Huellas en el hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora